Antonio Machado en el corazón de Soria, textos de Alberto Llorente Sanz


En esta página, quedan recogidos los textos publicados en el libro, Antonio Machado en el corazón de Soria, editado por la Escuela Oficial de Idiomas de Soria en el año 2007, y redactados por Alberto Llorente Sanz y Joaquina Gutierrez Peña.

1) Antonio Machado, profesor del Instituto General y Técnico de Soria, Alberto Llorente Sanz. 

2) Vicerector, Joaquina Gutiérrez Peña y Alberto Llorente Sanz.

3) El "Aula de Antonio Machado", Alberto Llorente Sanz. 


4) El camino de Alvargonzález, Alberto Llorente Sanz.




ANTONIO MACHADO, PROFESOR  DEL INSTITUTO GENERAL Y TÉCNICO DE SORIA



Alberto Llorente Sanz


“…el espíritu de otros tiempos fue humanista y la educación revistió un carácter clásico; en nuestro tiempo el espíritu es industrial, y la educación debe ser técnica”.

Este es el argumento central de la reforma educativa implantada en España al comenzar el siglo XX y regulada por Real Decreto de 16 de agosto de 1901. Trataba de resolver el conflicto entablado entre el bachillerato clásico y el moderno y suponía modificar la organización de los Institutos. Aparecía el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes (antes lo era de Fomento) y se creaba el escalafón del Cuerpo de Catedráticos de Instituto. La Revolución Industrial era una realidad en Europa.
 La reforma fue acometida por don Álvaro Figueroa, Conde de Romanones, al que Sagasta confió la cartera de Instrucción Pública, pero su plan de estudios sería considerado demasiado exigente y ambicioso en su aplicación y, en consecuencia, modificado por el Ministro Bugallal en 1903. El Conde de Romanones volvió a ser ministro de la misma cartera en 1910 con el gobierno de Canalejas. El nuevo sistema con seis años de bachillerato y su correspondiente plan de estudios perduró hasta 1934. Ha sido el de mayor vigencia en nuestro sistema educativo. En él trabajó D. Antonio Machado Ruiz en las localidades de Soria, Baeza (Jaén), Segovia y Madrid.


   Recuerdo Infantil  (A. Machado)
                                         Una tarde parda y fría
                                     de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales. (…)
    Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano. (…)

En el centenario de su llegada a nuestra ciudad (1907-2007) conviene recordar algunos datos de su labor profesional entre nosotros y reconocer que forma parte de la historia de esta tierra como profesor del Instituto que lleva su nombre y como hijo adoptivo de Soria donde “viví y sentí con toda intensidad”, según sus propias palabras.

D. Antonio Machado Ruiz es nombrado oficialmente catedrático numerario de la asignatura de francés del Instituto General y Técnico de Soria por Real Orden de 16 de abril de 1907 (Gaceta de Madrid-núm. 110, 20 Abril 1907). La norma dice así:

MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA
REALES ÓRDENES
            Ilmo.  Sr.: S. M. el Rey (Q. D. G.) ha tenido a bien nombrar, en virtud de oposición, Catedrático numerario de Lengua francesa del Instituto de Soria, con el sueldo anual de 3.000 pesetas y demás ventajas de la ley, a D. Antonio Machado y Ruiz, habiendo dispuesto S. M. que se le expida el titulo profesional, en cumplimiento del art. 56 del decreto de 15 de enero de 1870, a cuyo fin se formará el oportuno expediente por el Director del Instituto citado, previo pago de los derechos que correspondan
            De Real orden lo digo a V. I. para su conocimiento y demás efectos Dios guarde a V. I. muchos años. Madrid 16 de Abril de 1907
                                                                                   R. SAN PEDRO
                                                                                  Sr. Subsecretario de este Ministerio

Toma posesión el 1º de mayo del mismo año, según recoge el Libro de Registro (nº de orden 169) donde, en la misma fecha de 1912, está anotado el “primer ascenso por quinquenio” (nº de orden 210), confirmando su “toma de posesión” en nuestra ciudad en la fecha indicada.
Era Director del Instituto D. Gregorio Martínez Martínez, Catedrático de Latín, y ejercía como Secretario D. Juan Gil Angulo, titular de Lengua y Literatura Castellana, que cesó el 28 de julio de 1907 por traslado a Salamanca según Real Orden de 16 de julio del mismo año.
En el Instituto, además del bachillerato, se impartían los estudios elementales y superiores de Magisterio de Primera Enseñanza, que duraban cinco años, así como los estudios elementales de Agricultura, de Comercio, de Bellas Artes y otras enseñanzas nocturnas para obreros. Ejerció su labor docente durante cinco cursos, hasta 1912, año en que tras la muerte de su esposa Leonor, se traslada a Baeza.
            En su “Autorretrato” afirma:
        A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho donde yago.

Su sueldo anual era de 3000 pesetas. Trabajaba todas las horas semanales necesarias para impartir, preparar y evaluar las clases de Lengua Francesa a los alumnos de 3º y 4º de bachillerato que tenían entre 12 y 14 años, y algunos más, y cinco o seis asignaturas anuales. Además era el Vicedirector del Instituto. El curso “oficial” comenzaba después de las fiestas patronales de S. Saturio y las clases terminaban el 20 de mayo. Los meses de junio y septiembre se dedicaban a los estudios “no oficiales”, en la doble convocatoria de enseñanzas para alumnos “libres”, en las modalidades de bachillerato y magisterio, fundamentalmente, porque no todos los jóvenes podían seguir las enseñanzas “presenciales” en el centro escolar que las impartía oficialmente. Fue un profesor amable que creía en el valor de la educación. En octubre de 1910, en el homenaje realizado en el Instituto a D. Antonio Pérez de la Mata, soriano del pueblo de Castilfrío, sacerdote, filósofo, psicólogo, catedrático y autor de libros de metafísica, Machado termina dirigiéndose a los alumnos con estas palabras: “No aceptéis la cultura postiza que no pueda pasar por el tamiz de vuestra inteligencia”. Hay que aprender a pensar, a razonar, a utilizar el cerebro; a distinguir “los valores falsos de los verdaderos y el mérito real de las personas bajo toda suerte de disfraces”. Porque es un hecho que “un hombre mal vestido, pobre y desdeñado, puede ser un sabio, un héroe, un santo; el birrete de un doctor puede cubrir el cráneo de un imbécil”. Su máxima era:
     Despacito y buena letra
que el hacer las cosas bien
importa más que el hacerlas.
El “hombre normal y corriente,… bueno, acogedor, amable, generoso sin límite y aparentemente serio” (Tuñón de Lara), “…bueno, amable, recto y ejemplo de sencillez y humildad” (Pablo de Azcárate), se define desde Baeza, dirigiéndose a Unamuno, con estas palabras:
este humilde profesor
de un instituto rural.

PROFESOR DE FRANCÉS

Estos son los resultados académicos de los cinco cursos que trabajó en Soria como Catedrático de Lengua Francesa de Bachillerato. Las Actas  se conservan en el Archivo del I.E.S. “Antonio Machado”.


CURSO 1907-1908: Enseñanza Oficial.



Curso
Nº alumnos
SB.
N.
Aprobado
Observaciones
7
2
1
4
1 alumna
Francisca Gómez y Gómez
9
1
1
7
1 alumna
Mª del Carmen Puig y Pellón
SB: sobresaliente. N: Notable. 

Es miembro de los tribunales examinadores en las pruebas de ingreso en las convocatorias de junio y septiembre. También en los exámenes de asignaturas de bachillerato y magisterio de enseñanzas no oficiales. En Lengua Francesa, curso 1º, el Acta recoge 3 alumnos con 1 N. y 2 Aprob. (6 de junio) y 6 alumnos de 2º con 1 SB., 1 N., 2 Aprobados  y 2 suspensos con fecha 24 de septiembre de 1908 de nombres Félix y Alfonso (el Acta la firma Machado con Vocal del Tribunal).  

En las Actas se comprueba que, en la convocatoria de septiembre, los alumnos de enseñanza oficial y no oficial eran examinados por el mismo Tribunal.

La firma de Machado aparece como Vocal, Secretario y Presidente de Tribunal en asignaturas siempre de letras: Lengua Castellana, Geografía General, Religión e Historia Sagrada, Caligrafía, Preceptiva Literaria y Composición, Psicología y Lógica, Elementos de la Historia General  de la Literatura, Nociones de Pedagogía, Prácticas de Enseñanza, Trabajos Manuales, Derecho Usual y Legislación Escolar, … etc. 
En marzo de 1908 es nombrado Vicedirector del Instituto (Real Orden de 28  de marzo de 1908). Toma posesión el 14 de abril del mismo año, según el Libro de Registro (nº de orden 179). En enero había sido nombrado Secretario (nº de orden 176) Agustín Santo Domingo y López.

CURSO 1908-1909: Enseñanza Oficial.


Curso
Nº alumnos
SB.
N.
Aprobado
Observaciones
9135

83
4
Amancio Hergueta Frías, sin calificar.
Francisca está en 2º

Antes de iniciarse el curso, con fecha 2 de septiembre de 1908, Machado se había dirigido al Ministerio de Instrucción Pública para expresar su deseo de tomar parte en las oposiciones para cubrir la vacante de cátedra de Lengua Francesa en el madrileño Instituto de S. Isidro.


Miembro de los Tribunales de ingreso y asignaturas de letras de bachillerato y magisterio. Su firma aparece en las convocatorias de junio y septiembre aunque en menor medida que el curso anterior, sin duda por su condición de Vicedirector.

En la enseñanza no oficial, convocatoria de junio, en Lengua Francesa de 1º, aparecen 4 alumnos (1 N. y 3 aprobados) y en 2º curso, 6 alumnos (1 N., 4 aprobados y 1 suspenso de nombre Leonardo –Acta núm. 2-). En la convocatoria de septiembre Leonardo aparece como aprobado. En las Actas de Examen se recogen los “alumnos oficiales no presentados a los exámenes ordinarios y los no oficiales suspensos o no presentados en junio”.

1909-1910: Enseñanza Oficial.


