Compañeros y Alumnos de Antonio Machado

                                              1907-1912

COMPAÑEROS DE ANTONIO MACHADO

INSTITUTO GENERAL Y TÉCNICO DE SORIA

Cursos: 1907-1908, 1908-1909, 1909-1910, 1910-1911, 1911-1912

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AGUSTÍN SANTODOMINGO LÓPEZ 

Coincidió con Antonio Machado los cinco cursos que estuvo en Soria. 
Fue Vicedirector (1907-1908) y, Secretario, desde 1908 a 1912.
La foto está tomada del Blog de Andrés Martín: Nieve Regalada, "Un cisne " (y 2) 
Agustín Santodomingo López (primero de pie a la izquierda). Gregorio Martínez y Martínez, pelo blanco, sentado. 

Por D. Antonio Pau Pedrón

EL AMIGO DE MACHADO

     Cuando Antonio Machado llegó a Soria el 4 de mayo de 1907, sólo tuvo tiempo de conocer fugazmente a sus compañeros, los otros cinco catedráticos del Instituto General y Técnico. El curso terminaba por esas fechas, y el instituto cerraba durante las largas vacaciones de verano. Soria tenía entonces siete mil habitantes. Era una plaza de entrada, y todos los catedráticos eran jóvenes. El mayor de ellos, Agustín Santodomingo, profesor de Historia Natural, estaba casado. Había desempeñado su primera cátedra en el instituto de Figueras, donde estuvo sólo un par de cursos. Había nacido en Ávila, y quería estar cerca de su tierra. Fue nombrado catedrático de Soria en marzo de 1906. A Soria se había venido a vivir con su mujer, Leocadia, y tres hijos pequeños. En Soria nacerían otros tres hijosLa familia vivía en la calle de los Estudios número uno, en una casa que hacía esquina con la calle del Collado.

     En ese primer viaje de Machado a Soria, Agustín Santodomingo acogió al poeta paternalmente, y le recomendó que se quedara a vivir en la pensión vecina, la de la calle del Collado número 50. A esa pensión volvió el poeta al comienzo del nuevo curso, aunque muy pronto se trasladó a otra que estaba aún más próxima, en la calle de los Estudios número 7. Casi en los mismos días en que volvió Machado a Soria –en septiembre de 1907–, llegaron a la ciudad Ceferino Izquierdo, guardia civil retirado, y su mujer Isabel Cuevas, con sus tres hijos. La mayor era Leonor, que tenía entonces trece años. Al poco de llegar a Soria abrieron una pensión en la calle de los Estudios número 7, a la que se trasladó el poeta. La cercanía de la pensión a la casa del catedrático de Historia Natural don Agustín Santodomingo, que estaba en la misma acera y a sólo tres portales, hizo que la relación entre el poeta y su compañero fuera aún más estrecha. Pronto compartirían, además, tareas administrativas en el instituto: Machado fue nombrado vicedirector, y Agustín Santodomingo, secretario. Los únicos protagonistas de la vida cultural de Soria eran los catedráticos del instituto, que intervenían en todos actos públicos. Uno de los más sonados –del que se dio noticia en la prensa local y en La Correspondencia de España, de Madrid–, fue el homenaje tributado al filósofo soriano Antonio Pérez de la Mata en octubre de 1910, en el que intervinieron Antonio Machado y Agustín Santodomingo.

     No coincidieron sin embargo en las aulas. Agustín Santodomingo impartía la asignatura de Fisiología e Higiene en quinto curso, y la de Historia Natural en el sexto y último del bachillerato. La asignatura de francés era la única que se extendía a lo largo de dos cursos; Machado la explicaba en el tercero y cuarto años.


