En esta página, quedan recogidos los textos
publicados en el libro, Antonio Machado en el corazón de Soria,
editado por la Escuela Oficial de Idiomas de Soria en el año 2007, y redactados
por Alberto Llorente Sanz y Joaquina Gutiérrez Peña.
1) Antonio Machado, profesor del
Instituto General y Técnico de Soria, Alberto Llorente Sanz.
2) Vicerector, Joaquina
Gutiérrez Peña y Alberto Llorente Sanz.
3) El "Aula de Antonio
Machado", Alberto Llorente Sanz.
4) El camino de Alvargonzález,
Alberto Llorente Sanz.
ANTONIO MACHADO, PROFESOR DEL INSTITUTO
GENERAL Y TÉCNICO DE SORIA
Alberto Llorente Sanz
“…el espíritu de otros tiempos fue humanista y la educación revistió un
carácter clásico; en nuestro tiempo el espíritu es industrial, y la educación
debe ser técnica”.
Este es el
argumento central de la reforma educativa implantada en España al comenzar el
siglo XX y regulada por Real Decreto de 16 de agosto de 1901. Trataba de
resolver el conflicto entablado entre el bachillerato clásico y el moderno y
suponía modificar la organización de los Institutos. Aparecía el Ministerio de
Instrucción Pública y Bellas Artes (antes lo era de Fomento) y se creaba el
escalafón del Cuerpo de Catedráticos de Instituto. La Revolución Industrial era
una realidad en Europa.
La
reforma fue acometida por don Álvaro Figueroa, Conde de Romanones, al que
Sagasta confió la cartera de Instrucción Pública, pero su plan de estudios
sería considerado demasiado exigente y ambicioso en su aplicación y, en
consecuencia, modificado por el Ministro Bugallal en 1903. El Conde de
Romanones volvió a ser ministro de la misma cartera en 1910 con el gobierno de
Canalejas. El nuevo sistema con seis años de bachillerato y su correspondiente
plan de estudios perduró hasta 1934. Ha sido el de mayor vigencia en nuestro
sistema educativo. En él trabajó D. Antonio Machado Ruiz en las localidades de
Soria, Baeza (Jaén), Segovia y Madrid.
Recuerdo Infantil (A. Machado)
Una
tarde parda y fría
de
invierno. Los colegiales
estudian.
Monotonía
de lluvia
tras los cristales. (…)
Con
timbre sonoro y hueco
truena el
maestro, un anciano
mal vestido,
enjuto y seco,
que lleva un
libro en la mano. (…)
En el
centenario de su llegada a nuestra ciudad (1907-2007) conviene recordar algunos
datos de su labor profesional entre nosotros y reconocer que forma parte de la
historia de esta tierra como profesor del Instituto que lleva su nombre y como
hijo adoptivo de Soria donde “viví y sentí con toda intensidad”,
según sus propias palabras.
D. Antonio
Machado Ruiz es nombrado oficialmente catedrático numerario de la asignatura de
francés del Instituto General y Técnico de Soria por Real Orden de 16 de abril
de 1907 (Gaceta de Madrid-núm. 110, 20 Abril 1907). La norma dice así:
MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA
REALES ÓRDENES
Ilmo. Sr.:
S. M. el Rey (Q. D. G.) ha tenido a bien nombrar, en virtud de oposición,
Catedrático numerario de Lengua francesa del Instituto de Soria, con el sueldo
anual de 3.000 pesetas y demás ventajas de la ley, a D. Antonio Machado y Ruiz,
habiendo dispuesto S. M. que se le expida el titulo profesional, en
cumplimiento del art. 56 del decreto de 15 de enero de 1870, a cuyo fin se
formará el oportuno expediente por el Director del Instituto citado, previo
pago de los derechos que correspondan
De
Real orden lo digo a V. I. para su conocimiento y demás efectos Dios guarde a
V. I. muchos años. Madrid 16 de Abril de 1907
R.
SAN PEDRO
Sr.
Subsecretario de este Ministerio
Toma
posesión el 1º de mayo del mismo año, según recoge el Libro de Registro (nº de
orden 169) donde, en la misma fecha de 1912, está anotado el “primer ascenso
por quinquenio” (nº de orden 210), confirmando su “toma de posesión”
en nuestra ciudad en la fecha indicada.
Era Director
del Instituto D. Gregorio Martínez Martínez, Catedrático de Latín, y ejercía
como Secretario D. Juan Gil Angulo, titular de Lengua y Literatura Castellana,
que cesó el 28 de julio de 1907 por traslado a Salamanca según Real Orden de 16
de julio del mismo año.
En el
Instituto, además del bachillerato, se impartían los estudios elementales y
superiores de Magisterio de Primera Enseñanza, que duraban cinco años, así como
los estudios elementales de Agricultura, de Comercio, de Bellas Artes y otras
enseñanzas nocturnas para obreros. Ejerció su labor docente durante cinco
cursos, hasta 1912, año en que tras la muerte de su esposa Leonor, se traslada
a Baeza.
En
su “Autorretrato” afirma:
A
mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que
me cubre y la mansión que habito,
el pan que
me alimenta y el lecho donde yago.
Su sueldo anual era de 3000 pesetas. Trabajaba todas
las horas semanales necesarias para impartir, preparar y evaluar las clases de
Lengua Francesa a los alumnos de 3º y 4º de bachillerato que tenían entre 12 y
14 años, y algunos más, y cinco o seis asignaturas anuales. Además era el
Vicedirector del Instituto. El curso “oficial” comenzaba después de las fiestas
patronales de S. Saturio y las clases terminaban el 20 de mayo. Los meses de
junio y septiembre se dedicaban a los estudios “no oficiales”, en la doble
convocatoria de enseñanzas para alumnos “libres”, en las modalidades de
bachillerato y magisterio, fundamentalmente, porque no todos los jóvenes podían
seguir las enseñanzas “presenciales” en el centro escolar que las impartía
oficialmente. Fue un profesor amable que creía en el valor de la educación. En
octubre de 1910, en el homenaje realizado en el Instituto a D. Antonio Pérez de
la Mata, soriano del pueblo de Castilfrío, sacerdote, filósofo, psicólogo,
catedrático y autor de libros de metafísica, Machado termina dirigiéndose a los
alumnos con estas palabras: “No aceptéis la cultura postiza que no pueda pasar
por el tamiz de vuestra inteligencia”. Hay que aprender a pensar, a razonar, a
utilizar el cerebro; a distinguir “los valores falsos de los verdaderos y el
mérito real de las personas bajo toda suerte de disfraces”. Porque es un hecho
que “un hombre mal vestido, pobre y desdeñado, puede ser un sabio, un héroe, un
santo; el birrete de un doctor puede cubrir el cráneo de un imbécil”. Su máxima
era:
Despacito
y buena letra
que el hacer
las cosas bien
importa más
que el hacerlas.
El “hombre normal y corriente,… bueno, acogedor,
amable, generoso sin límite y aparentemente serio” (Tuñón de Lara), “…bueno,
amable, recto y ejemplo de sencillez y humildad” (Pablo de Azcárate), se define
desde Baeza, dirigiéndose a Unamuno, con estas palabras:
este humilde
profesor
de un
instituto rural.
PROFESOR DE FRANCÉS
Estos son los resultados académicos de los cinco
cursos que trabajó en Soria como Catedrático de Lengua Francesa de
Bachillerato. Las Actas se conservan en el Archivo del I.E.S.
“Antonio Machado”.
Es miembro de los tribunales examinadores
en las pruebas de ingreso en las convocatorias de junio y septiembre. También
en los exámenes de asignaturas de bachillerato y magisterio de enseñanzas no
oficiales. En Lengua Francesa, curso 1º, el Acta recoge 3 alumnos con 1 N. y 2
Aprob. (6 de junio) y 6 alumnos de 2º con 1 SB., 1 N., 2 Aprobados y
2 suspensos con fecha 24 de septiembre de 1908 de nombres Félix y Alfonso (el
Acta la firma Machado con Vocal del Tribunal).
Antes de iniciarse el curso, con fecha 2 de septiembre de 1908, Machado se había dirigido al Ministerio de Instrucción Pública para expresar su deseo de tomar parte en las oposiciones para cubrir la vacante de cátedra de Lengua Francesa en el madrileño Instituto de S. Isidro.
En la convocatoria de junio, enseñanza no oficial, en su asignatura de Lengua Francesa, las Actas reflejan 6 alumnos de 1º con las siguientes calificaciones: 2N. y 4 aprobados; 6 alumnos de 2º con 1 SB. y 5 aprobados y aparecen, por primera vez, 2 alumnos de Lengua Francesa (asignatura completa) con 1 N. y 1 Aprobado.
En octubre, al comenzar el curso, Machado participa en el Instituto en el homenaje al filósofo soriano D. Antonio Pérez de la Mata.
En la enseñanza no oficial, convocatoria de junio, en 1º de Lengua Francesa el Acta recoge 3 alumnos, todos aprobados. No hay documentos que acrediten la existencia de alumnos en 2º curso y asignatura completa.
CURSO 1907-1908: Enseñanza Oficial.
Curso
|
Nº alumnos
|
SB.
|
N.
|
Aprobado
|
Observaciones
|
1º
|
7
|
2
|
1
|
4
|
1 alumna
Francisca Gómez y Gómez
|
2º
|
9
|
1
|
1
|
7
|
1 alumna
Mª del Carmen Puig y Pellón
|
SB: sobresaliente. N: Notable.
En las Actas se comprueba que, en la
convocatoria de septiembre, los alumnos de enseñanza oficial y no oficial eran
examinados por el mismo Tribunal.