Curso
Nº alumnos
SB.
N.
Aprobado
Observaciones
17

512
Todos varones
8233
Todos varones

En la convocatoria de junio, enseñanza no oficial, en su asignatura de Lengua Francesa, las Actas reflejan 6 alumnos  de 1º con las siguientes calificaciones: 2N. y 4 aprobados; 6 alumnos de 2º con 1 SB. y 5 aprobados y aparecen, por primera vez, 2 alumnos de Lengua Francesa (asignatura completa) con 1 N. y 1 Aprobado.


Durante las vacaciones de verano se casa con Leonor.

En las Actas de septiembre, primer curso, se relacionan 4 alumnos: 4 aprobados y 1 estudiante de asignatura completa con calificación SB.

1910-1911: Enseñanza Oficial.


Curso
Nº alumnos
SB.
N.
Aprobado
Observaciones
13346
1 alumna
Mª de las Mercedes Onasis Andrés
15339
Todos varones

En octubre, al comenzar el curso, Machado participa en el Instituto en el homenaje al filósofo soriano D. Antonio Pérez de la Mata.


En diciembre es becado por la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas para aumentar conocimientos de filología francesa en París. Machado, acompañado de Leonor, permanecerá en la capital francesa entre enero y septiembre de 1911. Ejercerá su labor docente durante el primer trimestre del curso y en la convocatoria de septiembre.

Es sustituido en la cátedra de francés por el Ayudante de la Sección de Letras del Instituto. Las Actas de los exámenes oficiales están firmadas por D. Miguel Jiménez de Cisneros.   

En la enseñanza no oficial, convocatoria de junio, preside los Tribunales de Lengua Francesa D. Gregorio Martínez. En primer curso aparecen 6 alumnos (1 SB., 2 N. y 3 aprobados), en 2º curso, 6 alumnos (3 N. y 3 aprobados) y en Lengua Francesa, asignatura completa, que supone ambos cursos a la vez, las Actas recogen 4 alumnos (2 SB. y 2 N.).

En la convocatoria de septiembre, Machado se ha reincorporado a sus tareas profesionales y forma parte de los Tribunales constituidos para “exámenes de alumnos oficiales suspensos y no presentados en mayo y de no oficiales suspensos en junio”. En Lengua Francesa los resultados académicos son los siguientes: en 1º se presentan 4 alumnos (1SB. y 3 aprobados), en 2º curso 4 alumnos (1 SB. y 3 aprobados) y en la asignatura completa también 4 son los estudiantes, todos con calificación notable.

1911-1912: Enseñanza Oficial.


Curso
Nº alumnos
SB.
N.
Aprobado
Observaciones
29
12
611
5 alumnas: María, Josefa, Loreto, Cruz y Carmen
16646
Mª de las Mercedes cursa 2º

En la enseñanza no oficial, convocatoria de junio, en 1º de Lengua Francesa el Acta recoge 3 alumnos, todos aprobados. No hay documentos que acrediten la existencia de alumnos en 2º curso y asignatura completa.


El 1 de mayo de 1912 cumple el primer quinquenio en al enseñanza y su sueldo pasa a 3.500 pesetas anuales. Fue su primer ascenso por antigüedad en el Cuerpo de Catedráticos.

 La firma de Machado aparece exclusivamente como Presidente de los Tribunales de ingreso y en las asignaturas de Lengua Castellana, Preceptiva Literaria, Psicología y Lógica, Elementos de la Historia General de la Literatura, Ética y Rudimentos de Derecho, Religión e Historia Sagrada (magisterio) y Gramática Castellana. Nunca aparece ni como Vocal ni como Secretario de Tribunal.

En las Actas de septiembre la firma de Machado ya no aparece. Leonor había muerto el 1 de agosto y el profesor Machado se encontraba en Madrid esperando su nuevo destino en Baeza. Se marchó de Soria y todavía no ha  cesado como profesor del Instituto, al menos en el Libro de Registro donde aparecen los nombramientos y tomas de posesión como Catedrático y Vicedirector pero no la fecha de cese en el Centro.  

En la enseñanza oficial, en los dos niveles de su asignatura y durante los cinco cursos que estuvo en Soria, el profesor Machado impartió docencia a un total de 131 alumnos con una ratio media de 13 estudiantes por curso. Casi el 94% eran varones y solo el 6% eran mujeres. Estas son las identidades de las 8 alumnas según aparecen en las Actas de Examen: Francisca Gómez y Gómez, Mª del Carmen Puig y Pellón, Mª de las Mercedes Onasis y Andrés, María Alonso Catalán, María Loreto Marco Soria, María Cruz Gil Febrel, Carmen Sánchez Moreno y Josefa Lenguas Santa Ana.
Los resultados académicos globales son los siguientes: 33 sobresalientes (25%), 30 notables (23%), 67 aprobados (51%), y un alumno sin calificar (Amancio Ergueta Frías) en 2º de Lengua Francesa, según recoge el Acta de Examen nº 1 de fecha 22 de mayo de 1909 firmada por el Catedrático A. Machado, aunque puede ser un error porque dicho alumno aparece en el Acta de 1º, en la misma convocatoria, con calificación de aprobado y no parece posible que estuviera matriculado en dos cursos de Bachillerato en el mismo año académico.
En la otra “clase” de enseñanza, así se denomina en las Actas, en la no oficial, a la que el Instituto dedicaba los meses de junio y septiembre mediante la constitución de Tribunales para estudiantes “libres” que eran preparados por los Maestros en las Escuelas de los pueblos o de la ciudad, el número total de alumnos que se examinan de Lengua Francesa ante los Tribunales de los que Machado es miembro como Presidente o Vocal es de 69. Los resultados académicos son los siguientes: 8 Sobresalientes (11,6%), 18 Notables (26%), 40 Aprobados (58%) y 3 Suspensos (4,35 %): Félix, Alfonso y Leonardo.
No es fácil hacer una valoración del magisterio de D. Antonio Machado en Soria desde los resultados académicos. Valorar implica comparar con los referentes de calidad de su tiempo y lugar. No podemos hacerlo desde los patrones del actual sistema educativo. Hace un siglo estudiaban “los que valían para estudiar” –componente cognitivo- y que, además, pertenecían a familias con posibilidades económicas. Hubo muchos genios desaprovechados por razones socio-económicas. Debemos acabar con el mito de que “Machado no suspendía a nadie” porque además de no ser cierto implica desconocer que entre las calificaciones de Lengua Francesa y otras asignaturas de Bachillerato de los mismos niveles, no hay diferencias significativas. El profesor que inició su trabajo en la enseñanza en nuestro Instituto no suspendía ni más ni menos que otros profesores. Nos ha llegado la imagen de un hombre bueno, introvertido, trabajador, paciente, recto, pensativo, sencillo, humilde,…Seguramente también fue así como profesor.  

BIBLIOGRAFÍA
(1)   Actas de Examen. Archivo del I.E.S. “Antonio Machado” de Soria.
(2)   Enciclopedia Larousse. Editorial Planeta.
(3)   Martínez Laseca, José María. Antonio Machado: su paso por Soria. E. Sorianas, 1984.
(4)   Poesías Completas. Editorial Espasa-Calpe. Madrid. 1974.
(5)   Antonio Machado y Ruiz. Expediente académico y profesional 1875-1941. MEC. 1975.
(6)   Normativa legal. Gaceta de Madrid.
(7)   Libro de Registro (1887-1960). Nombramientos, fechas de posesión y ceses. Archivo del Instituto.
(8)   Gaceta de Madrid - Núm. 110, 20 Abril 1907



Nombramiento (16 de abril de 1907), Toma de posesión (1 de mayo de 1907) y Cese (no consta) de Antonio Machado como profesor del Instituto de Soria (Nº de orden, 169)



 Nombramiento (28 de marzo de 1908), Toma de posesión (14 de abril de 1908) y Cese (no consta) de Antonio Machado como profesor del Instituto de Soria (Nº de orden, 179)



Nombramiento (6 de mayo de 19012), Toma de posesión (1 de mayo) y Cese (no consta) de Antonio Machado como profesor del Instituto de Soria (Nº de orden, 210)

Fuente: I.E.S. Antonio Machado (Alberto Llorente Sanz)




Antonio Martínez Balmaseda, médico de Cidones.
Hijo de D. Gregorio Martínez Martínez, Director del Instituto de Soria en 1907 y compañero de Antonio Machado.



VICEDIRECTOR

Joaquina Gutiérrez Peña y Alberto Llorente Sanz



Además de Catedrático de Lengua Francesa, D. Antonio Machado Ruiz ejerció como Vicedirector del Instituto General y Técnico de Soria. Fue nombrado por Real Orden de 28 de marzo de 1908 y tomo posesión el 14 de abril del mismo año.

Machado ocupó el puesto de D. Agustín Santo Domingo López que había sido nombrado Secretario el 20 de enero del mismo año después de cesar en el cargo de Vicedirector que desempeñaba desde el 19 de noviembre de 1907. Cesaría como Secretario el 14 de octubre de 1913 y acompañó, por tanto, a Machado en el equipo directivo del Instituto durante su estancia en Soria. Era Catedrático de Ciencias Físicas y Naturales con aplicación a la Industria y a la Higiene. El Director era D. Gregorio Martínez Martínez, Catedrático de Latín.

Recientemente se han descubierto algunos documentos que dan fe de las tareas administrativas de nuestro poeta universal. Estaban en el archivo “personal” de  D.ª Pilar Martínez Trillo-Figueroa, en su casa de la ciudad de Lérida donde residía de forma habitual. Hacen referencia a los diferentes trámites oficiales para retrasar la edad de jubilación del que fuera su abuelo D. Gregorio Martínez Martínez. Los legajos han sido cedidos por los herederos de la nieta del compañero de Machado con la finalidad de profundizar en el conocimiento de la vida y obra de nuestro  profesor y poeta.

D.ª Pilar, fallecida el 10 de octubre de 2004 a los 92 años, pasaba “algunas temporadas” en la finca de Malluembre, propiedad de la familia, en la casa solariega del siglo XVI que se quemó “de forma fortuita” hace varios años. El lugar quizá esconde, entre sus cenizas, secretos de la excursión de Machado a la Sierra de Urbión y de la relación del poeta con Cidones. 