Agustín Santodomingo y Leocada Díaz

     El menor de los seis hijos de Agustín Santodomingo y Leocadia Díaz, y el único superviviente, es Pilar, que nació en Soria en enero de 1913. Tres meses antes de que ella naciera, Machado había dejado de vivir en la ciudad; el 15 octubre de 1912, el poeta había cesado oficialmente, y pocos días después había emprendido el viaje al sur: empezaba el nuevo curso en el instituto de Baeza. El martes pasado estuve con Pilar Santodomingo en la residencia donde vive. No conoció al poeta, pero, al borde del siglo de vida, rememora con toda lucidez la presencia constante de Machado en la vida familiar. Sus padres le hablaron muchas veces de la boda de Antonio Machado con Leonor Izquierdo, entonces una niña de quince años, que se celebró en la iglesia soriana de Santa María la Mayor un día de julio de 1909, y en la que Agustín Santodomigo fue testigo, vestido con larga levita negra, como el novio; de los paseos que daban muchas tardes con el poeta y su mujer por el parque del Mirón y por las orillas del Duero; de cómo tocaba Antonio Machado la guitarra, hasta altas horas de la noche, en su casa; de los últimos meses de la enfermedad de Leonor, y de su muerte. Pilar Santodomingo es licenciada en ciencias químicas y en farmacia, y probablemente ha leído pocos versos de Machado. El otro día no habló de ningún poema, sino de un joven profesor de instituto que era compañero de su padre, y de aquella niña, Leonor, que era tan amiga de su madre. Por eso resultaba emocionante oírla. 

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FEDERICO ZUNÓN DÍAZ

Profesor Auxiliar de Magisterio


Federico Zunón Díaz fue la persona encargada de hacer la petición de mano de Leonor Izquierdo. Junto a él, sus hijos: Carmen (Soria, 1914), María (Soria, 1910), Federico (Soria, 1917), y su esposa, Laura Zunón Subías. (Fotografía propiedad de Carlos Navarro Rius, familiar de Federico Zunón Díaz.)



La Voz de Teruel, nº 695, viernes, 4 octubre 1929


FRANCISCO SANTAMARÍA ESQUERDO
Villajoyosa, Alicante, 1866 - Valencia, 1925
Catedrático de Filosofía

“Santamaría y Machado en Soria (1909-1912) "F.S.E. ganó por oposición la cátedra de Psicología del Instituto de Segunda Enseñanza de Soria (única vacante la de Soria en esas oposiciones). Luego, a fin de que los hijos vivieran en una ciudad con Universidad, ganó tras nueva oposición la misma cátedra en el Instituto de Valladolid (las plazas eran cuatro). Años después y por permuta que le brindó un colega y amigo, pasó a Valencia, donde falleció. En aquella época ser catedrático de Instituto era "ser algo" (más que obispo o capitán general). En Valladolid y en Valencia, por ejemplo, no había más que un solo Instituto" (Rafael y Santiago Santamaría, escrito sobre su padre). Es el catedrático de Psicología, Lógica, Ética y Fundamentos del Derecho del Instituto General y Técnico de Soria desde abril de 1909 hasta noviembre de 1912. Aquí coincide con Antonio Machado, que es el catedrático de Lengua francesa desde 1907 y vicedirector desde 1908. Soria "es una ciudad breve y clara como un romance truncado" (Carpintero, 1943, 111), muy fría y árida, tiene entonces siete mil ciento setenta y un habitantes. Es la capital de provincia más pequeña de España, cuenta con el Casino de Numancia con sus bailes; el Círculo Mercantil y el Círculo de la Amistad que concentran la escasa conversación de la ciudad; también tiene cafés como "El Recreo" y "El Desengaño", y confiterías como "Las Delicias" o "La Azucena", que elaboran dulces y la famosa mantequilla.”





ILDEFONSO MAÉS SEVILLANO

Fuente: IES Antonio Machado (Soria)


D. Ildefonso Maés Sevillano (¿Zamora?)

Catedrático Numerario de Agricultura (7 de marzo de 1909).

Profesor del Instituto General y Técnico de Soria desde el curso 1908-1909.

