EL MUSEO DE LOS POETAS
Cuadros con poemas, textos en prosa y en verso, e ilustraciones originales, propiedad de la Fundación Española Antonio Machado (FAM), que figuran expuestos en el
MUSEO DE LOS POETAS
Círculo Amistad-Numancia, 3ª planta, Calle Collado, 23, Soria.
CUADROS y POEMAS
Frente al Paraná de las Palmas
Rafael Alberti
Madrid, Febrero 1979
Con cuánta melancolía
pienso en ti. Tú hubieras visto
Lo que yo miro esta tarde.
Cosas naturales, cosas
tan buenas, puras y santas,
que pueden mirarse
con lágrimas en los ojos.
Un río que no se mueve,
pero que nos da la mano,
susurrando nuestro nombre.
Un caballo que levanta,
al vernos pasar, la frente,
queriéndonos decir algo.
Un perro fiel que nos prueba
su amor y su mansedumbre,
durmiéndose a nuestras plantas.
Un árbol que nos ofrece
su sombra como el amigo
que nos entrega su casa.
Y una pradera encendida
que llega hasta el horizonte,
tendiendo pastos tranquilos
en el cielo.
Unas palabras que vuelven a la imprenta
Camilo José Cela (1916-2002)
En el número XXXV, febrero de 1959, de mi revista Papeles de Son Armadans, publiqué el breve artículo que copio a renglón seguido.
HACE POR ESTAS FECHAS VEINTE AÑOS
(RECUERDO DE ANTONIO MACHADO)
Hace por estas fechas treinta años que don Antonio el Bueno,
medio desnudo casi, como los hijos de la mar
se nos murió. Su clara voz, su noble y delicada y honda voz profética enmudeció de golpe, hace por estas fechas veinte años e igual que el canto de un pájaro sabio y entristecido, en un rincón del mundo y escoltado por la desgracia y el dolor.
Al cabo de su último camino
(He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado cien mares,
y he atracado en cien riberas.)
hace por estas fechas veinte años que don Antonio, el Bueno, peón de la desordenada y atónita carava de tristeza, se nos murió –dicen que de gastroenteritis- de amargura.
Españolito que vienes
Al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
Ha de helarte el corazón.
En Collioure
Por donde acaba España y sigue el mar,
a orillas de la mar de Ulises, ¡qué ironía!, y arropado del pavor de España, a don Antonio, el Bueno, hace por estas fechas veinte años que se paró el inmenso, el generoso corazón.
¡Qué lejos, el padrecito Duero: terso y mudo, los campos
(ya habrá cigüeñas al sol
mirando la tarde roja)
entre el Moncayo y Urbión: ¡Qué atrás, la varonil Castilla: bravía, adusta tierra gentil, visionaria y soñolienta; el viejo amigo Guadarrama; la árida, fría Soria, guerrera y mística, con sus montes azules, sus yermos de violeta! ¡Qué pérdida Granada, con sus montes de sol y piedra; Úbeda, en su agria melancolía; los campos de Córdoba la llana, que dieron su caballo al romancero; la Mancha –prados, viñedos y molinos-, donde tuvo su cuna Dulcinea! ¡Qué olvido sobre los cerros de Baeza, los montes de Cazorla, los olivarfes grises, los borriquillos de ramón cargados! ¡Qué inútil la florida vega
por donde se va,
entre naranjos de oro.
Guadalquivir a la mar!
Sobre las conciencias cayó, plúmbeo y aparatoso, un silencio de muerte. Don Antonio, el Bueno, nos había contado que
un golpe de ataúd en tierra es algo
perfectamente serio.
La mojada tierra de Collioure rompiéndose, clemente, sobre el ataúd de don Antonio, el Bueno, hace por estas fechas veinte años, retumbó con un fragor horrisono dentro de las cabezas españolas. Los símbolos, al quebrarse, crujen como los montes que se derrumban, con un clamor que tan sólo apaga el paso de los siglos.