El titular de Latín, D. Gregorio Martínez, había nacido el 15 de noviembre de 1838 y, por tanto, en la misma fecha de 1908 cumplía 70 años, edad reglamentaria de jubilación, pero quiere continuar al frente de su Cátedra y, por ello, se inicia el “expediente de edad” con la directa intervención de Machado en su elaboración y tramitación administrativa. Continuará en la práctica docente de su asignatura hasta su muerte en 1912 y como Director hasta el 7 de febrero de 1911 en que le sustituye como “Director provisional” (nº de orden 197) D. José Lafuente Vidal. Desde el 1º de marzo del mismo año, el Libro de Registro recoge el nombramiento como Director de D. Ildefonso Maés Sevillano (fecha de posesión 11 de marzo de 1911), que lo ejerció hasta el 5 de junio de 1931. Era Catedrático de Agricultura y “encargado” de la Estación Meteorológica.
  
La secuencia cronológica  del expediente de edad es la siguiente:


I

24 de Noviembre de 1908: Instancia al Ministerio, “documentada” al margen (28-X-08) por el Vicedirector A. Machado

Instancia de D. Gregorio Martínez:

Excmo. Señor: El que suscribe, Catedrático numerario de Latín del Instituto general y técnico de esta Ciudad, anotado con el número 18 en el escalafón del corriente año, a V. E. respetuosamente expone: Que no obstante haber cumplido la edad de 70 años el día 15 del mes actual, se encuentra con aptitud intelectual y física para continuar al frente de su Cátedra; por tanto espera de la bondad y rectitud de V. E., le consienta al recurrente continuar prestando sus servicios como hasta la fecha.
Gracia que no duda conseguir de V. E. cuya vida guarde Dios muchos años.
                                               Soria 24 de Noviembre de 1908
                                                           Gregorio Martínez
             

En el informe escrito al margen  y firmado por A. Machado se lee:

Excmo.  Señor: El que suscribe cumpliendo un deber reglamentario, hace constar en el presente informe que el recurrente, tiene condiciones para continuar desempeñando  su clase como así lo reconoció el Claustro por unanimidad,  en sesión celebrada el día 25 del corriente.
                                                           Soria 28 de Noviembre de 1908
                                                                       El VicedirectorA. Machado   


II

Informe del Claustro (25 de noviembre de 1908)

El Claustro está presidido por Antonio Machado y firma el Vº Bº del Acta como Director del Instituto.

Nº 1
Papel de oficio
Informe del Claustro

D. Agustín Santo Domingo y López, Catedrático y Secretario del Instituto general y técnico de esta Ciudad. Certifico que en la página 162 del libro de Actas del Claustro se halla la del 25 del corriente, la cual entre otros contiene el siguiente particular. Ocupada la presidencia del Claustro por el Vicedirector D. Antonio Machado, este dio cuenta de la instancia que el Sr. Director D. Gregorio Martínez, como Catedrático de Lengua Latina le ha presentado para su curso al Excmo. Señor Ministro de Instrucción pública, solicitando le conceda continuar prestando sus servicios como hasta la fecha, por encontrarse en condiciones para ello, toda vez que se le presentan sus actitudes intelectual y física. Enterados los Sres. asistentes de cuanto ha manifestado la presidencia por unanimidad de se acordó hacer constar no solo que D. Gregorio Martínez se encuentra apto para desempeñar sus clases, sino que da otras hasta el punto de no haber necesitado sustitución alguna durante mucho tiempo, reconociendo desde luego que se halla en condiciones de desempeñar su Cátedra y que con certificación a este particular se eleva a la superioridad la referida solicitud. La copia del original a que me refiero. Y para que así conste, de orden del Sr. Vicedirector, con el visto bueno y el sello de este Instituto expido la presente en Soria a veinte y cinco de Noviembre de mil novecientos ocho. Agustín Santo Domingo. V y B, el Director: A. Machado.


III

Informes remitidos al Ministerio de Educación (28 de Noviembre de 1908).

La instancia del interesado documentada por el Vicedirector y el informe del Claustro son remitidas por Machado el 28 de Noviembre. El oficio con fecha de entrada en el Ministerio de 30 de Nov. de 1908 dice lo siguiente. Leamos:

            INSTITUTO GENERAL Y TÉCNICO
                                   DE                                          Sello Ministerio
                                 SORIA                                     30 NOV.-1908
                        Número 113                                      ENTRADA

                                                           Excmo. Señor:
Para la resolución que V. E. estime procedente, tengo el honor de remitirle documentada, la adjunta instancia que el Catedrático de Latín de este Instituto D. Gregorio Martínez y Martínez promueve a su respetable autoridad, en solicitud de que le consienta continuar prestando sus servicios aún cuando ha cumplido los 70 años, por hallarse con aptitud intelectual y física para desempeñar su cátedra.

                                                           Dios guarde a V. E. ms. As.
                                                           Soria 28 de Noviembre de 1908
                                                                       El Vicedirector
A.     Machado

Desde la Sección de Institutos del Ministerio, el Subsecretario remite al Director, el 2 de Diciembre, “para que se complete el expediente conforme a la Real Orden de 1901 y, después, se remita por el conducto debido”. El sello del Ministerio tiene fecha de salida de 4-DIC.1908



IV

Certificado médico (13 de Diciembre de 1908).

La certificación médica a que hace referencia el informe del Claustro la solicita  Machado el 11 de Diciembre de 1908. Este es el texto:

Diciembre 11/1908. Al Sr. Juez de Instrucción de esta Capital: A fin de dar cumplimiento al párrafo 1º de la R. O. de 17 de Marzo de 1901; y con el objeto de formar expediente para continuar en el servicio de la enseñanza el Catedrático de Latín de este Instituto D. Gregorio Martínez, he de merecer de V. E. se sirva disponer al facultativo de Medicina que como forense reconozca e informe del estado físico en que se encuentra el indicado Sr. Martínez. El Vicedirector: Antonio Machado.

V

Y se adjunta con los documentos anteriores al Excmo. Señor Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes.  Esto dice el informe médico, en lo que la grafía del mismo nos permite leer:

Nº 2. La comunicación del Señor Juez de Instrucción de este partido D. Prudencio fecha 17 de Diciembre de 1908 ¿recibida? por el Vicedirector de este Instituto D. Antonio Machado, se acompaña certificación del médico forense que dice así: (…) en la Universidad de Santiago, y alumno (…) numerario por oposición del Hospital Clínico de aquella facultad, (…) de este Ayuntamiento y Médico forense intº de este juzgado de Instrucción fecha del día de ayer, he reconocido a D. Gregorio Martínez y Martínez, natural de Ledesma, de 70 años de edad, de estado casado y Profesor de Latín de este Instituto General y Técnico, y de su reconocimiento resulta que su estado es sano y bueno, sin que en el día presente informe alguno de enfermedad, por lo cual se encuentra en condiciones para continuar dedicándose a la enseñanza, máximo cuando no representa la edad que tiene pues (…) es de menor edad. Y para que pueda justificarlo cuando le convenga, extiendo la presente que remito al Sr. Juez de Instrucción y la firmo en Soria a trece de Diciembre de mil novecientos ocho. Valentín Guisande.   


La certificación médica era anual. Entre los años 1909 y 1912 la realizan D. Aniceto Hinojar y Leal y D. Mariano Iñiguez y Ortiz, médicos del Hospital provincial, que previamente comunicaban al interesado el día y hora para proceder al reconocimiento. Después remitían el informe al Director del Instituto.

VI
El informe de 1909 señala:

… Certifican: Que en cumplimiento de la R. O. del Ilmo. Sr. Rector de la Universidad de Zaragoza, comunicada por la Dirección de este Hospital, han reconocido a D. Gregorio Martínez y Martínez,… el cual se encuentra en plena salud, con las funciones en estado normal y plenitud de sus facultades intelectuales, pudiendo por tanto prestar sus servicios en la enseñanza en el desempeño de la Cátedra. Para que así conste bajo juramento expedimos la presente certificación en Soria a nueve de Diciembre de 1909.
                                   Mariano Iñiguez y Aniceto Hinojar

VII

19 de Diciembre de 1908: Comunicación de A. Gaspar, Universidad de Zaragoza, de la que dependía el Instituto de Soria

Zaragoza 19 – 12 – 1908. Sr. D. Antonio Machado. Mí querido amigo: Leída su carta y con ella en la mano, me he presentado en la Universidad y he recabado del Jefe de Negociado que la solicitud del Sr. Director de su Instituto salga hoy mismo para el Ministerio con favorabilísimo informe, así me lo ha prometido y así se ha hecho. Sabe le quiere su mejor amigo que le abraza, A. Gaspar


VIII

Machado, desde Madrid, escribe a D. Gregorio Martínez, adjuntándole la carta de Gaspar y ofreciéndose para “hacer algo” en el Ministerio.


            La carta personal, no oficial, dice así:

Querido D. Gregorio: Adjúntole esa carta de Gaspar por la que verá  como su asunto marcha sin tropiezo. Dígame si es preciso hacer algo en Madrid, pues si la cosa depende ahora del Consejo de Instrucción puedo hablar a algunos consejeros. Yo supongo que no hará falta y que el asunto se desarrollará mecánicamente y sin tropiezo alguno. Siento que el amigo Aranda haya cargado con la…  (¿lata?) de los colegios. Mil afectos a todos. Suyo
A.     Machado

¿Quién era el “amigo” Aranda? 

Todo indica que se refiere a Emilio Aranda, profesor del Instituto, que en las Actas de Examen de 1908  firma en las asignaturas de Preceptiva Literaria y Composición, Psicología y Lógica, Elementos de la Historia General de la Literatura, Ética y Rudimentos del Derecho y Geografía e Historia. Algunas pertenecen al programa de Magisterio y cabe la hipótesis  de que este profesor realizara tareas de coordinación con los colegios en las prácticas de enseñanza de los futuros maestros.  Parece que era un trabajo difícil, ¡una lata!