Director: marzo, 1911 – enero, 1937

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Gaceta de Madrid nº 236. 23 de agosto de 1936. Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. En virtud del Decreto de Presidencia de 21 de julio: Cesantía como funcionario: D. Ildefonso Maés Sevillano. Ministro: Fancisco Barnés Salinas. 



Francisco Romero Carrasco
Compañero de Antonio Machado en Segovia



Universidad Popular Segoviana 





Fundadores

3 Antonio Machado
Director Honorario nombrado el 13 de diciembre de 1926.

4 Francisco Romero Carrasco
Cesó por renuncia el 18 de octubre de 1922

9 José Tudela de la Orden
Cesó por ausencia en enero de 1920







XII

Bodas de Francisco Romero

Antonio Machado 

     Porque leídas fueron
     las palabras de Pablo,
     y en este claro día
     hay ciruelos en flor y almendros rosados
     y torres con cigüeñas,
     y es aprendiz de ruiseñor todo pájaro,
    y porque son las bodas de Francisco Romero,
    cantad conmigo: ¡Guadarrama!
    Y el ceño de la turbia soltería
    se borrará en dos frentes ¡fortunati ambo!
    De hoy más sabréis, esposos,
    cuánto la sed apaga el limpio jarro,
    y cuánto lienzo cabe
   dentro de un cofre, y cuántos
   son minutos de paz, si el ahora vierte
   su eternidad menuda grano a grano.
   Fundación del querer vuestros amores
   -nunca olvidéis la hipérbole del vándalo-
   y un mundo cada día, pan moreno
   sobre manteles blancos.
   De hoy más la tierra sea
   vega florida a vuestro doble paso. 



EMILIO ALIAGA ROMAGOSA

Castellón 1876 - Valencia 1944

Estudió Bellas Artes en Valencia y luego en Madrid. Obtuvo por oposición la cátedra de Instituto, ejerciendo como profesor en Castellón, Valencia, Gerona, Palma de Mallorca, Soria y Almería. Obtuvo la medalla en la Exposición Regional de Valencia en 1909. Medalla de plata en la Exposición Nacional del Ateneo Mercantil valenciano y el Diploma conmemorativo en la muestra del primer centenario de la Independencia de México. Expuso en Valencia y en 1911 en Castellón, en la Exposición de Artes e Industrias. Fue un reconocido académico de San Fernando y Director del Museo Provincial de Castellón. Falleció en Valencia el año 1944.


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Artículo de Juan A. Gómez-Barrera, 

Heraldo-Diario de Soria, 14-05-2023


Título: Mercado. Oleo sobre lienzo. 32 x 40 cm.  Obra de Emilio Aliaga Romagosa.


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ALUMNOS DE ANTONIO MACHADO 
1907-1911
Abrimos esta página con el objetivo de publicar, en la medida de lo posible, los retratos, y una pequeña reseña biográfica, de las alumnas y los alumnos de Don Antonio Machado en el Instituto General y Técnico de Soria.
La lista que aquí se publica puede no ser completa. La colaboración, en ese sentido, parece imprescindible. De manera que esta página estará siempre abierta, actualizando datos contrastados que se vayan encontrando. Muchas gracias. FAM. Correo: antoniomachado_2007@yahoo.es   

Curso 1908-1909

Conrado Arciniega Carnerero
Adolfo Bujarrabal Gómez
Mariano del Olmo Martínez
Alejandro Elvira Miguel
Amancio Ergueta Frías
Ignacio Fernández Barcón
Pablo Hernández Muñoz
Luciano Izquierdo Lafuente
Pedro Millán Benito

2º Curso
Ignacio Carrascosa Ridruejo
Andrés Galmes Nadal
Francisca Gómez Gómez
Ricardo Hernando Bel
Teófilo Molinero Lumbreras
Blas Taracena Aguirre
Agustín Villanueva Alonso


CURSO 2011-2012
(Fuente: Memoria Instituto General y Técnico de Soria. Curso 1911-1912.Don Agustín Santodomingo López, Catedrático y Secretario. IES Antonio Machado. Biblioteca Pública de Soria.)