Han pasado veinte años breves y veloces, veinte lentos y anchos años sobre el revuelo calendario del mundo. Don Antonio, el Bueno, hace por estas fechas veinte años que
definitivamente
duerme un sueño tranquilo y verdadero.
Su alma y su poesía, su voz y el eco de su voz, su ejemplo, aún vive entre nosotros: alto y airoso, limpio y bien dibujado, claro espejo en el que cada mañana nos miramos. Porque fueron muchos los aprendizajes que nos legó y uno, el de su franciscana humildad, el qu nos empecinamos en no querer entender.
Poeta el más español de nuestros poetas, don Antonio, el Bueno, no pudo quedarse en la tierra que lo vio nacer. A los españoles, que no supimos guardarlo, sólo nos resta llorar.
Ahora no han pasado veinte años, sino cuarenta, desde la muerte de don Antonio, el Bueno. No cambio ni una sola tilde de lo que entonces pensaba.
García-Ochoa Ibáñez, Luis
San Sebastián, 1920
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Homenaje a Machado
Enrique Tierno Galván
La persona se expresa, quiéralo o no, en lo que dice, particularmente si lo dice en esa forma ineludible de la sinceridad que es la poesía. Machado definía la poesía como la voz de lo esencial, y siendo lo esencial también lo verdadero, hay que preguntarse de cada poeta de qué modo trasmite a los demás la verdad esencial que busca y a veces, pocas veces, halla.
El modo de transmitir la verdad que nace del fundamento es en Machado la bondad. De toda la poesía de Don Antonio fluye la verdad de su bondad personal que le llevó al hallazgo inmediato, como un don de la conciencia, de la que él decía la voz esencial.
No hay lector que no se percate de ello y que no se sienta cogido por el flujo de la bondad, que nace de los árboles, de las llanuras de Soria, de las aulas, de las propias tribulaciones del poeta. El pueblo, particularmente el pueblo, reconoce sin esfuerzo la bondad de la poesía, lee a Machado y se educa, también sin esfuerzo, leyéndole.
Los niños repiten la poesía de Machado, incluso la que convencionalmente llamamos lírica, sin captar mucho más que el hálito de bondad y universal respeto que se desprende de la imagen y la palabra.
Estas razones, más que la formalidad del cuarentenario de su muerte, han llevado al grupo de amigos que concurre con su esfuerzo a estos actos de admiración y recuerdo, a intentar hacer algo que reconduzca la poesía bondad de D. Antonio a la fuente de donde salió, el pueblo. El pueblo es el cauce natural de lo esencial y de lo bueno. Así lo entendió D. Antonio y justo es que el pueblo, quien mejor lo entienda lo pueda tener cerca sin sacrificarse. De este homenaje saldrán la flor y el fruto de un libro que todo el mundo pueda adquirir. Que no quede en palabras la cultura para el pueblo, que la bondad y el pueblo no deben separarse, pues su destino es la unión y su vehículo la poesía.
Ricardo Zamorano Molina
Valencia, 1923
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El error
(Homenaje a Machado)
Carlos Bousoño
Tiene que haber un error en la cuenta,
un roto en el calcetín, una trampa en el juego;
a nuestras espaldas Alguien se bebe todo el alcohol
de la dicha, y se emborracha hasta caerse.
Alguien se hace a escondidas con el trigo de la
cosecha y la dulzura de las significaciones.
Buscad en el sótano o en el cuarto de los muñecos
la razón de la encrucijada pues ha de ocultarse un acontecer poderoso tras el hecho de
merendar ahora en el cenador, bajo el
emparrado, o a la sombra de los cerezos.
Forzosamente habrá un significado detrás de cada
vil instrumento, una matemática del parecer en
que cada latigazo es un número.
He aquí la felicidad del encuadre de los sistemas
excluyentes, la coexistencia de las dos verdades,
la cuadratura de la imposibilidad.
Ante nosotros se ofrece el encaje soberbio del
horror y la música, el engendro de la cifra
entusiasta, la melodía del nacer y el morir.
Se vislumbra por algún sitio la hermosura del agua
derramada en el suelo, en encanto incesante de
la gotera que nos hace reír.