La firma de Machado aparece como Vocal,
Secretario y Presidente de Tribunal en asignaturas siempre de letras: Lengua
Castellana, Geografía General, Religión e Historia Sagrada, Caligrafía,
Preceptiva Literaria y Composición, Psicología y Lógica, Elementos de la
Historia General de la Literatura, Nociones de Pedagogía, Prácticas
de Enseñanza, Trabajos Manuales, Derecho Usual y Legislación Escolar, …
etc.
En marzo de 1908 es nombrado Vicedirector
del Instituto (Real Orden de 28 de marzo de 1908). Toma posesión el
14 de abril del mismo año, según el Libro de Registro (nº de orden 179). En
enero había sido nombrado Secretario (nº de orden 176) Agustín Santo Domingo y
López.
CURSO 1908-1909: Enseñanza Oficial.
Curso
|
Nº alumnos
|
SB.
|
N.
|
Aprobado
|
Observaciones
|
1º
| 9 | 1 | 3 | 5 | |
2º
| 8 | 3 | 4 |
Amancio Hergueta Frías, sin calificar.
Francisca está en 2º
|
Antes de iniciarse el curso, con fecha 2 de septiembre de 1908, Machado se había dirigido al Ministerio de Instrucción Pública para expresar su deseo de tomar parte en las oposiciones para cubrir la vacante de cátedra de Lengua Francesa en el madrileño Instituto de S. Isidro.
Miembro de los Tribunales de ingreso
y asignaturas de letras de bachillerato y magisterio. Su firma aparece en las
convocatorias de junio y septiembre aunque en menor medida que el curso
anterior, sin duda por su condición de Vicedirector.
En la enseñanza no oficial,
convocatoria de junio, en Lengua Francesa de 1º, aparecen 4 alumnos (1 N. y 3
aprobados) y en 2º curso, 6 alumnos (1 N., 4 aprobados y 1 suspenso de nombre
Leonardo –Acta núm. 2-). En la convocatoria de septiembre Leonardo aparece como
aprobado. En las Actas de Examen se recogen los “alumnos oficiales no
presentados a los exámenes ordinarios y los no oficiales suspensos o no
presentados en junio”.
1909-1910: Enseñanza Oficial.
Curso
|
Nº alumnos
|
SB.
|
N.
|
Aprobado
|
Observaciones
|
1º
|
17
| 5 | 12 |
Todos varones
| |
2º
| 8 | 2 | 3 | 3 |
Todos varones
|
En la convocatoria de junio, enseñanza no oficial, en su asignatura de Lengua Francesa, las Actas reflejan 6 alumnos de 1º con las siguientes calificaciones: 2N. y 4 aprobados; 6 alumnos de 2º con 1 SB. y 5 aprobados y aparecen, por primera vez, 2 alumnos de Lengua Francesa (asignatura completa) con 1 N. y 1 Aprobado.
Durante las vacaciones de verano se
casa con Leonor.
En las Actas de septiembre, primer
curso, se relacionan 4 alumnos: 4 aprobados y 1 estudiante de asignatura completa con calificación SB.
1910-1911: Enseñanza Oficial.
Curso
|
Nº alumnos
|
SB.
|
N.
|
Aprobado
|
Observaciones
|
1º
| 13 | 3 | 4 | 6 |
1 alumna
Mª de las Mercedes Onasis Andrés
|
2º
| 15 | 3 | 3 | 9 |
Todos varones
|
En octubre, al comenzar el curso, Machado participa en el Instituto en el homenaje al filósofo soriano D. Antonio Pérez de la Mata.
En diciembre es becado por la Junta
de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas para aumentar
conocimientos de filología francesa en París. Machado, acompañado de Leonor,
permanecerá en la capital francesa entre enero y septiembre de 1911. Ejercerá
su labor docente durante el primer trimestre del curso y en la convocatoria de
septiembre.
Es sustituido en la cátedra de
francés por el Ayudante de la Sección de Letras del Instituto. Las Actas de los
exámenes oficiales están firmadas por D. Miguel Jiménez de Cisneros.
En la enseñanza no oficial,
convocatoria de junio, preside los Tribunales de Lengua Francesa D. Gregorio
Martínez. En primer curso aparecen 6 alumnos (1 SB., 2 N. y 3 aprobados), en 2º
curso, 6 alumnos (3 N. y 3 aprobados) y en Lengua Francesa, asignatura
completa, que supone ambos cursos a la vez, las Actas recogen 4 alumnos (2 SB.
y 2 N.).
En la convocatoria de septiembre,
Machado se ha reincorporado a sus tareas profesionales y forma parte de los
Tribunales constituidos para “exámenes de
alumnos oficiales suspensos y no presentados en mayo y de no oficiales
suspensos en junio”. En Lengua Francesa los resultados académicos son los
siguientes: en 1º se presentan 4 alumnos (1SB. y 3 aprobados), en 2º curso 4
alumnos (1 SB. y 3 aprobados) y en la asignatura completa también 4 son los
estudiantes, todos con calificación notable.
1911-1912: Enseñanza Oficial.
Curso
|
Nº alumnos
|
SB.
|
N.
|
Aprobado
|
Observaciones
|
1º
| 29 |
12
| 6 | 11 |
5 alumnas: María, Josefa, Loreto, Cruz y Carmen
|
2º
| 16 | 6 | 4 | 6 |
Mª de las Mercedes cursa 2º
|
En la enseñanza no oficial, convocatoria de junio, en 1º de Lengua Francesa el Acta recoge 3 alumnos, todos aprobados. No hay documentos que acrediten la existencia de alumnos en 2º curso y asignatura completa.
El 1 de mayo de 1912 cumple el primer
quinquenio en al enseñanza y su sueldo pasa a 3.500 pesetas anuales. Fue su
primer ascenso por antigüedad en el Cuerpo de Catedráticos.
La firma de Machado aparece exclusivamente
como Presidente de los Tribunales de ingreso y en las asignaturas de Lengua
Castellana, Preceptiva Literaria, Psicología y Lógica, Elementos de la Historia
General de la Literatura, Ética y Rudimentos de Derecho, Religión e Historia
Sagrada (magisterio) y Gramática Castellana. Nunca aparece ni como Vocal ni
como Secretario de Tribunal.
En las Actas de septiembre la firma
de Machado ya no aparece. Leonor había muerto el 1 de agosto y el profesor
Machado se encontraba en Madrid esperando su nuevo destino en Baeza. Se marchó
de Soria y todavía no ha cesado como
profesor del Instituto, al menos en el Libro de Registro donde aparecen los
nombramientos y tomas de posesión como Catedrático y Vicedirector pero no la
fecha de cese en el Centro.
En la enseñanza oficial, en los dos
niveles de su asignatura y durante los cinco cursos que estuvo en Soria, el
profesor Machado impartió docencia a un total de 131 alumnos con una ratio
media de 13 estudiantes por curso. Casi el 94% eran varones y solo el 6% eran
mujeres. Estas son las identidades de las 8 alumnas según aparecen en las Actas
de Examen: Francisca Gómez y Gómez, Mª del Carmen Puig y Pellón, Mª de las
Mercedes Onasis y Andrés, María Alonso Catalán, María Loreto Marco Soria, María
Cruz Gil Febrel, Carmen Sánchez Moreno y Josefa Lenguas Santa Ana.
Los resultados académicos globales son los siguientes:
33 sobresalientes (25%), 30 notables (23%), 67 aprobados (51%), y un alumno sin
calificar (Amancio Ergueta Frías) en 2º de Lengua Francesa, según recoge el
Acta de Examen nº 1 de fecha 22 de mayo de 1909 firmada por el Catedrático A.
Machado, aunque puede ser un error porque dicho alumno aparece en el Acta de
1º, en la misma convocatoria, con calificación de aprobado y no parece posible
que estuviera matriculado en dos cursos de Bachillerato en el mismo año
académico.
En la otra “clase” de enseñanza, así
se denomina en las Actas, en la no oficial, a la que el Instituto
dedicaba los meses de junio y septiembre mediante la constitución de Tribunales
para estudiantes “libres” que eran preparados por los Maestros en las Escuelas
de los pueblos o de la ciudad, el número total de alumnos que se examinan de
Lengua Francesa ante los Tribunales de los que Machado es miembro como
Presidente o Vocal es de 69. Los resultados académicos son los siguientes: 8
Sobresalientes (11,6%), 18 Notables (26%), 40 Aprobados (58%) y 3 Suspensos
(4,35 %): Félix, Alfonso y Leonardo.
No es fácil hacer una valoración del magisterio de D.
Antonio Machado en Soria desde los resultados académicos. Valorar implica
comparar con los referentes de calidad de su tiempo y lugar. No podemos hacerlo
desde los patrones del actual sistema educativo. Hace un siglo estudiaban “los
que valían para estudiar” –componente cognitivo- y que, además, pertenecían a
familias con posibilidades económicas. Hubo muchos genios desaprovechados por
razones socio-económicas. Debemos acabar con el mito de que “Machado no
suspendía a nadie” porque además de no ser cierto implica desconocer
que entre las calificaciones de Lengua Francesa y otras asignaturas de
Bachillerato de los mismos niveles, no hay diferencias significativas. El
profesor que inició su trabajo en la enseñanza en nuestro Instituto no
suspendía ni más ni menos que otros profesores. Nos ha llegado la imagen de un
hombre bueno, introvertido, trabajador, paciente, recto, pensativo, sencillo,
humilde,…Seguramente también fue así como profesor.
BIBLIOGRAFÍA
(1) Actas de Examen. Archivo del I.E.S. “Antonio Machado”
de Soria.
(2) Enciclopedia Larousse. Editorial Planeta.
(3) Martínez Laseca, José María. Antonio Machado: su paso
por Soria. E. Sorianas, 1984.
(4) Poesías Completas. Editorial Espasa-Calpe. Madrid.
1974.
(5) Antonio Machado y Ruiz. Expediente académico y
profesional 1875-1941. MEC. 1975.