1º curso
Ricardo Tovar García
María Eusebia Alonso Catalán
Ramón Las Heras López
Rafael Santodomingo Díez
Luis Perlado Calleja
José Díez de Isla
Florentino Latorre Calvo
José Sánchez-Malo Granados
María Loreto Marcos Soria
María Cruz Gil Febrel
Carmen Sánchez Moreno
Josefa Lenguas Santa Ana
Carmen Campos Panissé

2º curso
Esteban Tello Calvo
Elías Hernández Muñoz
Clemente Sáenz García
Emilio Miguel Peregrina
Teórico Sevilla Gómez
María de las Mercedes Oncins Andrés 



Ignacio Carrascosa Ridruejo,1898-1965


Alumno de Antonio Machado (2º de Francés), Curso 1908-1909

Doctor en Farmacia. Casado con Doña Angela Tejedor Martínez. Tuvo tres hijos: Amador, Juan y Ángel. 
De Machado decía, según su hijo Amador (Soria, 1931), que era "simpático y bueno". Un día se puso enfermo y Machado le dijo: "lo más importante es cuidarse."





Don Gervasio Manrique Hernández (Manrique de Lara) 

(Osona, 1890 - Soria, 1978)


Maestro, inspector de enseñanza, recibió el influjo del pensamiento pedagógico de la Institución Libre de Enseñanza. Colaborador en la prensa soriana, escribió, así mismo, varios libros sobre temas pedagógicos y locales. Entrevista realizada y emitida por RNE (Nº 535, Cinta nº 96, 1981).


¿Qué recuerdo guarda del poeta?
Magnífico. Era un hombre bueno. Tenía un método muy moderno. El método que él había aprendido en la Institución Libre de Enseñanza: el diálogo con los alumnos. Era el arte de partear los espíritus, el arte socrático.

¿Cómo era Don Antonio como persona?
Lo mejor que cabe. No suspendía nunca a ningún alumno.

¿Cuál era siempre el tono de su voz cuando hablaba?
Campanuda. Yo le oí una vez en un mitin, como si fuera Danton, hablando con una voz potente, terrible.

¿Usted recuerda con qué motivo fue ese mitin?
Vino aquí Hilario Ayuso, que era amigo de él, catedrático de la Universidad de Madrid, y organizaron un mitin político, con motivo de elecciones, en el que tomó parte D. Antonio Machado y sacó un vozarrón tremendo.

¿Impresionaba?
Sí, sí, impresionaba. Tenía una fuerte personalidad.

¿Recuerda cuando leyó el maestro por primera vez sus versos?
Recién llegado a Soria, Ayuso le organizó un recital de sus versos en el Casino La Amistad. Y allí fuimos sus alumnos a aplaudirle, porque entonces no era conocido en Soria.

¿Era tímido?
Muy tímido.

¿No le gustaría entonces recitar sus versos?
No, no, había que rogarle y prepararle el recital.

¿Qué vida solía hacer dentro del ambiente de la ciudad?
Muy aislado. No tenía mas que dos amigos: José María Palacio y un catedrático de literatura del Instituto, Don Emilio Aranda.

¿El Casino de Numancia?
No iba al Casino. Iba a tomar café al RECREO.

¿Qué horario solía tener don Antonio Machado en Soria?
El frecuentaba la biblioteca del Instituto, que tenía libros antiguos y manuscritos de Santa María de Huerta. Allí conoció a un loco, El Tufa, a quien dedicó un poema.

¿Iba a tomar café? ¿Era asiduo?
Sí, sí, al RECREO. Está en la esquina del Collado, donde ahora hay un Banco. Era un café familiar. No había orquesta. Lo frecuentaban obreros y empleados. Yo oí muchas veces que a don Antonio le servían en un vaso el aguardiente y en una copita el agua.