IX

Resolución del Expediente

Anualmente desde la Subsecretaria de Institutos del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes se remitía al Director del Instituto la resolución del Expediente de edad, “para su conocimiento y el del interesado”. Esta es la comunicación de 1909, escrita a mano:




El Excmo. Sr. Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, nos dice con esta fecha lo que sigue. Ilmo.  Sr: Su Majestad el Rey (q.D.g.) ha tenido a bien …al Director del Instituto de Soria … … … D. Gregorio Martínez, solicitando continuar en el servicio activo de la enseñanza por haber cumplido los 70 años de edad, para que se una al expediente a que se alude en los artículos 4º, 5º y 6º de R. O. de 1º de octubre corriente y complementaria de fecha 10 del mismo mes y año. Lo que traslado a V. S. para su conocimiento y el del interesado. Dios guarde a V. S. muchos años. Madrid 16 de Octubre de 1909. El Subsecretario.

                                   Sr. Director del Instituto de Soria
                                               (Recibida en 22/1909 de octubre)


X

Las Resoluciones de 1910, 1911 y 1912 tienen formato de imprenta con los datos personales escritos a mano. Veamos la de 1910.



D. Gregorio Martínez no fue el único profesor del Instituto sometido a expediente de edad. En su misma situación se encontraba D. Isidro Martínez González, profesor de Religión, como se desprende del documento de fecha  18 de octubre de 1909, que con la letra de Antonio Machado y bajo el encabezamiento “Distrito Universitario de Zaragoza” dice lo siguiente: “Relación de los Señores Catedráticos y Profesores que tienen cumplida la edad de 70 años y se forma en cumplimiento de lo que dispone la Real Orden de 10 del actual”. El titular de la asignatura de Religión había casado a Leonor y Antonio unos meses antes como se puede comprobar en el Acta de matrimonio.

El escrito parece un borrador del original porque además de contener una tachadura, al pie del mismo se ha añadido, con diferente tipo de letra: “Copia igual a la ¿presentada? cuando al Ministerio el día de la fecha que lleva esta relación”. Continúan las tareas administrativas del profesor Machado. Esta es la prueba:


XI
Comunicación al interesado

La última Resolución favorable para que D. Gregorio Martínez “continúe en el desempeño de su Cátedra”, la firma el Subsecretario del Ministerio el 9 de Julio de 1912. La comunicación al interesado la firma el Vicedirector  Antonio Machado el 29 de julio de 1912, dos días antes de la muerte de Leonor. Este es el texto:
                       
INSTITUTO GENERAL Y TÉCNICO DE SORIA

En el Boletín Oficial nº 59 del Ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes correspondiente al día 23 del actual se publica la R. O. siguiente:
Ilmo. Sr.: Visto el expediente instruido en virtud del Real decreto de 15 de Marzo de 1901 y Real orden de 17 del mismo mes y año para probar la actitud física del Catedrático numerario del Instituto de Soria D. Gregorio Martínez y Martínez no obstante haber cumplido la edad setenta años; Resultando que la certificación facultativa de dicho interesado se halla en perfecto estado de salud a pesar de su avanzada edad; Teniendo encuenta los informes favorables de las Autoridades académicas correspondientes, S. M. el Rey (q.D.g.) de acuerdo con lo dictaminado por ese Consejo, ha tenido a bien disponer que D. Gregorio Martínez y Martínez continúe en el desempeño de su Cátedra. De Real orden lo digo a V. I. para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde a V. I. muchos años. Madrid 9 de julio de 1912. (…). Sr. Subsecretario de este Ministerio. Señores Rector de la Universidad de Zaragoza y Director del Instituto de Soria. Lo que me complazco en trasladar a V. para su conocimiento y satisfacción. Dios guarde a V. muchos años. Soria 29 de julio de 1912
            El Vice-Director    Antonio Machado
          
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La prórroga de servicio activo era para el curso 1912-13, pero el Catedrático de Latín del Instituto de Soria no la pudo disfrutar. Moría el 5 de Septiembre de 1912 a los 74 años de edad. Le sustituyo, con fecha de posesión 1º de diciembre de 1912, D. Juan Alegre Alonso que sería nombrado Catedrático de Lengua Latina el 1º de enero de 1913.


El Ex Director del Instituto dejó al morir viuda y dos hijos, Benita y Antonio. El hijo D. Antonio Martínez Balmaseda, médico de Cidones y residente durante toda su vida en esta localidad, se había casado con Dª. María Trillo-Figueroa y Carrillo, propietaria de la finca de Malluembre. Son los padres de D.ª Pilar Martínez Trillo- Figueroa  que  conservaba  estos documentos que nos permiten recordar la historia de su familia  y el papel de Antonio Machado como Vicedirector del Instituto de Soria.
El 1 de agosto de 1912 “a las diez de la noche, en la calle Estudio nº 7, a los 18 años de edad, casada con D. Antonio Machado de cuyo matrimonio no ha quedado sucesión” moría  Leonor según recoge el Acta de DefunciónTras la pérdida de “la tan breve esposa como musa permanente” nuestro profesor y poeta, además de Vicedirector del Instituto, abandonó Soria el 8 de agosto. Sin duda no asistió al funeral de su compañero y amigo D. Gregorio Martínez con quien inició la docencia   en el Instituto de nuestra ciudad y que, muy probablemente, organizó y puso los medios, ayudado por su hijo desde Malluembre, para la excursión al manantial del Duero y a la Laguna Negra, viaje del que nació “La Tierra de Alvargonzález”. 
Un siglo después, el Profesor y Vicedirector sigue sin fecha de cese en su Instituto de Soria. Se marchó, ligero de equipaje y al lado de su madre, para volver veinte años más tarde en 1932 –ahora acompañado de su hermano José- a recibir el título de hijo adoptivo de esta ciudad que vuelve a acordarse de él mucho tiempo después, en el centenario de su llegada que celebraremos en la primavera de 2007. Es el momento del homenaje y recuerdo de todos.          
                               
                                               Late corazón… No todo
                                            se lo ha tragado la tierra.
                                                        (Campos de Castilla –CXVII-)

                               
BIBLIOGRAFÍA:
-Antonio Machado. Poesías Completas. Ed. Espasa-Calpe. 1974
-Documentos cedidos por los herederos de D.ª Pilar Martínez Trillo-Figueroa, nieta de D. Gregorio Martínez Martínez..
-Libro de Registro (1887-1960). Archivo del Instituto.
-Actas de Examen (1907-1912). Archivo del Instituto.
-José Machado. Ultimas soledades del poeta Antonio Machado. Santiago de Chile, 1940






El “Aula de Antonio Machado”
en el Instituto de Soria

Alberto Llorente Sanz


Lápida en el Aula de Machado, obra de Pedro Barral, 1959.

Aunque la lápida tiene fecha del día 5, el “Aula de Antonio Machado” en el Instituto de Soria fue inaugurada el 6 de octubre de 1959 en un acto académico que coincidió con la apertura del curso escolar 1959-60. En el salón de actos del Centro el Director D. Alejandro Navarro dio a conocer el proceso de su creación y presentó al poeta Antonio Machado como cantor de Soria y como profesor  donde por primera vez ejerció la docencia.

Antecedentes

La iniciativa fue un acuerdo del Claustro de profesores del Instituto en el curso escolar 1957-58. Dice el Acta del 7 de febrero de 1958:

“En memoria de Machado. El Sr. Presidente pregunta a los miembros del Claustro designados para redactar la nota que ha de ser enviada a la Prensa en relación con la actualidad machadiana. El Sr. Beceiro manifiesta que tiene dispuestas unas cuartillas para su publicación. Estima que sea cual sea el resultado de la acción emprendida para la repatriación posible de los restos del insigne poeta, este Instituto estaría obligado a honrar la memoria del gran poeta a cuyo fin se propone: 1º,  dar el nombre del poeta a una de las aulas; 2º,  colocar una vitrina en la misma con documentos originales o copias personales, ediciones de obra e iconografía machadiana; 3º,  creación de una Cátedra de A. Machado a cuya inauguración sería invitado el gran poeta-Profesor que fue también de este Instituto D. Gerardo Diego; 4º,  publicación de unos cuadernos con los trabajos de esta Cátedra”.

Para ejecutar los acuerdos se necesitaba, en primer lugar, la “autorización de la Superioridad” y, después, la constitución del Patronato que debía encargarse de la organización y sostenimiento de la cátedra.


Apertura del curso 1959-1960

El Director del Centro, después de dirigir un saludo a las Autoridades y demás asistentes al acto, pronunció las siguientes palabras:

…Lo que esta Dirección quiere pronunciar, lo que tiene que decir, responde a un imperativo de momento, ya que la apertura de curso que estamos conmemorando implica un motivo excepcional, que le da un relieve singular.
La poesía contemporánea, la poesía nacional, está vinculada a dos poetas insignes; y esta poesía está unida a Soria y representada por dos de sus figuras más señeras. Por Antonio Machado y por Gerardo Diego.
En esta apertura de curso, nuestro Instituto quiere rendir su homenaje a la memoria de Antonio Machado, soriano por su obra poética y Profesor de Lengua Francesa de este Instituto.
           
...Con motivo del vigésimo aniversario de la muerte de Antonio Machado, se ha celebrado en este año de 1959 el homenaje nacional al poeta singular que fue Antonio Machado. Y fue aquí, precisamente, en nuestra Soria, en esta pequeña ciudad de Castilla en la que vivió los estímulos más profundos de su inspiración poética. El Instituto estuvo presente en él, con sus profesores y sus alumnos. Pero la simple presencia nuestra en el homenaje nacional a Antonio Machado, no bastaba. No podía bastar, porque el Instituto de Soria se sentía obligado a rendir su propio homenaje…


El Director del Instituto, Don Alejandro Navarro, pronunciando las palabras iniciales del acto.