(6) Normativa legal. Gaceta de Madrid.
(7) Libro de Registro (1887-1960). Nombramientos, fechas
de posesión y ceses. Archivo del Instituto.
(8) Gaceta de Madrid - Núm. 110, 20 Abril 1907

Nombramiento (16 de abril de 1907), Toma de posesión (1 de mayo de 1907) y Cese (no consta) de Antonio Machado como profesor del Instituto de Soria (Nº de orden, 169)
Nombramiento (28 de marzo de 1908), Toma de posesión (14 de abril de 1908) y Cese (no consta) de Antonio Machado como profesor del Instituto de Soria (Nº de orden, 179)
Nombramiento (6 de mayo de 19012), Toma de posesión (1 de mayo) y Cese (no consta) de Antonio Machado como profesor del Instituto de Soria (Nº de orden, 210)
Fuente: I.E.S. Antonio Machado (Alberto Llorente Sanz)
Antonio Martínez Balmaseda, médico de Cidones.
Hijo de D. Gregorio Martínez Martínez, Director del Instituto de Soria en 1907 y compañero de Antonio Machado.
VICEDIRECTOR
Además de Catedrático de Lengua Francesa,
D. Antonio Machado Ruiz ejerció como Vicedirector del Instituto General y
Técnico de Soria. Fue nombrado por Real Orden de 28 de marzo de 1908 y tomo
posesión el 14 de abril del mismo año.
Machado ocupó el puesto de D. Agustín Santo Domingo
López que había sido nombrado Secretario el 20 de enero del mismo año después
de cesar en el cargo de Vicedirector que desempeñaba desde el 19 de noviembre
de 1907. Cesaría como Secretario el 14 de octubre de 1913 y acompañó, por
tanto, a Machado en el equipo directivo del Instituto durante su estancia en
Soria. Era Catedrático de Ciencias Físicas y Naturales con aplicación a
la Industria y a la Higiene. El Director era D. Gregorio Martínez
Martínez, Catedrático de Latín.
Recientemente se han descubierto algunos documentos
que dan fe de las tareas administrativas de nuestro poeta universal. Estaban en
el archivo “personal” de D.ª Pilar Martínez Trillo-Figueroa, en su
casa de la ciudad de Lérida donde residía de forma habitual. Hacen referencia a
los diferentes trámites oficiales para retrasar la edad de jubilación del que
fuera su abuelo D. Gregorio Martínez Martínez. Los legajos han sido cedidos por
los herederos de la nieta del compañero de Machado con la finalidad de
profundizar en el conocimiento de la vida y obra de nuestro profesor
y poeta.
D.ª Pilar, fallecida el 10 de octubre de 2004 a los 92
años, pasaba “algunas temporadas” en la finca de
Malluembre, propiedad de la familia, en la casa solariega del siglo XVI que se
quemó “de forma fortuita” hace varios años. El lugar quizá
esconde, entre sus cenizas, secretos de la excursión de Machado a la Sierra de
Urbión y de la relación del poeta con Cidones.
El titular de Latín, D. Gregorio Martínez,
había nacido el 15 de noviembre de 1838 y, por tanto, en la misma fecha de 1908
cumplía 70 años, edad reglamentaria de jubilación, pero quiere continuar al
frente de su Cátedra y, por ello, se inicia el “expediente de edad” con
la directa intervención de Machado en su elaboración y tramitación
administrativa. Continuará en la práctica docente de su asignatura hasta su
muerte en 1912 y como Director hasta el 7 de febrero de 1911 en que le
sustituye como “Director provisional” (nº de orden 197) D.
José Lafuente Vidal. Desde el 1º de marzo del mismo año, el Libro de Registro
recoge el nombramiento como Director de D. Ildefonso Maés Sevillano (fecha de
posesión 11 de marzo de 1911), que lo ejerció hasta el 5 de junio de 1931. Era
Catedrático de Agricultura y “encargado” de la Estación
Meteorológica.
La secuencia cronológica del expediente de
edad es la siguiente:
I
24 de Noviembre de 1908: Instancia al
Ministerio, “documentada” al margen (28-X-08) por el Vicedirector
A. Machado
Instancia de D. Gregorio Martínez:
Excmo. Señor: El que suscribe, Catedrático numerario
de Latín del Instituto general y técnico de esta Ciudad, anotado con el número
18 en el escalafón del corriente año, a V. E. respetuosamente expone: Que no
obstante haber cumplido la edad de 70 años el día 15 del mes actual, se
encuentra con aptitud intelectual y física para continuar al frente de su
Cátedra; por tanto espera de la bondad y rectitud de V. E., le consienta al
recurrente continuar prestando sus servicios como hasta la fecha.
Gracia que no duda conseguir de V. E. cuya vida guarde
Dios muchos años.
Soria
24 de Noviembre de 1908
Gregorio
Martínez
En el informe escrito al margen y firmado
por A. Machado se lee:
Excmo. Señor: El que suscribe cumpliendo un
deber reglamentario, hace constar en el presente informe que el recurrente,
tiene condiciones para continuar desempeñando su clase como así lo reconoció el
Claustro por unanimidad, en sesión celebrada el día 25 del
corriente.
Soria
28 de Noviembre de 1908
El
Vicedirector; A. Machado
II
Informe del Claustro (25 de noviembre de 1908)
El Claustro está presidido por Antonio Machado y firma
el Vº Bº del Acta como Director del Instituto.
Nº 1
Papel de oficio
Informe del Claustro
D. Agustín Santo Domingo y López, Catedrático y Secretario del Instituto general y técnico de esta Ciudad. Certifico que en la página 162 del libro de Actas del Claustro se halla la del 25 del corriente, la cual entre otros contiene el siguiente particular. Ocupada la presidencia del Claustro por el Vicedirector D. Antonio Machado, este dio cuenta de la instancia que el Sr. Director D. Gregorio Martínez, como Catedrático de Lengua Latina le ha presentado para su curso al Excmo. Señor Ministro de Instrucción pública, solicitando le conceda continuar prestando sus servicios como hasta la fecha, por encontrarse en condiciones para ello, toda vez que se le presentan sus actitudes intelectual y física. Enterados los Sres. asistentes de cuanto ha manifestado la presidencia por unanimidad de se acordó hacer constar no solo que D. Gregorio Martínez se encuentra apto para desempeñar sus clases, sino que da otras hasta el punto de no haber necesitado sustitución alguna durante mucho tiempo, reconociendo desde luego que se halla en condiciones de desempeñar su Cátedra y que con certificación a este particular se eleva a la superioridad la referida solicitud. La copia del original a que me refiero. Y para que así conste, de orden del Sr. Vicedirector, con el visto bueno y el sello de este Instituto expido la presente en Soria a veinte y cinco de Noviembre de mil novecientos ocho. Agustín Santo Domingo. V y B, el Director: A. Machado.
Papel de oficio
Informe del Claustro
D. Agustín Santo Domingo y López, Catedrático y Secretario del Instituto general y técnico de esta Ciudad. Certifico que en la página 162 del libro de Actas del Claustro se halla la del 25 del corriente, la cual entre otros contiene el siguiente particular. Ocupada la presidencia del Claustro por el Vicedirector D. Antonio Machado, este dio cuenta de la instancia que el Sr. Director D. Gregorio Martínez, como Catedrático de Lengua Latina le ha presentado para su curso al Excmo. Señor Ministro de Instrucción pública, solicitando le conceda continuar prestando sus servicios como hasta la fecha, por encontrarse en condiciones para ello, toda vez que se le presentan sus actitudes intelectual y física. Enterados los Sres. asistentes de cuanto ha manifestado la presidencia por unanimidad de se acordó hacer constar no solo que D. Gregorio Martínez se encuentra apto para desempeñar sus clases, sino que da otras hasta el punto de no haber necesitado sustitución alguna durante mucho tiempo, reconociendo desde luego que se halla en condiciones de desempeñar su Cátedra y que con certificación a este particular se eleva a la superioridad la referida solicitud. La copia del original a que me refiero. Y para que así conste, de orden del Sr. Vicedirector, con el visto bueno y el sello de este Instituto expido la presente en Soria a veinte y cinco de Noviembre de mil novecientos ocho. Agustín Santo Domingo. V y B, el Director: A. Machado.
Informes
remitidos al Ministerio de Educación (28 de Noviembre de 1908).
La instancia del interesado documentada por el
Vicedirector y el informe del Claustro son remitidas por Machado el 28 de
Noviembre. El oficio con fecha de entrada en el Ministerio de 30 de Nov. de
1908 dice lo siguiente. Leamos:
INSTITUTO
GENERAL Y TÉCNICO
DE Sello
Ministerio
SORIA 30
NOV.-1908
Número 113 ENTRADA
Excmo.
Señor:
Para la resolución que V. E. estime procedente, tengo
el honor de remitirle documentada, la adjunta instancia que el Catedrático de
Latín de este Instituto D. Gregorio Martínez y Martínez promueve a su respetable
autoridad, en solicitud de que le consienta continuar prestando sus servicios
aún cuando ha cumplido los 70 años, por hallarse con aptitud intelectual y
física para desempeñar su cátedra.
Dios
guarde a V. E. ms. As.
Soria
28 de Noviembre de 1908
El
Vicedirector
A. Machado
Desde la Sección de Institutos del Ministerio, el
Subsecretario remite al Director, el 2 de Diciembre, “para que se complete
el expediente conforme a la Real Orden de 1901 y, después, se remita por el
conducto debido”. El sello del Ministerio tiene fecha de salida de
4-DIC.1908
IV
Certificado médico (13 de Diciembre de 1908).
La certificación médica a que hace referencia el
informe del Claustro la solicita Machado el 11 de Diciembre de 1908.