Ved cómo todos danzamos alrededor del fuego,
pones los pies sobre los tizones con
naturalidad, nos aproximamos a la llama con
alegría, nos familiarizamos con la payesa.
Henos danzantes, gozos, en torno de la
ceremonia y del rito, en el ritmo que nos
congrega en el instante de la cremación.
Henos aquí sin miedo, como si alguien tal vez,
distraídamente tal vez, o jugando de nuevo; nos
fuese hacer mágicamente surgir, palomas
sorprendentes en el sombrero o el bolsillo del
hábil prestidigitador, por el otro lado incipiente
del caduco horizonte.
Dimitri Papagueorguiu
Staghia, Grecia),1928 -Madrid, 2016
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A Antonio Machado
Segovia, Febrero 1959
(prohibido por la Censura)
Gabriel Celaya
En Segovia, y en Febrero
y en tu cara simple y rara,
Don Antonio, me avergüenzo.
No sé bien lo que me pasa.
Hoy he abierto tu ventana,
y son los campos, tus campos,
que ahí están como si nada.
Don Antonio, yo me aguanto
mas mil llantos me traspasan.
Fui estudiante de la FUE
y español con esperanza,
muchacho con una antorcha
que las lágrimas no apagan.
Machado y Ruiz, tú, ¡qué santo!
y yo a lo vasco, Celaya,
que así vine, que así duro
en todo lo que tú salvas.
He penado ante tu cama
vacía, y negra, y dorada,
donde el muerto presupuesto
estaba pero no estaba.
Me he mirado en el espejo
donde a veces te afeitabas.
Me he lavado en tu jofaina
bien plantada en sus tres patas
mas no he logrado limpiarme
de mi antigua pena amarga.
Porque pasó… ¿Qué pasó?
Don Antonio, luz en salvas
di tus poemas, di aquello
en que a todos anonadas,
pues piensen lo que ellos piensen
en tu luz grande se salvan
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Homero en Soria
Gerardo Diego
Soria sucedida, 1921-1976. En Poemas menores, Alianza Editorial, 1980.
La estufa de la sala
de profesores con su tubería
de obtusa oblicuidad
y su puchero de agua casi hirviendo.
Alma mater, materno claustro cálido
-sí, tiempos benignos,
no como los de Antonio
cuando disolvía los claustros a escobazos
la hembra del Director-
No; nosotros el asueto, el rumor, el cigarrillo.
Y el coro de libros absorbiéndolo todo.
Buenos compañeros; nombrarlos uno a uno
sería prosaizar
desigualar homérico catálogo.
Una excepción fugaz:
veinticuatro horas de traslado a permuta.
Fui un solo día colega sorianísimo
de Ayuso, el candidato,
el federal y helénico
amigo de Machado.
Me oyó tocar Beethoven y “cómo se conoce
que este chico sabe griego.”
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Manuel Alcorlo Barrero
Madrid, 1935
Luis Garrido Acosta
Madrid, 1929
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Don Antonio va al destierro
Leopoldo de Luis
Febrero 1979
Don Antonio Machado va en un camión de guerra
por campos bombardeados y trágicos paisajes.
Lleva sobre sus hombres ceniza de otros viajes,
polvo de otros caminos y barro de otra tierra.
La caravana en manos del dolor se destierra
entre soldados lívidos de derrota y vendajes.
Don Antonio camina con otros equipajes,
otros muertos oscuros en su alma desentierra.
El invierno deshiela los pies bajo febrero.
la vida es como un pájaro cansado en el alero
de la memoria, un ave perdida en la distancia.
Don Antonio se palpa en el pecho una espina,
ve el paisaje de España en la última colina
y va a morir de pena a la costa de Francia.
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Homenaje a Machado
Soria, 1.975
Angelina Gatell
…Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón
A. Machado
Al pie del olmo seco te convoco
fría de Soria y fría de tristeza.
Tocan mis dedos fríos la corteza
y es tu voz, fría y pura, lo que toco.