¿Paseaba?
No mucho porque creo que tenía los pies planos. El resto del día: su clase, el café, la biblioteca y, si acaso, sus conversaciones con Palacio, que fue amigo fiel durante toda la vida.

¿Tuvo confianza con él?

No. Ninguna. Tuve relación con él en el Consejo Nacional de Cultura en el que era vocal. Allí le dije que había sido alumno suyo. Dio un paso atrás, se encandiló y me dijo: “¿y tienes buen recuerdo mío?” Allí con quien conversaba y se encandilaba era con don Miguel de Unamuno, presidente entonces del Consejo.

¿Despertaba afecto entre los alumnos?
Mi impresión es que los alumnos le respetábamos entrañablemente por el prestigio que tenía. El no explicaba mas que a los alumnos de la primera banca. Y, cuando terminaba el curso, decía: a vosotros, sobresaliente, porque me habéis tolerado todo el curso; a los demás, aprobado. Cuando sus compañeros le reprobaban porque aprobaba a todos, les contestaba con ironía: una vez quise suspender a un alumno y resultó ser el hijo de un compañero.

¿Era muy severo en sus decisiones?
Nada, era bondadoso. Cuando formaba parte de los tribunales de reválida, siempre se buscaba a un compañero de tribunal para aprobar por mayoría.

¿Cómo era su aspecto en el vestir?
Desaliñado, corpulento, grande.

¿Qué recuerda de la etapa en la que se enamoró y se casó con Leonor?

No recuerdo nada. Solo sé que en Soria disgustó el que se enamorara de una niña. No cayó bien. Pareció a Soria una extravagancia.

Entonces, al contraer matrimonio sufrió el impacto de que la ciudad no recibió bien este casamiento.

El tuvo siempre, creo yo, algo de resentimiento por esa razón. No sé, sin embargo, si por la mala acogida que tuvo su noviazgo o porque la gente de Castilla le impresionó.

¿Qué recuerda de su noviazgo?
Fue muy rápido. Se casó, se fue a París y regresó rápidamente por la enfermedad de Leonor. Lo que sí recordamos es haber visto a don Antonio llevando a su mujer en un carrillo a tomar el sol y el viento, al Alto de la Dehesa o al Molino de Viento, o al Paseo del Mirón con una ternura entrañable. Eso sí que gustó a la ciudad. Se admiraba la ternura con la que cuidaba a su esposa.

¿Tuvo don Antonio Machado alguna intervención en el nacimiento de La Cotorra?

Yo fui el creador, el secretario. La creamos bajo los auspicios de Don Antonio, pero él sabía mejor que nosotros que el celtíbero rechaza el humor, de tal manera que no quiso comprometerse mucho ni enemistarse con nadie. Nosotros fuimos los que pagamos el pato, porque, aunque las bromas eran ingenuas, nos creó muchas enemistades.


CLEMENTE SÁENZ GARCÍA 
Ingeniero de Caminos 
Soria, 1897-1873


Alumno de Antonio Machado, Curso 1911-1912

Dos artículos que evocan su biografía:




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MARIANO DEL OLMO MARTÍNEZ
Por  Terrel Sanz (Revista de Soria, 1975)

Uno de los primeros alumnos que tuvo en Soria D. Antonio Machado fue D. Mariano del Olmo Martínez. Un día de la fría primavera fuimos a visitarle, quien nos recibió amablemente.
Al indicarle el motivo de nuestra entrevistra gustoso accedió a contestarnos. La entrevista la celebramos alrededor de la clásica mesilla con el brasero encendido. La sala comedor, donde nos encontramos, se halla con muebles estilo español. En el centro, una mesa redonda llena de libros.
D. Mariano al iniciar la charla nos cuenta muchas vivencias de su juventud, de los años de estudiante en el Instituto y también de D. Antonio y demás profesores que con él formaban el Claustro.