Este es el texto:
Diciembre 11/1908. Al Sr. Juez de Instrucción de esta
Capital: A fin de dar cumplimiento al párrafo 1º de la R. O. de 17 de Marzo de
1901; y con el objeto de formar expediente para continuar en el servicio de la
enseñanza el Catedrático de Latín de este Instituto D. Gregorio Martínez, he de
merecer de V. E. se sirva disponer al facultativo de Medicina que como forense
reconozca e informe del estado físico en que se encuentra el indicado Sr.
Martínez. El Vicedirector: Antonio Machado.
V
Y se adjunta con los documentos anteriores al Excmo.
Señor Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. Esto
dice el informe médico, en lo que la grafía del mismo nos permite leer:
Nº 2. La comunicación del Señor Juez de Instrucción de
este partido D. Prudencio fecha 17 de Diciembre de 1908 ¿recibida? por el
Vicedirector de este Instituto D. Antonio Machado, se acompaña certificación
del médico forense que dice así: (…) en la Universidad de Santiago, y alumno
(…) numerario por oposición del Hospital Clínico de aquella facultad, (…) de
este Ayuntamiento y Médico forense intº de este juzgado de Instrucción fecha
del día de ayer, he reconocido a D. Gregorio Martínez y Martínez, natural de
Ledesma, de 70 años de edad, de estado casado y Profesor de Latín de este
Instituto General y Técnico, y de su reconocimiento resulta que su estado es sano y bueno, sin que
en el día presente informe alguno de enfermedad, por lo cual se encuentra en
condiciones para continuar dedicándose a la enseñanza, máximo cuando no
representa la edad que tiene pues (…) es de menor edad. Y para que pueda
justificarlo cuando le convenga, extiendo la presente que remito al Sr. Juez de
Instrucción y la firmo en Soria a trece de Diciembre de mil novecientos ocho.
Valentín Guisande.
La certificación médica era anual. Entre los años 1909
y 1912 la realizan D. Aniceto Hinojar y Leal y D. Mariano Iñiguez y Ortiz,
médicos del Hospital provincial, que previamente comunicaban al interesado el
día y hora para proceder al reconocimiento. Después remitían el informe al
Director del Instituto.
VI
El informe de 1909 señala:
… Certifican: Que en cumplimiento de la R. O.
del Ilmo. Sr. Rector de la Universidad de Zaragoza, comunicada por la Dirección
de este Hospital, han reconocido a D. Gregorio Martínez y Martínez,… el cual se
encuentra en plena salud, con las funciones en estado normal y plenitud de sus facultades
intelectuales, pudiendo por tanto prestar sus servicios en la enseñanza en el
desempeño de la Cátedra. Para que así conste bajo juramento expedimos la
presente certificación en Soria a nueve de Diciembre de 1909.
Mariano
Iñiguez y Aniceto Hinojar
VII
19 de Diciembre de 1908: Comunicación de A. Gaspar,
Universidad de Zaragoza, de la que dependía el Instituto de Soria
Zaragoza 19 – 12 – 1908. Sr. D. Antonio Machado. Mí
querido amigo: Leída su carta y con ella en la mano, me he presentado en la
Universidad y he recabado del Jefe de Negociado que la solicitud del Sr.
Director de su Instituto salga hoy mismo para el Ministerio con favorabilísimo
informe, así me lo ha prometido y así se ha hecho. Sabe le quiere su mejor amigo
que le abraza, A. Gaspar
VIII
Machado, desde Madrid, escribe a D. Gregorio Martínez,
adjuntándole la carta de Gaspar y ofreciéndose para “hacer algo” en el
Ministerio.
La
carta personal, no oficial, dice así:
Querido D. Gregorio: Adjúntole esa carta de Gaspar por
la que verá como su asunto marcha sin tropiezo. Dígame si es preciso
hacer algo en Madrid, pues si la cosa depende ahora del Consejo de Instrucción
puedo hablar a algunos consejeros. Yo supongo que no hará falta y que el asunto
se desarrollará mecánicamente y sin tropiezo alguno. Siento que el amigo Aranda
haya cargado con la… (¿lata?) de los colegios. Mil afectos a todos.
Suyo
A. Machado
¿Quién era el “amigo” Aranda?
Todo indica que se refiere a Emilio Aranda, profesor del Instituto, que en las Actas de Examen de 1908 firma en las asignaturas de Preceptiva Literaria y Composición, Psicología y Lógica, Elementos de la Historia General de la Literatura, Ética y Rudimentos del Derecho y Geografía e Historia. Algunas pertenecen al programa de Magisterio y cabe la hipótesis de que este profesor realizara tareas de coordinación con los colegios en las prácticas de enseñanza de los futuros maestros. Parece que era un trabajo difícil, ¡una lata!
Todo indica que se refiere a Emilio Aranda, profesor del Instituto, que en las Actas de Examen de 1908 firma en las asignaturas de Preceptiva Literaria y Composición, Psicología y Lógica, Elementos de la Historia General de la Literatura, Ética y Rudimentos del Derecho y Geografía e Historia. Algunas pertenecen al programa de Magisterio y cabe la hipótesis de que este profesor realizara tareas de coordinación con los colegios en las prácticas de enseñanza de los futuros maestros. Parece que era un trabajo difícil, ¡una lata!
IX
Resolución
del Expediente
Anualmente desde la Subsecretaria de Institutos del
Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes se remitía al Director del
Instituto la resolución del Expediente de edad, “para su conocimiento y
el del interesado”. Esta es la comunicación de 1909, escrita a mano:
El Excmo. Sr. Ministro de Instrucción Pública y Bellas
Artes, nos dice con esta fecha lo que sigue. Ilmo. Sr: Su Majestad
el Rey (q.D.g.) ha tenido a bien …al Director del Instituto de Soria … … … D.
Gregorio Martínez, solicitando continuar en el servicio activo de la enseñanza
por haber cumplido los 70 años de edad, para que se una al expediente a que se
alude en los artículos 4º, 5º y 6º de R. O. de 1º de octubre corriente y
complementaria de fecha 10 del mismo mes y año. Lo que traslado a V. S. para su
conocimiento y el del interesado. Dios guarde a V. S. muchos años. Madrid 16 de
Octubre de 1909. El Subsecretario.
Sr.
Director del Instituto de Soria
(Recibida en
22/1909 de octubre)
X
Las Resoluciones de 1910, 1911 y 1912 tienen formato
de imprenta con los datos personales escritos a mano. Veamos la de 1910.
D. Gregorio Martínez no fue el único profesor del
Instituto sometido a expediente de edad. En su misma situación se encontraba D.
Isidro Martínez González, profesor de Religión, como se desprende del documento
de fecha 18 de octubre de 1909, que con la letra de Antonio Machado
y bajo el encabezamiento “Distrito Universitario de Zaragoza” dice
lo siguiente: “Relación de los Señores Catedráticos y Profesores que tienen
cumplida la edad de 70 años y se forma en cumplimiento de lo que dispone la
Real Orden de 10 del actual”. El titular de la asignatura de Religión
había casado a Leonor y Antonio unos meses antes como se puede comprobar en el
Acta de matrimonio.
El escrito parece un borrador del original porque
además de contener una tachadura, al pie del mismo se ha añadido, con diferente
tipo de letra: “Copia igual a la ¿presentada? cuando al Ministerio el día de
la fecha que lleva esta relación”. Continúan las tareas
administrativas del profesor Machado. Esta es la prueba:
XI
Comunicación al interesado
La última Resolución favorable para que D. Gregorio
Martínez “continúe en el desempeño de su Cátedra”, la firma el
Subsecretario del Ministerio el 9 de Julio de 1912. La comunicación al
interesado la firma el Vicedirector Antonio Machado el 29 de julio
de 1912, dos días antes de la muerte de Leonor. Este es el texto:
INSTITUTO GENERAL Y TÉCNICO DE SORIA
En el Boletín Oficial nº 59 del Ministerio de
Instrucción pública y Bellas Artes correspondiente al día 23 del actual se
publica la R. O. siguiente:
Ilmo. Sr.: Visto el expediente instruido en virtud del
Real decreto de 15 de Marzo de 1901 y Real orden de 17 del mismo mes y año para
probar la actitud física del Catedrático numerario del Instituto de Soria D.
Gregorio Martínez y Martínez no obstante haber cumplido la edad setenta años;
Resultando que la certificación facultativa de dicho interesado se halla en
perfecto estado de salud a pesar de su avanzada edad; Teniendo encuenta los
informes favorables de las Autoridades académicas correspondientes, S. M. el
Rey (q.D.g.) de acuerdo con lo dictaminado por ese Consejo, ha tenido a bien disponer
que D. Gregorio Martínez y Martínez continúe en el desempeño de su Cátedra. De
Real orden lo digo a V. I. para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde a
V. I. muchos años. Madrid 9 de julio de 1912. (…). Sr. Subsecretario de este
Ministerio. Señores Rector de la Universidad de Zaragoza y Director del
Instituto de Soria. Lo que me complazco en trasladar a V. para su conocimiento
y satisfacción. Dios guarde a V. muchos años. Soria 29 de julio de 1912
El
Vice-Director Antonio Machado
La prórroga
de servicio activo era para el curso 1912-13, pero el Catedrático de Latín del
Instituto de Soria no la pudo disfrutar. Moría el 5 de Septiembre de 1912 a los
74 años de edad. Le sustituyo, con fecha de posesión 1º de diciembre de 1912,
D. Juan Alegre Alonso que sería nombrado Catedrático de Lengua Latina el
1º de enero de 1913.
El Ex
Director del Instituto dejó al morir viuda y dos hijos, Benita y Antonio. El
hijo D. Antonio Martínez Balmaseda, médico de Cidones y residente durante toda
su vida en esta localidad, se había casado con Dª. María Trillo-Figueroa y
Carrillo, propietaria de la finca de Malluembre. Son los padres de D.ª Pilar
Martínez Trillo- Figueroa que conservaba estos
documentos que nos permiten recordar la historia de su familia y el
papel de Antonio Machado como Vicedirector del Instituto de Soria.