Después de recordar los acuerdos del claustro, dijo lo siguiente:
           
“Comunicado a la Superioridad, en junio de 1958, y solicitada la debida autorización para su ejecución, la Dirección General de Enseñanza Media dio su aprobación en octubre del mismo año. Autorizó todas las partes de la propuesta y agradeció al Excmo. Sr. Gobernador Provincial, a los Ilmos. Sres. Alcalde y Presidente de la Diputación, la generosa ayuda económica que ofrecieron para el sostenimiento de esta cátedra. El Patronato que ha de regentarla, ha quedado constituido, actualmente, de la siguiente manera:
            Excmo. Sr. Gobernador Civil, representado por D. Antonio Sanz Polo.

            Excma. Diputación Provincial, representada por el ilustrísimo Sr, Presidente de la misma.

            Excmo. Ayuntamiento de la Ciudad, representado por D. Victor Higes.

            Centro de Estudios Sorianos, representado por D. Heliodoro Carpintero.

Y por la cátedra de Literatura de este Instituto, representada por los tres Profesores que actualmente forman su Seminario didáctico: D.ª Manuela Pita, D. Ricardo Apráiz y D.ª Faustina García.

Y a este Patronato se incorpora la Caja Provincial de Ahorros, que aunque no desea estar representada en él, de momento acepta, generosamente, subvencionar también dicha cátedra.
           
La Dirección de este Instituto ha estimado que la colocación de la lápida que ha de evocar la presencia poética de Machado en el ámbito de este Centro, y que ha sido magníficamente realizada por el gran artista D. Pedro Barral, tenga lugar hoy, a continuación de este acto académico de la apertura de curso 1959-1960.

A este propósito ha sido invitado, no sólo para darnos la primera lección del curso, sino también para inaugurar la cátedra Antonio Machado, el Excmo. Sr. D. Gerardo Diego Cendoya, catedrático que fue también de este Instituto, y  laureado poeta nacional y miembro de la Real Academia Española.

No he de hacer la presentación a Vds. de Gerardo Diego. Es sobradamente conocido de los sorianos, y seguramente en este salón se encontrarán antiguos alumnos suyos. El nombre de Gerardo Diego se conjuga, en la mente de los sorianos con el de Antonio Machado. Ambos están vinculados al alma de esta ciudad y a las tierras sorianas. Ambos iniciaron en este Instituto su vida profesional, como Profesor de Lengua Francesa uno, y como Profesor de Lengua Española el otro. Poetas los dos, cimas gloriosas de nuestra poesía nacional, han ejercido su arte poética con motivos de raíz soriana. Los dos han cantado a Soria. Antonio Machado y Gerardo Diego recibieron aquí, en Soria, abundante inspiración para su genio poético. Cada uno nos ha dado una interpretación del ser y de la realidad metafísica de nuestro solar castellano, viviéndolo poéticamente. Han hecho historia para la Poesía Nacional y para la Poesía Universal. A los dos, Soria les debe gratitud. Al ausente ya se le ha testimoniado. Con el presente tenemos una deuda contraída. Podrá hacerse esperar, pero Soria pagará su deuda a Gerardo.

Y para terminar digamos que el Instituto de Soria se honra exaltando la gloriosa figura humana de Antonio Machado, del que fue uno de sus profesores más insignes. Pero no ha de reducirse a este acto evocador, con toda su oficiosa solemnidad, nuestro homenaje a su memoria. El mayor homenaje que podemos hacerle es conocer su obra y hacerla nuestra, siendo fieles a nosotros mismos, y siendo para él el tú esencial que pedía de nosotros.

Estudiantes y alumnos de este Instituto, ¡leed a Machado, en lectura que sea un dialogo fecundo; hacerlo vuestro, asimilando su espíritu! Así realizaréis el tú esencial que preconizaba el maestro, haciendo vivo y fecundo en vosotros el empeño educador que late en toda su obra. Y llegar a ser buenos, como él dice de sí mismo en su retrato:

                           Y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
                        soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

A continuación tomó la palabra D. Gerardo Diego. Su discurso tuvo como título Soria en la poesía de Antonio Machado.

Soria en la poesía de Antonio Machado

No es fácil resumir la intervención de Gerardo Diego. Sus palabras fueron ricas y profundas. Remito al lector a CÁTEDRA ANTONIO MACHADO, PUBLICACIONES DEL INSTITUTO NACIONAL DE ENSEÑANZA MEDIA DE SORIA, Primer cuaderno, Soria 1960, Imprenta Provincial, DEPÓSITO LEGAL SO. 10-1960 (Págs. 9-36). Copio textualmente frases de su discurso en el Salón de Actos del Instituto el 6 de octubre de 1959:


Gerardo Diego al dar comienzo a su disertación.

“Me levanto a hablar con profunda emoción. Estoy en el Instituto de Soria, en el mismo Instituto donde hace 39 años, 5 meses y 14 días explique mi primera lección de catedrático…

…Me habéis llamado al honor de inaugurar la “Cátedra Antonio Machado”…

…Sé muy bien que modesto es el nivel de mi obra poética, comparado al altísimo de mi inolvidable amigo, compañero y maestro, pero ni mi entusiasmo por la poesía, ni mi dedicación a la enseñanza ni mi cariño por esta Soria real y poética ceden en nada a los que tan intensamente vivió Antonio el Bueno…

Hablemos, pues, de “Soria en la poesía de Antonio Machado”.

Es inevitable… recordar a Bécquer, verdadero inventor de la Soria poética. Que Bécquer, sevillano, se enamorase de Soria y dejase como testimonio de ese amor una importante parte de su obra poética en prosa y que el sevillano Antonio Machado, medio siglo después, repitiese la historia hasta con boda incluso, no puede ser solo una casualidad sino una coincidencia de destino en la que cabe apreciar una influencia sabida o inconsciente, yo creo que sabida por lo menos a medias, del primer sevillano sobre el segundo.

…Nada más expresivo que cotejar dos lunas, una de Bécquer en cualquiera de sus momentos de contemplación directa y no ya de sus efectos mágicos en la ciudad, los claustros o el bosque que son el asunto de su leyenda lunar; y otra de Antonio Machado en su trágica narración. Bécquer: La noche estaba serena y hermosa, la luna brillaba en toda su plenitud en lo alto del cielo, y el viento suspiraba con un rumor dulcísimo entre las hojas de los árboles. Machado:
                                                 Sobre los campos desnudos,
                                               la luna llena manchada
                                               de un arrebol purpurino,
                                               enorme globo, asomaba. 

…Descartado Bécquer… hay en los nombres contemporáneos, dos de la mayor importancia para empezar a explicarnos la historia poética de Antonio Machado en su decisivo trance soriano. Claro está que aludo a Unamuno y a “Azorín”.

En su discurso aparece una breve historia de literatura relacionada con Machado.  Están en sus palabras: Fray Luis, Santa Teresa, Rubén, Manuel Machado, Juanito Ramón, Mio Cid, Berceo, el Arcipreste, el Romancero, Cervantes, Lope, Núñez de Arce, ¿Zorrilla y Rivas?… Y sus posibles influencias literarias sobre nuestro profesor y poeta.

¿Qué le debe Antonio a Soria? Por lo pronto el goce de la vida provinciana y casi campesina, de paseante por el campo, de viajero en la baca de las diligencias, diversión predilecta de Antonio , que subirá al techo para disfrutar a esa altura de jinete… de las tierras bellísimas de Castilla la Vieja, de sus lejanías montañosas, de sus pueblos, sus ríos y barrancos… Con nada goza Antonio tanto como con esos viajes, silencioso, envuelto en su manta, insaciables sus ojos, todavía no cansados “de letras diminutas y de montes lejanos”, insaciables de colores, de corteza geológica y de la flora espontánea o agrícola, soñadores de historia y de hermandad humana ante las torres, castillos, murallas y cercas humildes de pueblos y heredades. Cuántas veces me preguntaba mi D. Antonio si había hecho tal o cual excursión y me recordaba sus expediciones encaramado al alto trono de la diligencia.

Esto es pues lo más importante que Antonio Machado debe a Soria, la suprema lección, doble como he dicho de cosas y de palabra, de actitud previa y de recursos para convertirla en obra eficaz. Y qué eficacia tan absoluta la de la nueva manera naturalista del castellanizado poeta. Qué posesión milagrosa de la palabra, qué dominio del ritmo solemne y anchuroso, qué penetraciones en sus visiones de la ciudad, del campo de Soria y en torno de toda Castilla y más lejos de España entera. Antonio Machado, hombre de ciudad poco habituado a los términos topográficos del campo, poco ducho en aperos, faenas y pormenores de menester geórgico, insuficiente botánico, no familiarizado con las especies forestales…, aprende fabulosamente en unos meses un mundo nuevo, un léxico justo… y se convierte en un poeta completo que da ciento y raya a todos los que antes que él habían tratado de apurar el lienzo siempre cambiante de la vida rústica.

…Y la primera impresión del lector de “Campos de Castilla”, sobre todo si es hombre de ciudad y no tiene familiaridad con los labriegos, es la de un caudal abrumador pero justamente empleado de términos, sustantivos y adjetivos sobre todo, aprendidos más que en los libros en labios de los castellanos viejos, de los sorianos.

En el primer poema, después del magnifico autorretrato, en “A orillas del Duero” encontramos todo esto: pedregal, aves rapaces, hierbas montaraces –romero, tomillo, salvia, espliego,- cárdenos alcores, serrezuelas, peñascales, merino, arrieros, yermos, roquedas, regatos, palurdos, etc. Y no es poesía de las más intensas en cargazón de vocablos. Luego saldrán de nuevo los mismos y muchos otros, con frecuencia acumulados en breve espacio con urgencia de inventario.

   Y otra vez roca y roca, pedregales
desnudos y pelados serrijones,
la tierra de las águilas caudales,
malezas y jarales,
hierbas monteses, zarzas y cambrones.

O en uno de los poemas a “Azorín”:

 Castilla de grisientos peñascales,
pelados serrijones,
barbechos y trigales,
malezas y cambrones.

Y la deliciosa letanía de trajinantes y arrieros, mendigos rezadores y frailes pordioseros, boteros, tejedores, arcadores, perailes, chicarreros, lechuzos y rufianes y tahures y logreros.