Suenas bajo mi piel… Escalofrío
de tu sentencia antigua y recobrada
aquí donde la brisa es una espada
buscándome la herida con su frío.
Desde tu ausencia el hielo ha edificado
su cadena de furias y montañas
porque no se desmande tu canción…
Al pie del olmo seco, acorralado,
por la más fría de las dos Españas,
se me muere de frío el corazón.
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J. A. Alcacer
Barcelona, 1939
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Juan Gutierrez Montiel
Jerez de la Frontera (1934-2008)
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José Caballero
Huelva, 1916 – Madrid, 1991
"Las magníficas dotes plásticas de Pepe Caballero y su profunda imaginación poética me hacen esperar el luminoso fruto de un gran pintor andaluz", Federico García Lorca, Madrid 1935.
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Elegía y Homenaje a un poeta (1951)
Elegía y Homenaje a un poeta
Rafael Montesinos
Elegía
Con su melancolía,
a la sombra nativa del olivo,
poñó el poeta, un día,
los álamos que el triste Duero baña
¡Buen don Antonio, solo y pensativo!
En la muerte, al final, se dormiría
sin la tierra y los árboles de España.
Homenaje
Cuando ya no tengo nada
que decir, diré tu nombre.
Se hará la tarde más clara.
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José Duarte Montilla
Córdoba, 1935
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Aplicación personal y otras glosas de un soneto de Don Antonio Machado
Jorge Urrutia
Esta luz de Sevilla la bebí de su mano cuando el
agua era fría.
Vuelvo a encontrarla ahora en esta hermosa plaza,
rectángulo infinito en sus cuatro fachadas.
De su mano tomé los dedos del poeta y emprendí
los viajes hasta el rumor de fuente.
En el rumor de gentes, junto al arroyo cálido,
junto al río tranquilo y la palmera amable había
querido estar.
Mi padre en su despacho, el comedor, la finca, el
Cortijo enlosado la propiedad inmensa por su
interior fecundo, plaza abierta a la casa,
trenzaba los poemas.
Yo jugaba a sus pies.
Mi madre en su costura compartía la lámpara.
De luz un solo plato.
Las aguas de la tierra eran tan frías que ni podían
beber los animales.
Mi padre, aún joven. Lee, escribe, hojea sus libros
y medita.
Se levanta, suspira, va hacia la puerta del pasillo.
Desea.
A veces llora solo, a veces…
Esta luz de Sevilla…
Su voz en el teléfono me mira y en su mano los
versos calentaron el agua hasta mi boca.
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A Don Antonio Machado
Febrero 1979
Carmen Conde
Hasta el día que me llame como a ti
la buena voz querida desde un sueño,
vengo y voy esperándola serena.
Recuerdo de Valencia una mañana
última del tiempo que vivíamos
en acoso de metralla y de cascotes.
Hablábamos los dos con un amigo,
zumbaban aviones extranjeros…
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Niño en Soria con Antonio Machado
José García Nieto, 1979
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Veintidós de febrero
Carlos Álvarez, 1965
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Francisco Arias Álvarez
Madrid, 1936
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La palabra más tuya
José Caballero, 1959 – Luis Eduardo Aute
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Soneto para Antonio y Manuel
Antonio y Carlos Murciano
Antonio el bueno, el serio, el castellano,
y Manuel, el cantor de Andalucía.
Dos vidas, una pena, una alegría
y una infancia de patio sevillano.
Dos hermanos, mejor, un solo hermano,
un solo corazón hecho poesía
y dos guitarras de melancolía
pulsadas por la misma sola mano.
De negro por Antonio los alberos.
Por Manuel, las flamencas, los toreros.
Azahares de luto y clavellinas.
¡Caballeros de olivo y caracola!
Juan de Mañara y Julianillo y Lola
os lloran a los dos por las esquinas.
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Felipe Vallejo
Sevilla, 1926
Estudió Dibujo y Pintura en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla y Madrid.
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Mágico abuelo
Félix Grande
Alta y misericordiosa,
dolorosa y pensativa,
por entre los lentos años
su cara vieja y magnífica
es como una lenta yedra
amparando a mi ruina.