El 1 de
agosto de 1912 “a las diez de la noche, en la calle Estudio nº 7, a los
18 años de edad, casada con D. Antonio Machado de cuyo matrimonio no ha quedado
sucesión” moría Leonor según recoge el Acta de
Defunción. Tras la pérdida de “la tan breve esposa como
musa permanente” nuestro profesor y poeta, además de Vicedirector del
Instituto, abandonó Soria el 8 de agosto. Sin duda no asistió al funeral de su
compañero y amigo D. Gregorio Martínez con quien inició la
docencia en el Instituto de nuestra ciudad y que, muy
probablemente, organizó y puso los medios, ayudado por su hijo desde
Malluembre, para la excursión al manantial del Duero y a la Laguna Negra, viaje
del que nació “La Tierra de Alvargonzález”.
Un siglo
después, el Profesor y Vicedirector sigue sin fecha de cese en su Instituto de
Soria. Se marchó, ligero de equipaje y al lado de su madre, para volver veinte
años más tarde en 1932 –ahora acompañado de su hermano José- a recibir el
título de hijo adoptivo de esta ciudad que vuelve a acordarse de él mucho
tiempo después, en el centenario de su llegada que celebraremos en la primavera
de 2007. Es el momento del homenaje y recuerdo de todos.
Late
corazón… No todo
se
lo ha tragado la tierra.
(Campos
de Castilla –CXVII-)
BIBLIOGRAFÍA:
-Antonio
Machado. Poesías Completas. Ed. Espasa-Calpe. 1974
-Documentos
cedidos por los herederos de D.ª Pilar Martínez Trillo-Figueroa, nieta de D.
Gregorio Martínez Martínez..
-Libro de
Registro (1887-1960). Archivo del Instituto.
-Actas de
Examen (1907-1912). Archivo del Instituto.
-José
Machado. Ultimas soledades del poeta Antonio Machado. Santiago de Chile, 1940
El “Aula de Antonio Machado”
en el Instituto de Soria
Alberto Llorente Sanz
Lápida en el Aula de Machado, obra de Pedro Barral, 1959.
Aunque la lápida tiene fecha del día 5, el “Aula de
Antonio Machado” en el Instituto de Soria fue inaugurada el 6 de octubre de
1959 en un acto académico que coincidió con la apertura del curso escolar
1959-60. En el salón de actos del Centro el Director D. Alejandro Navarro dio a
conocer el proceso de su creación y presentó al poeta Antonio Machado como
cantor de Soria y como profesor donde por primera vez ejerció la
docencia.
Antecedentes
La iniciativa fue un acuerdo del Claustro de
profesores del Instituto en el curso escolar 1957-58. Dice el Acta del 7 de
febrero de 1958:
“En memoria de Machado. El Sr. Presidente pregunta a
los miembros del Claustro designados para redactar la nota que ha de ser
enviada a la Prensa en relación con la actualidad machadiana. El Sr. Beceiro
manifiesta que tiene dispuestas unas cuartillas para su publicación. Estima que
sea cual sea el resultado de la acción emprendida para la repatriación posible
de los restos del insigne poeta, este Instituto estaría obligado a honrar la
memoria del gran poeta a cuyo fin se propone: 1º, dar el nombre del
poeta a una de las aulas; 2º, colocar una vitrina en la misma con
documentos originales o copias personales, ediciones de obra e iconografía
machadiana; 3º, creación de una Cátedra de A. Machado a cuya
inauguración sería invitado el gran poeta-Profesor que fue también de este
Instituto D. Gerardo Diego; 4º, publicación de unos cuadernos con
los trabajos de esta Cátedra”.
Para ejecutar los acuerdos se necesitaba, en primer
lugar, la “autorización de la Superioridad” y, después, la constitución del
Patronato que debía encargarse de la organización y sostenimiento de la
cátedra.
Apertura del curso 1959-1960
El Director del Centro, después de dirigir un saludo a
las Autoridades y demás asistentes al acto, pronunció las siguientes palabras:
…Lo que esta Dirección quiere pronunciar, lo que tiene
que decir, responde a un imperativo de momento, ya que la apertura de curso que
estamos conmemorando implica un motivo excepcional, que le da un relieve
singular.
La poesía contemporánea, la poesía nacional, está
vinculada a dos poetas insignes; y esta poesía está unida a Soria y
representada por dos de sus figuras más señeras. Por Antonio Machado y por
Gerardo Diego.
En esta apertura de curso, nuestro Instituto quiere
rendir su homenaje a la memoria de Antonio Machado, soriano por su obra poética
y Profesor de Lengua Francesa de este Instituto.
...Con motivo del vigésimo aniversario de la muerte de
Antonio Machado, se ha celebrado en este año de 1959 el homenaje nacional al
poeta singular que fue Antonio Machado. Y fue aquí, precisamente, en nuestra
Soria, en esta pequeña ciudad de Castilla en la que vivió los estímulos más
profundos de su inspiración poética. El Instituto estuvo presente en él, con
sus profesores y sus alumnos. Pero la simple presencia nuestra en el homenaje
nacional a Antonio Machado, no bastaba. No podía bastar, porque el Instituto de
Soria se sentía obligado a rendir su propio homenaje…
El Director del Instituto, Don Alejandro Navarro, pronunciando las palabras iniciales del
acto.
Después de
recordar los acuerdos del claustro, dijo lo siguiente:
“Comunicado a la Superioridad, en junio de 1958, y
solicitada la debida autorización para su ejecución, la Dirección General de
Enseñanza Media dio su aprobación en octubre del mismo año. Autorizó todas las
partes de la propuesta y agradeció al Excmo. Sr. Gobernador Provincial, a los
Ilmos. Sres. Alcalde y Presidente de la Diputación, la generosa
ayuda económica que ofrecieron para el sostenimiento de esta cátedra. El
Patronato que ha de regentarla, ha quedado constituido, actualmente, de la
siguiente manera:
Excmo.
Sr. Gobernador Civil, representado por D. Antonio Sanz Polo.
Excma.
Diputación Provincial, representada por el ilustrísimo Sr, Presidente de la
misma.
Excmo.
Ayuntamiento de la Ciudad, representado por D. Victor Higes.
Centro
de Estudios Sorianos, representado por D. Heliodoro Carpintero.
Y por la cátedra de Literatura de este Instituto,
representada por los tres Profesores que actualmente forman su Seminario
didáctico: D.ª Manuela Pita, D. Ricardo Apráiz y D.ª Faustina García.
Y a este Patronato se incorpora la Caja Provincial de
Ahorros, que aunque no desea estar representada en él, de momento acepta,
generosamente, subvencionar también dicha cátedra.
La Dirección de este Instituto ha estimado que la
colocación de la lápida que ha de evocar la presencia poética de Machado en el
ámbito de este Centro, y que ha sido magníficamente realizada por el gran
artista D. Pedro Barral, tenga lugar hoy, a continuación de este acto académico
de la apertura de curso 1959-1960.
A este propósito ha sido invitado, no sólo para darnos
la primera lección del curso, sino también para inaugurar la cátedra Antonio
Machado, el Excmo. Sr. D. Gerardo Diego Cendoya, catedrático que fue también de
este Instituto, y laureado poeta nacional y miembro de la Real
Academia Española.
No he de hacer la presentación a Vds. de Gerardo
Diego. Es sobradamente conocido de los sorianos, y seguramente en este salón se
encontrarán antiguos alumnos suyos. El nombre de Gerardo Diego se conjuga, en
la mente de los sorianos con el de Antonio Machado. Ambos están vinculados al
alma de esta ciudad y a las tierras sorianas. Ambos iniciaron en este Instituto
su vida profesional, como Profesor de Lengua Francesa uno, y como Profesor de Lengua
Española el otro. Poetas los dos, cimas gloriosas de nuestra poesía nacional,
han ejercido su arte poética con motivos de raíz soriana. Los dos han cantado a
Soria. Antonio Machado y Gerardo Diego recibieron aquí, en Soria, abundante
inspiración para su genio poético. Cada uno nos ha dado una interpretación del
ser y de la realidad metafísica de nuestro solar castellano, viviéndolo
poéticamente. Han hecho historia para la Poesía Nacional y para la Poesía
Universal. A los dos, Soria les debe gratitud. Al ausente ya se le ha
testimoniado. Con el presente tenemos una deuda contraída. Podrá hacerse
esperar, pero Soria pagará su deuda a Gerardo.
Y para terminar digamos que el Instituto de Soria se
honra exaltando la gloriosa figura humana de Antonio Machado, del que fue uno
de sus profesores más insignes. Pero no ha de reducirse a este acto evocador,
con toda su oficiosa solemnidad, nuestro homenaje a su memoria. El mayor
homenaje que podemos hacerle es conocer su obra y hacerla nuestra, siendo
fieles a nosotros mismos, y siendo para él el tú esencial que pedía
de nosotros.
Estudiantes y alumnos de este Instituto, ¡leed a
Machado, en lectura que sea un dialogo fecundo; hacerlo vuestro, asimilando su
espíritu! Así realizaréis el tú esencial que preconizaba el maestro, haciendo
vivo y fecundo en vosotros el empeño educador que late en toda su obra. Y
llegar a ser buenos, como él dice de sí mismo en su retrato:
Y,
más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy,
en el buen sentido de la palabra, bueno.
A continuación tomó la palabra D. Gerardo Diego. Su
discurso tuvo como título Soria en la poesía de Antonio Machado.
Soria en la poesía de Antonio Machado
No es fácil resumir la intervención de Gerardo Diego.