…Literalmente es un continuo acierto, un magistral primor. Pero de cuando en cuando el canto se ahoga de empacho descriptivo…

No tenemos tiempo para seguir paso a paso todas las piezas de “Campos de Castilla”… Y en el conjunto sobresalen tal vez, según mi gusto personal, como la del causante de los disgustos y malentendidos entre Machado y los sorianos, el famoso aunque injusto “Por tierras de España”. Yo creo que tenían motivos los sorianos para sentirse dolidos y que Antonio a la larga hubo de darles la razón, al comprender que sus palabras fueron retóricamente más lejos y generalizadoras que sus intenciones. Pero, en fin, el poema es magnífico. Lo es también el que empieza “Primavera soriana, primavera” y de los retratos y fantasías iconográficas, sobre todo el de “Un criminal”… Y prescindiendo de poesías breves, un poco en la línea de las de su mocedad, el conmovedor “En tren”, tan atrevido en su humildad. Y la luminosa poesía “Pascua de Resurrección”, una de las más hermosas poesías del libro. Y la serie muy bien graduada de “Campos de Soria” que culmina en los tres últimos cantos.

…Queda “La tierra de Alvargonzález”… La dicción es elegante, la sintaxis sobria y clara, el léxico apropiado y justo, pero con todo, no es poesía el principio por ejemplo

                                                Siendo mozo Alvargonzález,
                                               dueño de mediana hacienda,
                                               que en otras tierras se dice
                                               bienestar y aquí, opulencia,

y así hasta el número IV en que empieza a levantarse el tono narrativo a auténtica poesía… Hay que admirar como el poeta constantemente salta a la gran poesía gracias a su domino del ritmo, a su admirable gusto por la adjetivación o para la síntesis, a sus contrastes de rimas asonantes, a veces demasiado cambiantes en el deseo de evitar monotonías…Culmina el poema en el maravilloso romance “Es una tarde de otoño”, ciertamente una de las más altas cumbres de toda la poesía machadiana. Es el que cierra los famosísimos versos

                                                ¡Oh tierras de Alvargonzález,
                                               en el corazón de España,
                                               tierras pobres, tierras tristes,
                                               tan tristes que tienen alma!

            El mismo que concluye

                                                ¡Oh pobres campos malditos,
                                               pobres campos de mi patria!

La poesía soriana de Machado posterior a su libro de 1912 es todavía mejor. Ya evita casi siempre el exceso de descripción y de predicación para dejar abrir el corazón a su pena. Leonor se superpone al recuerdo de Soria. Y la novia, la esposa que apenas había sido aludida, tímida, pudorosamente en sus versos anteriores a la fecha tristísimo del 1 de agosto de 1912, ahora va a reinar dentro del paisaje evocado y ya inseparable de él.

…Ahora todo es poesía. La más honda y transparente poesía que se haya podido escribir en nuestra época es ésta de Antonio Machado. Machado, desnudado de todo lo que no sea su dolor y su oferta. Imposible elegir, aunque yo como todo fiel cristiano tenga mis preferencias, en ese cancionero que encierra el poema “A un olmo seco”, el dedicado a “Palacio”, tan buen amigo mío después de serlo de Machado, o los romancillos “Soñé que tú me llevabas” y ya toda alma “Una noche de verano”.
                                          
                                           Una noche de verano                                                 
-estaba abierto el balcón
                                               y la puerta de mi casa-
                                               la muerte en mi casa entró.
                                               Se fue acercando a su lecho
                                               -ni siquiera me miró-,
                                               con unos dedos muy finos,
                                               algo muy tenue rompió.
                                               Silenciosa y sin mirarme,
                                               la muerte otra vez pasó
                                               delante de mí. ¿Qué has hecho?
                                               La muerte no respondió.
                                               Mi niña quedó tranquila,
                                               dolido mi corazón.
                                               ¡Ay, lo que la muerte ha roto
                                               era un hilo entre los dos!

Y no se acaba ya nunca la inspiración soriana de Antonio Machado. Sigue viva en sus “Canciones del Alto Duero” y en sus hermosísimos sonetos de “Los sueños dialogados” y hasta en su poesía de última hora, desde Valencia, en la primera parte del bellísimo soneto en que el poeta recuerda las tierras de Soria.

                                                  ¡Ya su perfil zancudo en el regato,
                                               en el azul el vuelo de ballesta,
                                               o, sobre el ancho nido de ginesta,
                                               en torre, torre y torre, el garabato

                                               de la cigüeña!... En la memoria mía
                                               tu recuerdo a traición ha florecido;
                                               y hoy comienza tu campo empedernido
                                               el sueño verde de la tierra fría,

                                               Soria pura, entre montes de violeta.
                                               Di tú avión marcial, si el alto Duero
                                               a donde vas recuerda a su poeta.
            
Y ya que hemos venido hablando de lo que Antonio Machado debe a Soria preguntaremos a la inversa: ¿qué es lo que debe Soria a su poeta? Lo que debe Soria a su poeta –y que hoy ya estáis intentando pagar con este homenaje que ha de ser indefinidamente duradero en la historia futura de esta cátedra- es mucho. Gracias a Antonio Machado, Soria ha pasado definitivamente a ser una de esas raras ciudades, una de esas escasas tierras habitadas para siempre por el genio de la poesía, un lugar piadoso e ilusionante de peregrinación.

…La Soria de Antonio Machado le debe a su poeta nada menos que su más hondo ser, su conciencia de haber vuelto a nacer la misma y otra en brazos de la madre Poesía.

En  el Aula de Antonio Machado

Antes de procederse al solemne descubrimiento de la lápida conmemorativa, Doña Manuela Pita Andrade, catedrática de Literatura del Centro pronuncio las siguientes palabras:

Como vocal de la cátedra Antonio Machado y catedrática de Literatura de este Centro, se me ha pedido que dijera unas palabras en esta aula en que se oyó la voz de don Antonio antes de proceder al descubrimiento de la lápida que perpetúe la memoria del poeta.

Hizo referencias al profesor y al poeta. ¿Qué destacar?

…Toda su obra poética –como corresponde a la mejor lírica- es biográfica.

…la leyenda del poeta que fue D. Antonio Machado, tal como hoy la vemos, va desde el sueño de un amor que no llega –sus “Soledades”- al sueño de un amor posible –Guiomar- pasando por la realidad de un amor pleno –Leonor-, que vivió, pero que pasó como un sueño.
Y cuando, en todas partes, norteamericanos e ingleses, italianos y alemanes, franceses e hispanoamericanos estudian su obra cuidadosamente y todos los alumnos de español en países extranjeros aprenden nuestro idioma en sus versos, aquí en esta antigua ciudad, Soria, la ciudad que cantó sobre todas y de que se declaró hijo adoptivo

                                               Yo tuve patria donde corre el Duero…
                                               allá en Castilla, mística y guerrera.

en este Instituto que fue el suyo y que algún día quizá llevará su nombre, en este aula en que él explicó;  de hoy en adelante, por disposición del Ministerio de Educación Nacional, habrá una placa y un aula y una entidad, la cátedra “Antonio Machado”, que perpetúen su memoria. Y ahora… el Sr. Gobernador descubre la lápida.”

Y después de descubrir la lápida,  las autoridades y asistentes al acto pudieron ver los documentos machadianos colocados en el Aula del Instituto que hoy lleva su nombre, entonces denominado Instituto Nacional de Enseñanza Media de Soria.

El Instituto Nacional de Enseñanza Media “Antonio Machado”

Oficialmente, esta es la denominación del Instituto desde la Orden de 21 de septiembre de 1967 (B.O.E. de 11 de octubre de 1967)  por la que se dispone que el Instituto Nacional de Enseñanza Media de Soria se denomine “Antonio Machado”.

Dice la Orden:

Visto el acuerdo del claustro de profesores del Instituto Nacional de Enseñanza Media de Soria por el que se propone que este Centro debe designarse con el nombre de “Antonio Machado”;

Resultando que por el Director del Instituto se eleva la propuesta de denominación específica de “Antonio Machado”;

Considerando que la denominación de los centros de enseñanza debe hacerse de tal modo que corresponda a persona o acontecimiento de extraordinaria valía;

Considerando que don Antonio Machado tiene dedicada la parte más selecta de su obra literaria a la ciudad de Soria y merece que el Instituto al que perteneció como Profesor ostente su glorioso nombre;

Vistos los preceptos legales establecidos por Real Decreto de 26 de octubre de 1930 (“Gaceta” del 28).

Este Ministerio ha dispuesto que el Instituto Nacional de Enseñanza Media de Soria se denomine “Antonio Machado”.

La Orden está firmada por el Ministro de Educación y Ciencia D. Manuel Lora Tamayo. 


BIBLIOGRAFÍA

-Antonio Machado. Poesías completas. Espasa-Calpe, S.A. 1974
-Cátedra Antonio Machado. Publicaciones del Instituto Nacional de Enseñanza Media de Soria. Imprenta Provincial. Soria 1960.
-Boletín Oficial del Estado de 11 de Octubre de 1967.


Casa de D. Antonio Martínez en Cidones



El camino de Alvargonzález

Alberto Llorente Sanz

Vinuesa

En el otoño de 1910, Antonio Machado realiza una excursión por la Sierra de Urbión para conocer el nacimiento del Duero y la Laguna Negra. De este viaje nacería La Tierra de Alvargonzález, relato en prosa que se publicó en enero de 1912 en la revista “Mundial Magazine”, editada en París bajo el patronazgo de Rubén Darío, y texto poético en forma de romance que se publicaría en “La Lectura” en abril del mismo año. Ambos, el cuento leyenda en prosa y el poema, están incluidos en la primera edición de “Campos de Castilla”.