¿Cuando usted inició los estudios había llegado ya D. Antonio?
Los inicié en 1906. Todavía no había sido nombrado D. Antonio para la Cátedra de Francés, lo fue en 1907 y en este curso ya nos dio las clases y por lo tanto las notas.

El Sr. Del Olmo busca en la mesa un legajo donde conserva todas las notas del Instituto, así como las de su carrera de Médico-Odontólogo y las del Doctorado.

¿Recuerda quiénes fueron sus compañeros?
De todos quizás no, pero tome nota. D. Domingo Manrique, D. Luciano Izquierdo, D. Pedro Millán, Don Pablo Hernández, D. Adolfo Bujarabla y los hermanos D. Conrado y D. Víctor Arciniega y don Adolfo Cabrerizo, que después ocuparía una Cátedra.
El texto que estudiábamos fue “Grammaire Française”, del Profesor del Liceo de Zaragoza, D. Antonio Gaspar del Campo. (Libro que guarda cuidadosamente, en la mesa de que hemos hablado.)

¿Puede decirnos cómo trataba Machado a los alumnos?
Maravillosamente, ya que su trato era sumamente sencillo y humilde, también fuimos muy bien considerados por sus compañeros y amigos D. José De la Fuente, D. Emilio Aliaga, y D. Francisco Santamaría Ezquerdo. Nosotros nos sentíamos muy contentos, y debo añadir que estos profesores nos hicieron hombres.

¿Les hablaba de Soria y de su paisaje?
En la clase era solamente profesor. Un gran profesor. Cuando mejor conocimos a Machado fue en el Mercantil, café que estaba donde hoy se hallan los almacenes de Redondo. En el lado izquierdo de la planta baja había un salón al que íbamos varios de los alumnos y allí leíamos obras estando los profesores que antes le he indicado y D. Antonio, con quienes pasábamos largas horas.

¿Recuerda si el cantor de Soria perteneció a “La Escolar”, como algunas personas nos han asegurado?
Oficialmente no perteneció, pero fue amigo de todos ellos, y algunas veces asistía a sus meriendas. Eran los “rebeldes” de entonces.

¿El noviazgo de Leonor se comentó en la ciudad?
Bastante. Sobre todo por sus enemigos, que le censuraron mucho.

Seguramente la boda sería un gran acontecimiento, teniendo en cuenta la diferencia de edad de los contrayentes. ¿Fue así?
La boda sirvió para que se hablase mucho en el casino y en algunos centros. Se casó enamoradísimo y he de decirle que, pese a lo que se ha dicho, no le dieron cencerrada alguna.

¿De la obra de D. Antonio, ¿cuál es para usted la mejor poesía?
Me gusta toda. Para mí el mejor poeta de todos los tiempos.

El cantor de Soria, después de muerto, ha sido muy discutido. ¿No cree que de haber permanecido en la zona nacional no se habría hecho bandera política?
Seguramente le hubiera pasado lo que a García Lorca. No tiene nada más que recordar cómo apedrearon sus versos.

¿Cómo estima debe ser el monumento que se le dedique?
Una cosa sencilla, como sencillo fue él, que no sea un monumento a la vanidad y al mal gusto. Machado era enemigo de todo cuanto saliera de su vida normal. Recuerdo que con ocasión del homenaje que Soria le dedicó el año 1932 había escrito a su íntimo amigo Pepe Tudela diciéndole que viera la manera de que no le hicieran nada y si acaso que fuera una cosa sencilla e íntima. Sin ruido. Cuando vino a nuestra ciudad con este motivo, charlé con él de los años de mis estudios y de su estancia entre nosotros.

Seguramente podrá contarnos alguna anécdota. ¿Recuerda alguna?
No recuerdo ninguna. Unicamente tenía un estribillo, cosa muy característica en los franceses, que acada momento repetía ¿No es verdá? (N´est-ce pas!).