Sus palabras fueron ricas y profundas. Remito al lector a CÁTEDRA
ANTONIO MACHADO, PUBLICACIONES DEL INSTITUTO NACIONAL DE ENSEÑANZA MEDIA DE
SORIA, Primer cuaderno, Soria 1960, Imprenta Provincial, DEPÓSITO LEGAL SO.
10-1960 (Págs. 9-36). Copio textualmente frases de su discurso en el Salón de
Actos del Instituto el 6 de octubre de 1959:
Gerardo Diego al dar comienzo a su disertación.
“Me levanto a hablar con profunda emoción. Estoy en el
Instituto de Soria, en el mismo Instituto donde hace 39 años, 5 meses y 14 días
explique mi primera lección de catedrático…
…Me habéis llamado al honor de inaugurar la “Cátedra
Antonio Machado”…
…Sé muy bien que modesto es el nivel de mi obra
poética, comparado al altísimo de mi inolvidable amigo, compañero y maestro,
pero ni mi entusiasmo por la poesía, ni mi dedicación a la enseñanza ni mi
cariño por esta Soria real y poética ceden en nada a los que tan intensamente
vivió Antonio el Bueno…
Hablemos, pues, de “Soria en la poesía de Antonio
Machado”.
Es inevitable… recordar a Bécquer, verdadero inventor
de la Soria poética. Que Bécquer, sevillano, se enamorase de Soria y dejase
como testimonio de ese amor una importante parte de su obra poética en prosa y
que el sevillano Antonio Machado, medio siglo después, repitiese la historia
hasta con boda incluso, no puede ser solo una casualidad sino una coincidencia
de destino en la que cabe apreciar una influencia sabida o inconsciente, yo
creo que sabida por lo menos a medias, del primer sevillano sobre el segundo.
…Nada más expresivo que cotejar dos lunas, una de
Bécquer en cualquiera de sus momentos de contemplación directa y no ya de sus
efectos mágicos en la ciudad, los claustros o el bosque que son el asunto de su
leyenda lunar; y otra de Antonio Machado en su trágica narración. Bécquer: “La
noche estaba serena y hermosa, la luna brillaba en toda su plenitud en lo alto
del cielo, y el viento suspiraba con un rumor dulcísimo entre las hojas de los
árboles.” Machado:
Sobre
los campos desnudos,
la
luna llena manchada
de
un arrebol purpurino,
enorme
globo, asomaba.
…Descartado Bécquer… hay en los nombres
contemporáneos, dos de la mayor importancia para empezar a explicarnos la
historia poética de Antonio Machado en su decisivo trance soriano. Claro está
que aludo a Unamuno y a “Azorín”.
En su discurso aparece una breve historia de
literatura relacionada con Machado. Están en sus palabras: Fray
Luis, Santa Teresa, Rubén, Manuel Machado, Juanito Ramón, Mio Cid, Berceo, el Arcipreste,
el Romancero, Cervantes, Lope, Núñez de Arce, ¿Zorrilla y Rivas?… Y
sus posibles influencias literarias sobre nuestro profesor y poeta.
¿Qué le debe Antonio a Soria? Por lo pronto el goce de
la vida provinciana y casi campesina, de paseante por el campo, de viajero en
la baca de las diligencias, diversión predilecta de Antonio , que subirá al
techo para disfrutar a esa altura de jinete… de las tierras bellísimas de
Castilla la Vieja, de sus lejanías montañosas, de sus pueblos, sus ríos y barrancos…
Con nada goza Antonio tanto como con esos viajes, silencioso, envuelto en su
manta, insaciables sus ojos, todavía no cansados “de letras diminutas y de
montes lejanos”, insaciables de colores, de corteza geológica y de la flora
espontánea o agrícola, soñadores de historia y de hermandad humana ante las
torres, castillos, murallas y cercas humildes de pueblos y heredades. Cuántas
veces me preguntaba mi D. Antonio si había hecho tal o cual excursión y me
recordaba sus expediciones encaramado al alto trono de la diligencia.
Esto es pues lo más importante que Antonio Machado
debe a Soria, la suprema lección, doble como he dicho de cosas y de palabra, de
actitud previa y de recursos para convertirla en obra eficaz. Y qué eficacia
tan absoluta la de la nueva manera naturalista del castellanizado poeta. Qué
posesión milagrosa de la palabra, qué dominio del ritmo solemne y anchuroso,
qué penetraciones en sus visiones de la ciudad, del campo de Soria y en torno
de toda Castilla y más lejos de España entera. Antonio Machado, hombre de
ciudad poco habituado a los términos topográficos del campo, poco ducho en
aperos, faenas y pormenores de menester geórgico, insuficiente botánico, no
familiarizado con las especies forestales…, aprende fabulosamente en unos meses
un mundo nuevo, un léxico justo… y se convierte en un poeta completo que da
ciento y raya a todos los que antes que él habían tratado de apurar el lienzo
siempre cambiante de la vida rústica.
…Y la primera impresión del lector de “Campos de
Castilla”, sobre todo si es hombre de ciudad y no tiene familiaridad con los
labriegos, es la de un caudal abrumador pero justamente empleado de términos,
sustantivos y adjetivos sobre todo, aprendidos más que en los libros en labios
de los castellanos viejos, de los sorianos.
En el primer poema, después del magnifico
autorretrato, en “A orillas del Duero” encontramos todo esto: pedregal, aves
rapaces, hierbas montaraces –romero, tomillo, salvia, espliego,- cárdenos
alcores, serrezuelas, peñascales, merino, arrieros, yermos, roquedas, regatos,
palurdos, etc. Y no es poesía de las más intensas en cargazón de vocablos.
Luego saldrán de nuevo los mismos y muchos otros, con frecuencia acumulados en
breve espacio con urgencia de inventario.
Y otra vez roca y roca, pedregales
desnudos y pelados serrijones,
la tierra de las águilas caudales,
malezas y jarales,
hierbas monteses, zarzas y cambrones.
O en uno de los poemas a “Azorín”:
Castilla de grisientos peñascales,
pelados serrijones,
barbechos y trigales,
malezas y cambrones.
Y la deliciosa letanía de trajinantes y arrieros,
mendigos rezadores y frailes pordioseros, boteros, tejedores, arcadores,
perailes, chicarreros, lechuzos y rufianes y tahures y logreros.
…Literalmente es un continuo acierto, un magistral
primor. Pero de cuando en cuando el canto se ahoga de empacho descriptivo…
No tenemos tiempo para seguir paso a paso todas las
piezas de “Campos de Castilla”… Y en el conjunto sobresalen tal vez, según mi
gusto personal, como la del causante de los disgustos y malentendidos entre
Machado y los sorianos, el famoso aunque injusto “Por tierras de España”. Yo
creo que tenían motivos los sorianos para sentirse dolidos y que Antonio a la
larga hubo de darles la razón, al comprender que sus palabras fueron retóricamente
más lejos y generalizadoras que sus intenciones. Pero, en fin, el poema es
magnífico. Lo es también el que empieza “Primavera soriana, primavera” y de los
retratos y fantasías iconográficas, sobre todo el de “Un criminal”… Y
prescindiendo de poesías breves, un poco en la línea de las de su mocedad, el
conmovedor “En tren”, tan atrevido en su humildad. Y la luminosa poesía “Pascua
de Resurrección”, una de las más hermosas poesías del libro. Y la serie muy
bien graduada de “Campos de Soria” que culmina en los tres últimos cantos.
…Queda “La tierra de Alvargonzález”… La dicción es
elegante, la sintaxis sobria y clara, el léxico apropiado y justo, pero con
todo, no es poesía el principio por ejemplo
Siendo
mozo Alvargonzález,
dueño
de mediana hacienda,
que
en otras tierras se dice
bienestar
y aquí, opulencia,
y así hasta el número IV en que empieza a levantarse
el tono narrativo a auténtica poesía… Hay que admirar como el poeta
constantemente salta a la gran poesía gracias a su domino del ritmo, a su
admirable gusto por la adjetivación o para la síntesis, a sus contrastes de
rimas asonantes, a veces demasiado cambiantes en el deseo de evitar
monotonías…Culmina el poema en el maravilloso romance “Es una tarde de otoño”,
ciertamente una de las más altas cumbres de toda la poesía machadiana. Es el
que cierra los famosísimos versos
¡Oh
tierras de Alvargonzález,
en
el corazón de España,
tierras
pobres, tierras tristes,
tan
tristes que tienen alma!
El mismo que
concluye
¡Oh
pobres campos malditos,
pobres
campos de mi patria!
La poesía soriana de Machado posterior a su libro de
1912 es todavía mejor. Ya evita casi siempre el exceso de descripción y de
predicación para dejar abrir el corazón a su pena. Leonor se superpone al
recuerdo de Soria. Y la novia, la esposa que apenas había sido aludida, tímida,
pudorosamente en sus versos anteriores a la fecha tristísimo del 1 de agosto de
1912, ahora va a reinar dentro del paisaje evocado y ya inseparable de él.
…Ahora todo es poesía. La más honda y transparente
poesía que se haya podido escribir en nuestra época es ésta de Antonio Machado.
Machado, desnudado de todo lo que no sea su dolor y su oferta. Imposible
elegir, aunque yo como todo fiel cristiano tenga mis preferencias, en ese
cancionero que encierra el poema “A un olmo seco”, el dedicado a “Palacio”, tan
buen amigo mío después de serlo de Machado, o los romancillos “Soñé que tú me
llevabas” y ya toda alma “Una noche de verano”.
Una
noche de verano
-estaba
abierto el balcón
y
la puerta de mi casa-
la
muerte en mi casa entró.
Se
fue acercando a su lecho
-ni
siquiera me miró-,
con
unos dedos muy finos,
algo
muy tenue rompió.
Silenciosa
y sin mirarme,
la
muerte otra vez pasó
delante
de mí. ¿Qué has hecho?