El texto en prosa ofrece la materia prima del romance, a veces con notorias similitudes de términos, pero es más reducido, constituye el armazón que en el poema se desarrolla con matices y paisajes. Otra diferencia es que en el relato en prosa los dos hermanos mayores, los “caínes”, asesinan también a Miguel, el hermano pequeño, antes de perecer ellos en la Laguna Negra del crimen; mientras que en el romance Miguel continúa viviendo, afincado en la tierra tras tomar “por mujer a una doncella / rica y hermosa…”

La Tierra de Alvargonzález es el drama de la tierra, de la codicia del pedazo de terreno que convierte en caínes a los hombres de esos pueblos pobres. En el poema las estaciones juegan un papel primordial, no solo para matizar el paisaje, sino para puntuar y reforzar el sentido de la tragedia. Es primavera cuando “están las zarzas floridas / y los ciruelos blanquean” y la tierra “va a colmarse de riqueza”. Y en el verano el tercero de los hermanos que volvió de América, logra óptima cosecha, mientras la tierra maldita solo da cizañas y malas hierbas a los parricidas:

Ya con macizas espigas
preñadas de rubios granos,
a los campos de Miguel
tornó fecundo el verano.

Otoño, como en otros poemas de Machado, es la estación de la labranza en que el arado hiende las tierras para que las fecunde la simiente:

Una mañana de otoño,
cuando la tierra se labra,
Juan y el indiano aparejan
las dos yuntas de la casa.

En el invierno se presagia el drama. Ya no quedan cigarras, ni golondrinas, ni cigüeñas. Es la vuelta de Miguel de la Américas:

   Es una noche de invierno.
Azota el viento las ramas
de los álamos. La nieve
ha puesto la tierra blanca.

Y frío es el remordimiento de los asesinos:

    Es una noche de invierno.
Cae la nieve a remolinos.
Los Alvargonzález velan
un fuego casi extinguido.

Cuando los asesinos van por última vez a la Laguna Negra, es “una tarde triste / de noviembre, fría y parda”. Y en aquella “noche húmeda, oscura y cerrada” se hundirán para siempre en la Laguna que guarda el cuerpo de su padre. Son las tierras y los hombres de Castilla. El tiempo y el paisaje son descritos por imágenes directas.

¡Oh tierras de Alvargonzález,
en el corazón de España,
tierras pobres, tierras tristes,
tan tristes que tienen alma!

Páramo que cruza el lobo
aullando a la luna clara
de bosque en bosque, baldíos
llenos de peñas rodadas,
donde roída de buitres
brilla una osamenta blanca;
pobres campos solitarios
sin caminos ni posadas,
¡oh pobres campos malditos,
pobres campos de mi patria!

EL CAMINO DE ALVARGONZÁLEZ

El camino de Alvargonzález pretende describir la ruta seguida por Machado desde Soria hasta la zona de Pinares. Incluye algunos apuntes del poema y de la leyenda que será puesta en boca de un campesino soriano que comparte con él el camino hasta Covaleda (merece la pena leer “Poesías Completas”, Espasa – Calpe S.A. 1974, págs. 98 – 129).

En 1938, unos meses antes de su muerte, en entrevista concedida a la “Voz de Madrid” (París, nº 13, -8/10/1938-), Antonio Machado recordó su estancia en Soria y la excursión a Urbión cuando dijo: “Soy hombre extraordinariamente sensible al lugar en que vivo: La geografía, las tradiciones, las costumbres de las poblaciones por donde paso, me impresionan profundamente y dejan huella en mi espíritu. Allá en 1907, fui destinado como catedrático a Soria. Soria es lugar rico en tradiciones poéticas. Allí nace el Duero que tanto papel juega en nuestra historia, Allí, entre San Esteban de Gormaz y Medinaceli se produjo el monumento literario del Poema del Cid. Por si ello fuera poco, guardo de allí recuerdo de mi breve matrimonio con una mujer a la que adoré con pasión  y que la muerte me arrebato al poco tiempo. Y viví y sentí aquel ambiente con toda intensidad. Subí al Urbión, al nacimiento del Duero. …Y de allí nació el poema de Alvargonzález”.

Nos cuenta Pérez Ferrero: “En septiembre de 1910 Antonio quiere ver el nacimiento del Duero, escuchar en sus fuentes el rumoroso sortilegio de sus aguas. Leonor no le acompaña en su excursión. Le aguardará, ansiosa de su regreso, en esta separación de unos días”. (…).

 Aunque desconocemos la fecha exacta del viaje, seguramente lo realizó Machado durante las fiestas patronales de la ciudad, aprovechando las vacaciones escolares que, en Soria, según cuentan los más mayores, “desde toda la vida” se han celebrado entre los días 2 y 5 de octubre –con “S. Saturio el día 2 haga frío o calor”-. El día del Patrón fue domingo y las fiestas se prolongaron hasta el jueves día 6 en que se celebraron las tradicionales vaquillas que cierran la programación festiva, según recoge la prensa local. Fueron cinco días sin obligaciones académicas. Era el inicio del curso 1910-11 que comenzó con el homenaje que el Instituto dedicó el sábado día 1 de octubre al filósofo soriano Antonio Pérez de la Mata.

El propio Machado escribe: “Una mañana de los primeros días de octubre, decidí visitar la fuente del Duero…” El itinerario seguido fue el siguiente: Soria – Cidones – Malluembre - La Muedra – Vinuesa – Salduero - Covaleda – La Fuente del Berro, Peñas Blancas y el manantial del Duero en los Picos de Urbión en Duruelo de la Sierra – Laguna Negra –  Santa Inés -  y de nuevo Vinuesa, siguiendo el cauce del río Revinuesa, para regresar a Soria por ”los campos malditos” entre La Muedra y Cidones.
 
AHP Soria nº 3324. Diligencia parada en una venta. Año 1910

SORIA - CIDONES

El desplazamiento de Soria a Cidones, primera etapa de su excursión, lo realiza en la diligencia de la línea Soria-Burgos. Nos cuenta Machado: “… y tomé en Soria el coche de Burgos, que había de llevarme hasta Cidones. Me acomodé en la delantera, cerca del mayoral y entre dos viajeros: un indiano que tornaba de Méjico a su aldea natal, escondida en tierra de pinares, y un viejo campesino que venía de Barcelona, donde embarcara a dos de sus hijos para el Plata”.
Llegaron al cruce de caminos donde se encuentra La Venta del Aire para contemplar después el monte Valonsadero con los centenales de El Cubillejo –ahora  “el pinarcillo”- y  La Vega de San Millán a la derecha y, más adelante, al otro lado de la carretera, La Venta Vieja, situada a la sombra del Pico Frentes. Desde Toledillo, la larga recta de Ocenilla  les llevaría  hasta Cidones.
Del propio cuento leyenda se deduce que el viaje se realizó en animada conversación con sus acompañantes: “El indiano me hablaba de Veracruz, más yo escuchaba al campesino que discutía con el mayoral de un crimen reciente. En los pinares de Duruelo, una joven vaquera había aparecido cosida a puñaladas y violada después de muerta. El campesino acusaba a un rico ganadero de Valdeavellano, preso por indicios en la cárcel de Soria, como autor indudable de tan bárbara fechoría, y desconfiaba de la Justicia porque la victima era pobre. En las pequeñas ciudades, las gentes se apasionan del juego y de la política, como en las grandes del arte y de la pornografía, -ocios de mercaderes-, pero en los campos, solo interesan las labores que reclama la tierra y los crímenes de los hombres.

            -¿Va usted muy lejos?, pregunté al campesino.

            -A Covaleda, señor –me respondió-. ¿Y usted?

            -El mismo camino llevo, porque pienso subir a Urbión y tomaré el valle del Duero. A la vuelta bajaré a Vinuesa por el puerto de Santa Inés.

            -Mal tiempo para subir a Urbión. Dios le libre de una tormenta por aquella sierra.

            Llegados a Cidones, nos apeamos el campesino y yo, despidiéndonos del indiano, que continuaba su viaje en la diligencia hasta San Leonardo”.

            De su estancia en Cidones da testimonio el poema dedicado “Al maestro “Azorín” por su libro Castilla”. También indica que Machado pudo pasar aquella noche en La Venta para dirigirse de madrugada hacia Urbión.

   La venta de Cidones está en la carretera
que va de Soria a Burgos. Leonarda, la ventera,
que llaman la Ruipérez, es una viejecita
que aviva el fuego donde borbolla la marmita.
Ruipérez, el ventero, un viejo diminuto
-bajo las cejas grises, dos ojos de hombre astuto-,
contempla silencioso la lumbre del hogar. (…)
(Campos de Castilla –CXVII- Al maestro “Azorín”-)

CIDONES – COVALEDA

Desde Cidones hasta Covaleda, segunda etapa del viaje, Machado nos cuenta que va acompañado del viejo campesino. El medio de transporte son caballerías con las que suben la cuesta de El Portillejo que, desde lo alto, da vista al Caserío de Malluembre, finca hoy propiedad de los hijos de D.ª Pilar Martínez Trillo Figueroa, nieta de D. Gregorio Martínez, director del Instituto de Soria hace un siglo y con quien Machado mantuvo una buena relación personal y profesional. El lugar pudo ser el centro de operaciones y cabe la hipótesis de que allí le esperaran para acompañarle en su excursión. Aunque el caserío se quemó hace unos años, debemos investigar los documentos que se conservan para conocer el posible significado de la familia de los marqueses de Vilueña con este viaje y en la relación del poeta con Cidones.

De Malluembre, las casas quedan a la derecha del camino, llegaron al paraje conocido como El Bardo ya en tierras de Villaverde del Monte.  

Sobre su compañero de viaje, escribe Machado: “Siempre que trato con hombres del campo, pienso en lo mucho que ellos saben y nosotros ignoramos, y en lo poco que a ellos les importa conocer cuanto nosotros sabemos. El campesino cabalgaba delante de mí, silencioso. El hombre de aquellas tierras, serio y taciturno, habla cuando se le interroga, y es sobrio en la respuesta. Cuando la pregunta es tal que pudiera excusarse, apenas se digna contestar. Sólo se extiende en advertencias inútiles sobre las cosas que conoce bien o cuando narra historias de su tierra”.

Acacias centenarias en la iglesia de Cidones. Testigos de la historia. 

La visión del pueblo la describe  con estas palabras: “Volví los ojos al pueblecillo que dejábamos a nuestra espalda. La iglesia, con su alto campanario coronado por un hermoso nido de cigüeñas, descuella sobre unas cuantas casuchas de tierra. Hacia el camino real destácase la casa de un indiano, contrastando con el sórdido caserío. Es un hotelito moderno y mundano, no rodeado de jardín y verja. Frente al pueblo se extiende una calva serrezuela de rocas grises, surcada de grietas rojizas”.