Cuántas veces me ha vendado
mis más secretas heridas,
en cuánta amargura ha puesto
pomada de compañía,
cuánto ha refrescado el
infierno de mi desdicha.
Como un viento de silencio,
lleno de amor y de enigma,
se acerca a mi puerta oscura
y universalmente silba
un rumor universal
que me calma y me reanima.
Es como un milagro. Entra
paciente por las rendijas
del dolor, y distribuye
su cordial sabiduría
allí donde el corazón
está perdiendo la vista.
Y empiezo a ver. Y veo cosas
que sirven para la vida:
veo compasión y paciencia,
memoria, bondad, sonrisa,
profundidad y honradez:
sus estandartes de artista.
Qué provisión de coraje
en su humildad me aproxima,
qué provisión de humildad
me entrega desde las cimas
de su saber. Qué de grano
lleva su callada espiga.
Hato de fuerza, él me sacia
el hambre de esta fatiga;
tartera de ser, mi angustia
y mi soledad mitiga;
voz de buen fuego, él calienta
la conciencia que se enfría.
Don Antonio, don Antonio,
el que naciera en Sevilla,
el que sufriera en España,
el que muriera a su orilla,
junto a una madre que era
las vez su madre y su hija.
Misterioso y silencioso
cruzó la frontera. Iba
enfermo de muerte y pena
y derrota y despedida.
Tal vez llevaba en la ropa
su legendaria ceniza.
Desde entonces - yo era un niño
de dos años aquel día - fuiste llegando a mi casa,
mágico abuelo. Una silla
hay en ella para ti.
La mejor.
La más vacía.
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Rafael García de la Rosa Chamorro (Ayuntamiento de Soria)
Soria
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Nenia para Antonio Machado
Celso Emilio Ferreiro, 1977
****
Margarita Cuesta Pamiés
Madrid, 1944
****
Javier Pamplona
Valencia, 1943
****
Sin título. Aragonés, 1964
****
Antonio Machado Álvarez y Ana Ruiz Hernández
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Antonio Machado en el corazón de Soria, 2007. Escuela Oficial de Idiomas de Soria. 24x16,5x2,5
Soria Hogar y pueblo, 1975. Homenaje de muchos poetas (Gaya Nuño, Concha de Marco, José Tudela, Julio Garcés, Dionisio Ridruejo o Adolfo Marsillach entre otros) a Antonio Machado. 50x35
FOLLETOS
- Seminario internacional, 1999
- Premio de poesía A.M. en
Baeza, 1999
- Hermanamiento A.M. y
Federico García Lorca, 1996
- Exposición A.M. y Federico
García Lorca, 1996
- Premios del tren 2004
- Premios del tren 2005
- Premios del tren 2007
- Antología de su prosa, 1970
- Los complementarios, 1987
- Antología poética,1986
- El hombre que murió en la
guerra, 2008
- Cartas a Pilar, 1994
- La guerra-escritos,1983
- Poesías completas, 1989
- Juan de Marina
- Textos dramáticos, 2000
- Antología poética, 2000
- Cartas, 2000
- Juan de Mairena, 2000
- A.M. poeta en el exilio, 1985
- Valencia a los poetas, 1985
- Una poética para A.M.-,1986
- Catálogo exposición los
otros Machado, 2008
- Homenaje a Machado revista
asociación profesores universitarios en Puerto Rico, 1988
- Antonio Machado, ejemplo y
lección, 1988
- A.M. en su vivir, 1989
- A.M. poeta del pueblo, 1997
- Recuerdos y vivencias con
los poetas Manuel y A.Machado, 2006
- Claves de A.M., 1990
- Guiomar y el amor
imposible de Machado,1982
- A.M. el poeta y su doble, 1989
- A.M. amor y poesía, 1984
- España, el paisaje, el
tiempo y otros temas en la poesía de A.M., 1920
- Catálogo exposición los hermanos Machado,1984
- Antonio Machado y Ruiz, 1975