La
muerte no respondió.
Mi
niña quedó tranquila,
dolido
mi corazón.
¡Ay,
lo que la muerte ha roto
era
un hilo entre los dos!
Y no se acaba ya nunca la inspiración soriana de
Antonio Machado. Sigue viva en sus “Canciones del Alto Duero” y en sus hermosísimos
sonetos de “Los sueños dialogados” y hasta en su poesía de última hora, desde
Valencia, en la primera parte del bellísimo soneto en que el poeta recuerda las
tierras de Soria.
¡Ya
su perfil zancudo en el regato,
en
el azul el vuelo de ballesta,
o,
sobre el ancho nido de ginesta,
en
torre, torre y torre, el garabato
de
la cigüeña!... En la memoria mía
tu
recuerdo a traición ha florecido;
y
hoy comienza tu campo empedernido
el
sueño verde de la tierra fría,
Soria
pura, entre montes de violeta.
Di
tú avión marcial, si el alto Duero
a
donde vas recuerda a su poeta.
Y ya que hemos venido hablando de lo que Antonio
Machado debe a Soria preguntaremos a la inversa: ¿qué es lo que debe Soria a su
poeta? Lo que debe Soria a su poeta –y que hoy ya estáis intentando pagar con
este homenaje que ha de ser indefinidamente duradero en la historia futura de
esta cátedra- es mucho. Gracias a Antonio Machado, Soria ha pasado
definitivamente a ser una de esas raras ciudades, una de esas escasas tierras
habitadas para siempre por el genio de la poesía, un lugar piadoso e
ilusionante de peregrinación.
…La Soria de Antonio Machado le debe a su poeta nada
menos que su más hondo ser, su conciencia de haber vuelto a nacer la misma y
otra en brazos de la madre Poesía.
En el Aula de Antonio Machado
Antes de procederse al solemne descubrimiento de la
lápida conmemorativa, Doña Manuela Pita Andrade, catedrática de Literatura del
Centro pronuncio las siguientes palabras:
Como vocal de la cátedra Antonio Machado y catedrática
de Literatura de este Centro, se me ha pedido que dijera unas palabras en esta
aula en que se oyó la voz de don Antonio antes de proceder al descubrimiento de
la lápida que perpetúe la memoria del poeta.
Hizo referencias al profesor y al poeta. ¿Qué
destacar?
…Toda su obra poética –como corresponde a la mejor
lírica- es biográfica.
…la leyenda del poeta que fue D. Antonio Machado, tal
como hoy la vemos, va desde el sueño de un amor que no llega –sus “Soledades”-
al sueño de un amor posible –Guiomar- pasando por la realidad de un amor pleno
–Leonor-, que vivió, pero que pasó como un sueño.
…
Y cuando, en todas partes, norteamericanos e ingleses,
italianos y alemanes, franceses e hispanoamericanos estudian su obra cuidadosamente
y todos los alumnos de español en países extranjeros aprenden nuestro idioma en
sus versos, aquí en esta antigua ciudad, Soria, la ciudad que cantó sobre todas
y de que se declaró hijo adoptivo
Yo
tuve patria donde corre el Duero…
allá
en Castilla, mística y guerrera.
en este Instituto que fue el suyo y que algún día
quizá llevará su nombre, en este aula en que él explicó; de hoy en
adelante, por disposición del Ministerio de Educación Nacional, habrá una placa
y un aula y una entidad, la cátedra “Antonio Machado”, que perpetúen su
memoria. Y ahora… el Sr. Gobernador descubre la lápida.”
Y después de descubrir la lápida, las
autoridades y asistentes al acto pudieron ver los documentos machadianos
colocados en el Aula del Instituto que hoy lleva su nombre, entonces denominado
Instituto Nacional de Enseñanza Media de Soria.
El Instituto
Nacional de Enseñanza Media “Antonio Machado”
Oficialmente, esta es la denominación del Instituto
desde la Orden de 21 de septiembre de 1967 (B.O.E. de 11 de octubre de
1967) por la que se dispone que el Instituto Nacional de Enseñanza
Media de Soria se denomine “Antonio Machado”.
Dice la Orden:
Visto el acuerdo del claustro de profesores del
Instituto Nacional de Enseñanza Media de Soria por el que se propone que este
Centro debe designarse con el nombre de “Antonio Machado”;
Resultando que por el Director del Instituto se eleva
la propuesta de denominación específica de “Antonio Machado”;
Considerando que la denominación de los centros de
enseñanza debe hacerse de tal modo que corresponda a persona o acontecimiento
de extraordinaria valía;
Considerando que don Antonio Machado tiene dedicada la
parte más selecta de su obra literaria a la ciudad de Soria y merece que el
Instituto al que perteneció como Profesor ostente su glorioso nombre;
Vistos los preceptos legales establecidos por Real
Decreto de 26 de octubre de 1930 (“Gaceta” del 28).
Este Ministerio ha dispuesto que el Instituto Nacional
de Enseñanza Media de Soria se denomine “Antonio Machado”.
La Orden está firmada por el Ministro de Educación y
Ciencia D. Manuel Lora Tamayo.
BIBLIOGRAFÍA
-Antonio Machado. Poesías completas. Espasa-Calpe,
S.A. 1974
-Cátedra Antonio Machado. Publicaciones del Instituto
Nacional de Enseñanza Media de Soria. Imprenta Provincial. Soria 1960.
-Boletín Oficial del Estado de 11 de Octubre de 1967.
Casa de D. Antonio Martínez en Cidones
El camino de Alvargonzález
Alberto Llorente Sanz
Vinuesa
En el otoño de 1910, Antonio Machado
realiza una excursión por la Sierra de Urbión para conocer el nacimiento del
Duero y la Laguna Negra. De este viaje nacería La Tierra de Alvargonzález,
relato en prosa que se publicó en enero de 1912 en la revista “Mundial
Magazine”, editada en París bajo el patronazgo de Rubén Darío, y texto poético
en forma de romance que se publicaría en “La Lectura” en abril del mismo año.
Ambos, el cuento leyenda en prosa y el poema, están incluidos en la primera
edición de “Campos de Castilla”.
El texto en prosa ofrece la materia prima
del romance, a veces con notorias similitudes de términos, pero es más
reducido, constituye el armazón que en el poema se desarrolla con matices y
paisajes. Otra diferencia es que en el relato en prosa los dos hermanos
mayores, los “caínes”, asesinan también a Miguel, el hermano pequeño, antes de
perecer ellos en la Laguna Negra del crimen; mientras que en el romance Miguel
continúa viviendo, afincado en la tierra tras tomar “por mujer a una doncella /
rica y hermosa…”
La Tierra de Alvargonzález es el drama de
la tierra, de la codicia del pedazo de terreno que convierte en caínes a los
hombres de esos pueblos pobres. En el poema las estaciones juegan un papel
primordial, no solo para matizar el paisaje, sino para puntuar y reforzar el
sentido de la tragedia. Es primavera cuando “están las zarzas floridas / y los
ciruelos blanquean” y la tierra “va a colmarse de riqueza”. Y en el verano el
tercero de los hermanos que volvió de América, logra óptima cosecha, mientras
la tierra maldita solo da cizañas y malas hierbas a los parricidas:
Ya con macizas espigas
preñadas de rubios granos,
a los campos de Miguel
tornó fecundo el verano.
Otoño, como en otros poemas de Machado, es
la estación de la labranza en que el arado hiende las tierras para que las
fecunde la simiente:
Una mañana de otoño,
cuando la tierra se labra,
Juan y el indiano aparejan
las dos yuntas de la casa.
En el invierno se presagia el drama. Ya no
quedan cigarras, ni golondrinas, ni cigüeñas. Es la vuelta de Miguel de la
Américas:
Es una noche de
invierno.
Azota el viento las ramas
de los álamos. La nieve
ha puesto la tierra blanca.
Y frío es el remordimiento de los
asesinos:
Es una noche de
invierno.
Cae la nieve a remolinos.
Los Alvargonzález velan
un fuego casi extinguido.
Cuando los asesinos van por última vez a
la Laguna Negra, es “una tarde triste / de noviembre, fría y parda”. Y en
aquella “noche húmeda, oscura y cerrada” se hundirán para siempre en la Laguna
que guarda el cuerpo de su padre. Son las tierras y los hombres de Castilla. El
tiempo y el paisaje son descritos por imágenes directas.
¡Oh tierras de Alvargonzález,
en el corazón de España,
tierras pobres, tierras tristes,
tan tristes que tienen alma!
Páramo que cruza el lobo
aullando a la luna clara
de bosque en bosque, baldíos
llenos de peñas rodadas,
donde roída de buitres
brilla una osamenta blanca;
pobres campos solitarios
sin caminos ni posadas,
¡oh pobres campos malditos,
pobres campos de mi patria!
EL CAMINO DE ALVARGONZÁLEZ
El camino de Alvargonzález pretende
describir la ruta seguida por Machado desde Soria hasta la zona de Pinares.
Incluye algunos apuntes del poema y de la leyenda que será puesta en boca de un
campesino soriano que comparte con él el camino hasta Covaleda (merece la pena
leer “Poesías Completas”, Espasa – Calpe S.A. 1974, págs. 98 – 129).
En 1938, unos meses antes de su muerte, en
entrevista concedida a la “Voz de Madrid” (París, nº 13, -8/10/1938-), Antonio
Machado recordó su estancia en Soria y la excursión a Urbión cuando dijo: “Soy
hombre extraordinariamente sensible al lugar en que vivo: La geografía, las
tradiciones, las costumbres de las poblaciones por donde paso, me impresionan
profundamente y dejan huella en mi espíritu. Allá en 1907, fui destinado como
catedrático a Soria. Soria es lugar rico en tradiciones poéticas. Allí nace el
Duero que tanto papel juega en nuestra historia, Allí, entre San Esteban de
Gormaz y Medinaceli se produjo el monumento literario del Poema del Cid. Por si
ello fuera poco, guardo de allí recuerdo de mi breve matrimonio con una mujer a
la que adoré con pasión y que la muerte me arrebato al poco tiempo.