Pasaron por lo que hoy conocemos como La Carretera Cortada, donde estuvo La Caseta del Bardo –vivienda de camineros de Obras Públicas que no se conserva-,  para cruzar el río Ebrillos por El Puente del Bardo y, cabalgando hacia el norte, dirigirse a La Muedra (zona ahora inundada por el pantano de La Cuerda del Pozo, cuyo proyecto se aprobó en 1923, para iniciarse las obras en 1926 e inaugurarse el 29 de septiembre de 1941).

Foto cedida por D. Bienvenido Romero. En La Caseta del Bardo, hace medio siglo.

LA MUEDRA

Así lo cuenta Machado: “Después de cabalgar dos horas, llegamos a la Muedra, una aldea a medio camino entre Cidones y Vinuesa, y a pocos pasos cruzamos un puente de madera”.

Y siguieron cabalgando hacia el norte. Las caballerías seguían “las roderas de las llantas” de  los carros marcadas en el camino. Además, Machado nos cuenta que iba acompañado del hombre de Covaleda, conocedor de la tierra que pisaba. 

De La Muedra, dejando a la izquierda el monte de Vailengua, atravesaron el paraje de La Viña, con su arroyo que desciende al Duero –Arroyo de la Viña-, y por Covatillas cruzaron el puente del río Revinuesa para llegar a Vinuesa. El campesino soriano relataba a Machado la historia de Alvargonzález. Aún quedaba tiempo para llegar a Covaleda y el hombre de pinares se extiende en narrar historias de su tierra. La leyenda continúa así:

            -“Por aquel sendero –me dijo el campesino señalando a su diestra- se va a las tierras de Alvargonzález; campos malditos hoy; los mejores, antaño, de esta comarca.

Foto cedida por Dña. Ildefonsa Muñoz Orden. La Muedra. Plaza de la iglesia. 

            -¿Alvargonzález es el nombre de su dueño? –le pregunté.

            -Alvargonzález –me respondió- fue un rico labrador; más nadie lleva ese nombre por estos contornos. La aldea donde vivió se llama como él se llamaba: Alvargonzález, y tierras de Alvargonzález a los páramos que la rodean.

            Tomando esta vereda llegaríamos allá antes que a Vinuesa por este camino. Los lobos, en invierno, cuando el hambre les echa de los bosques, cruzan esa aldea y se les oye aullar al pasar por las majadas que fueron de Alvargonzález, hoy vacías y arruinadas.

            Siendo niño, oí contar a un pastor la historia de Alvargonzález, y sé que anda inscrita en papeles y que los ciegos la cantan por tierras de Berlanga.

            Roguéle que me narrase aquella historia y el campesino comenzó así su relato:
            Siendo Alvargonzález mozo, heredó de sus padres rica hacienda. Tenía casa con huerta y colmenar, dos prados de fina hierba, campos de trigo y de centeno, un trozo de encinar no lejos de la aldea, algunas yuntas para el arado, cien ovejas, un mastín y muchos lebreles de caza”.

   Mucha sangre de Caín
tiene la gente labriega,
y en el hogar campesino
armó la envidia pelea.
   Casáronse los mayores;
tuvo Alvargonzález nueras,
que le trajeron cizaña,
antes que nietos le dieran.
   La codicia de los campos
ve tras la muerte la herencia;
no goza de lo que tiene
por ansia de lo que espera.

SALDUERO

Desde Vinuesa dejan a la derecha el Monte de Peña María para subir La Cuesta de los Curas y después de cruzar El Valdío llegar a Salduero. De su paso por esta localidad da testimonio el siguiente verso:

                                      Desde Salduero el camino
                                   va al hilo de la ribera;
                                   a ambas márgenes del río
                                   el pinar crece y se eleva,
                                   y las rocas se aborrascan
                                   al par que el valle se estrecha. (…)

Y cuenta Machado en el poema dedicado a Juan Ramón Jiménez:

   Los hijos de Alvargonzález,
por una empinada senda,
para tomar el camino
de Salduero a Covaleda,
cabalgan en pardas mulas,
bajo el pinar de Vinuesa.

Siguieron el valle del río para llegar al Royo Mojón, arroyo mojonero con Covaleda, y subir La Cuesta para cruzar El Puente del Estebadazo, que les llevaría por la majada del tío Lerín (Majalerín) al paraje de Las Zorreras. Muy cerca se ve La Caseta de los Hoyuelos que hacia arriba conduce a las fuentes de Santo Lunio y de El Merendero, dejando a la derecha las sierras Ojeda, Maestro y Nueva.  Por El Puente de los Arroyos, que salva el Arroyo de la Hiedra que desemboca en el Duero junto al Puente de Soria, se  aproximaban al final del día.

COVALEDA

Cuando avistaron  Covaleda ya atardecía. El sol, desde el poniente, alumbraba las fachadas blancas de sus casas junto al valle del río. Destacaba la torre de la iglesia en el agreste paisaje salpicado de pinos.

Covaleda hace un siglo (Foto cedida por el Excmo. Ayuntamiento)

Llegados a Covaleda, el viejo campesino que venía de Barcelona ya está en su destino. Machado debió hacer noche y, al alba, continuar la marcha que le llevaría a Duruelo de la Sierra, cruzar despues el Puente Cabañares, subir el Alto de la Tejera y atravesar Latá los Ríos y el Alto Seroncillo.

Y dejando Castroviejo a la izquierda, subir a una altitud de 2140 m., a la fuente del Duero.  y posteriormente descender a la Laguna Negra de Urbión, trágico escenario de ”La Tierra de Alvargonzalez”.

Quedaba lo más difícil. Había que subir a Urbión. Por El Berro, con su fuente y refugio –buen lugar en caso de tormenta-, llegarían a Peñas Blancas, para seguir por el arrastradero, cruzar el arroyo y, por el entradero, pasar al valle del Duero recién nacido.

   La hermosa tierra de España
adusta, fina y guerrera
Castilla, de largos ríos,
tiene un puñado de sierras
entre Soria y Burgos como
reductos de fortaleza,
como yelmos crestonados,
y Urbión es una cimera.

Y llegaron a la fuente  del Duero. Para bajar por la Laguna Larga, dejando a la izquierda El Zurraquín, y  llegar a la Laguna Negra, donde  concluye el cuento leyenda con estas palabras: “Cuando caía la tarde, cruzaban por entre las hayas y los pinos. Dos lobos se asomaron a verles; huyeron espantados. -¡Padre! –gritaron-. Y cuando en los huecos de las rocas el eco repetía: ¡Padre! ¡Padre! ¡Padre!, ya se los había tragado el agua de la laguna sin fondo”.


LOS ASESINOS (VI)
   Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas.
¡Padre!, gritaron; al fondo
de la laguna serena
cayeron, y el eco ¡padre!
repitió de peña en peña.

***

   Cuanto hacia Urbión alarguemos
se puede acortar la vuelta,
tomando por el atajo,
hacia la Laguna Negra
y bajando por el puerto
de Santa Inés a Vinuesa.
Mala tierra y peor camino.
Te juro que no quisiera
verlos otra vez…

Y bordeando la Laguna Negra por el norte se dirigieron hacia el este, en dirección al pueblo y, después, al puerto de Santa Inés (Machado tuvo que equivocarse de camino –mala tierra y peor camino- porque no es necesario subir al puerto para bajar a Vinuesa). Desde el pueblo de Santa Inés, por el valle del río Revinuesa, está el itinerario más fácil y de menor recorrido para llegar a Vinuesa. Supone descender –“cuesta abajo”- y ahorrar más de cuatro horas de tiempo y esfuerzo, evitando la fuerte pendiente del terreno y en dirección equivocada. Una vez en Vinuesa,  harían noche en alguna posada, para descansar, y de madrugada regresar hacia Malluembre y Cidones por el mismo camino que habían seguido en la ida. Machado tenía 35 años.

Aunque algunos indican que “Antonio va con unos amigos”-y parece lógico que así fuera-, lo cierto es que nunca se han identificado esos “amigos” que pudieron acompañar al poeta en su excursión. Tampoco se ha encontrado hasta ahora alusión alguna en la prensa de Soria sobre la fecha exacta en que tuvo lugar. Quizás en Malluembre se encuentran algunas respuestas sobre la ruta y la tierra de Alvargonzález.

Para concluir, siguiendo a Ian Gibson, digamos que Machado “hace un viaje a la Sierra de Urbión, la ingente cordillera que, a unos sesenta kilómetros al noroeste de la ciudad, divide las provincias de Burgos, Logroño y Soria, y de la cual acaso le hablara Pío Baroja, que había subido hasta allí a principios de siglo acompañado de su hermano Ricardo y del suizo Paul Schmitz” (Baroja dio cuenta de la aventura en “La obra de Pello Yarza”).

Laguna Negra de Urbión

BIBLIOGRAFÍA:
-Antonio Machado. Poesías Completas. Ed. Espasa-Calpe S.A. 1974.
-Antonio Machado. Prosas dispersas. Edición de Jordi Doménech. 2001.
-Testimonios de D. Manuel López Heras (Cidones), D.ª  J. Gutiérrez Peña (Malluembre),  D. Raúl Pérez (Villaverde del Monte), D. Bienvenido Romero (Caseta del Bardo), D. Octavio Eguren (Vinuesa), D. Aurelio  Nájera (Covaleda), D. Cipriano Rojo Llorente (Duruelo de la Sierra) y D. José Arancón (Soria).
-Fotos cedidas por Dª Ildefonsa Muñoz Orden (La Muedra), Excmo. Ayuntamiento de Covaleda, D. Bienvenido Romero (Caseta del Bardo)  y Alberto Llorente Sanz.
-Fotos del Archivo Histórico Provincial de Soria.
-Tuñón de Lara, M. Antonio Machado, poeta del pueblo. Ed. Nova Terra. 1967.
-Ian Gibson. Ligero de equipaje. Aguilar. Abril de 2006.