Y viví y sentí aquel ambiente con toda intensidad. Subí al Urbión, al
nacimiento del Duero. …Y de allí nació el poema de Alvargonzález”.
Nos cuenta Pérez Ferrero: “En
septiembre de 1910 Antonio quiere ver el nacimiento del Duero, escuchar en sus
fuentes el rumoroso sortilegio de sus aguas. Leonor no le acompaña en su
excursión. Le aguardará, ansiosa de su regreso, en esta separación de unos
días”. (…).
Aunque desconocemos la fecha exacta
del viaje, seguramente lo realizó Machado durante las fiestas patronales de la
ciudad, aprovechando las vacaciones escolares que, en Soria, según cuentan los
más mayores, “desde toda la vida” se han
celebrado entre los días 2 y 5 de octubre –con “S. Saturio el día 2 haga
frío o calor”-. El día del Patrón fue domingo y las fiestas se
prolongaron hasta el jueves día 6 en que se celebraron las tradicionales
vaquillas que cierran la programación festiva, según recoge la prensa local.
Fueron cinco días sin obligaciones académicas. Era el inicio del curso 1910-11
que comenzó con el homenaje que el Instituto dedicó el sábado día 1 de octubre
al filósofo soriano Antonio Pérez de la Mata.
El propio Machado escribe: “Una mañana de
los primeros días de octubre, decidí visitar la fuente del Duero…” El
itinerario seguido fue el siguiente: Soria – Cidones – Malluembre - La Muedra –
Vinuesa – Salduero - Covaleda – La Fuente del Berro, Peñas Blancas y
el manantial del Duero en los Picos de Urbión en
Duruelo de la Sierra – Laguna Negra – Santa Inés - y
de nuevo Vinuesa, siguiendo el cauce del río Revinuesa, para
regresar a Soria por ”los campos malditos” entre La Muedra y Cidones.
AHP Soria nº 3324. Diligencia parada en
una venta. Año 1910
SORIA - CIDONES
El desplazamiento de Soria a Cidones,
primera etapa de su excursión, lo realiza en la diligencia de la línea
Soria-Burgos. Nos cuenta Machado: “… y tomé en Soria el coche de Burgos, que
había de llevarme hasta Cidones. Me acomodé en la delantera, cerca del mayoral
y entre dos viajeros: un indiano que tornaba de Méjico a su aldea natal,
escondida en tierra de pinares, y un viejo campesino que venía de Barcelona,
donde embarcara a dos de sus hijos para el Plata”.
Llegaron al cruce de caminos donde se
encuentra La Venta del Aire para contemplar después el
monte Valonsadero con los centenales de El Cubillejo –ahora “el
pinarcillo”- y La Vega de San Millán a la
derecha y, más adelante, al otro lado de la carretera, La Venta Vieja, situada
a la sombra del Pico Frentes. Desde Toledillo, la larga recta de
Ocenilla les llevaría hasta Cidones.
Del propio cuento leyenda se deduce que el
viaje se realizó en animada conversación con sus acompañantes: “El indiano
me hablaba de Veracruz, más yo escuchaba al campesino que discutía con el
mayoral de un crimen reciente. En los pinares de Duruelo, una joven vaquera
había aparecido cosida a puñaladas y violada después de muerta. El campesino
acusaba a un rico ganadero de Valdeavellano, preso por indicios en la cárcel de
Soria, como autor indudable de tan bárbara fechoría, y desconfiaba de la
Justicia porque la victima era pobre. En las pequeñas ciudades, las gentes se
apasionan del juego y de la política, como en las grandes del arte y de la
pornografía, -ocios de mercaderes-, pero en los campos, solo interesan las
labores que reclama la tierra y los crímenes de los hombres.
-¿Va
usted muy lejos?, pregunté al campesino.
-A
Covaleda, señor –me respondió-. ¿Y usted?
-El
mismo camino llevo, porque pienso subir a Urbión y tomaré el valle del Duero. A
la vuelta bajaré a Vinuesa por el puerto de Santa Inés.
-Mal
tiempo para subir a Urbión. Dios le libre de una tormenta por aquella sierra.
Llegados
a Cidones, nos apeamos el campesino y yo, despidiéndonos del indiano, que
continuaba su viaje en la diligencia hasta San Leonardo”.
De
su estancia en Cidones da testimonio el poema dedicado “Al maestro “Azorín” por
su libro Castilla”. También indica que Machado pudo pasar aquella noche
en La Venta para dirigirse de madrugada hacia Urbión.
La venta de Cidones está en la carretera
que va de Soria a Burgos. Leonarda, la ventera,
que llaman la Ruipérez, es una viejecita
que aviva el fuego donde borbolla la marmita.
Ruipérez, el ventero, un viejo diminuto
-bajo las cejas grises, dos ojos de hombre astuto-,
contempla silencioso la lumbre del hogar. (…)
(Campos de Castilla –CXVII- Al maestro “Azorín”-)
CIDONES – COVALEDA
Desde Cidones hasta Covaleda, segunda
etapa del viaje, Machado nos cuenta que va acompañado del viejo campesino. El
medio de transporte son caballerías con las que suben la cuesta de El Portillejo que,
desde lo alto, da vista al Caserío de Malluembre, finca hoy
propiedad de los hijos de D.ª Pilar Martínez Trillo Figueroa, nieta de D.
Gregorio Martínez, director del Instituto de Soria hace un siglo y con quien
Machado mantuvo una buena relación personal y profesional. El lugar pudo ser el
centro de operaciones y cabe la hipótesis de que allí le esperaran para
acompañarle en su excursión. Aunque el caserío se quemó hace unos años, debemos
investigar los documentos que se conservan para conocer el posible significado
de la familia de los marqueses de Vilueña con este viaje y en la relación del
poeta con Cidones.
De Malluembre, las casas
quedan a la derecha del camino, llegaron al paraje conocido como El
Bardo ya en tierras de Villaverde del Monte.
Sobre su compañero de viaje, escribe
Machado: “Siempre que trato con hombres del campo, pienso en lo mucho que
ellos saben y nosotros ignoramos, y en lo poco que a ellos les importa conocer
cuanto nosotros sabemos. El campesino cabalgaba delante de mí, silencioso. El
hombre de aquellas tierras, serio y taciturno, habla cuando se le interroga, y
es sobrio en la respuesta. Cuando la pregunta es tal que pudiera excusarse,
apenas se digna contestar. Sólo se extiende en advertencias inútiles sobre las
cosas que conoce bien o cuando narra historias de su tierra”.
Acacias centenarias en la iglesia de Cidones. Testigos de la historia.
La visión del pueblo la describe con estas palabras: “Volví los ojos al pueblecillo que dejábamos a nuestra espalda. La iglesia, con su alto campanario coronado por un hermoso nido de cigüeñas, descuella sobre unas cuantas casuchas de tierra. Hacia el camino real destácase la casa de un indiano, contrastando con el sórdido caserío. Es un hotelito moderno y mundano, no rodeado de jardín y verja. Frente al pueblo se extiende una calva serrezuela de rocas grises, surcada de grietas rojizas”.
Pasaron por lo que hoy conocemos
como La Carretera Cortada, donde estuvo La Caseta del
Bardo –vivienda de camineros de Obras Públicas que no se
conserva-, para cruzar el río Ebrillos por El
Puente del Bardo y, cabalgando hacia el norte, dirigirse a La Muedra
(zona ahora inundada por el pantano de La Cuerda del Pozo, cuyo
proyecto se aprobó en 1923, para iniciarse las obras en 1926 e inaugurarse el
29 de septiembre de 1941).
Foto cedida por D. Bienvenido Romero. En La Caseta del Bardo,
hace medio siglo.
LA MUEDRA
Así lo cuenta Machado: “Después de
cabalgar dos horas, llegamos a la Muedra, una aldea a medio camino entre
Cidones y Vinuesa, y a pocos pasos cruzamos un puente de madera”.
Y siguieron cabalgando hacia el norte. Las
caballerías seguían “las roderas de las llantas” de los carros
marcadas en el camino. Además, Machado nos cuenta que iba acompañado del hombre
de Covaleda, conocedor de la tierra que pisaba.
De La Muedra, dejando a la izquierda
el monte de Vailengua, atravesaron el paraje de La Viña,
con su arroyo que desciende al Duero –Arroyo de la Viña-, y por Covatillas cruzaron
el puente del río Revinuesa para llegar a Vinuesa. El
campesino soriano relataba a Machado la historia de Alvargonzález. Aún quedaba
tiempo para llegar a Covaleda y el hombre de pinares se extiende en narrar
historias de su tierra. La leyenda continúa así:
-“Por
aquel sendero –me dijo el campesino señalando a su diestra- se va a las tierras
de Alvargonzález; campos malditos hoy; los mejores, antaño, de esta comarca.
Foto cedida por Dña. Ildefonsa Muñoz Orden. La Muedra. Plaza de la iglesia.
-¿Alvargonzález
es el nombre de su dueño? –le pregunté.
-Alvargonzález
–me respondió- fue un rico labrador; más nadie lleva ese nombre por estos
contornos. La aldea donde vivió se llama como él se llamaba: Alvargonzález, y
tierras de Alvargonzález a los páramos que la rodean.
Tomando
esta vereda llegaríamos allá antes que a Vinuesa por este camino. Los lobos, en
invierno, cuando el hambre les echa de los bosques, cruzan esa aldea y se les
oye aullar al pasar por las majadas que fueron de Alvargonzález, hoy vacías y
arruinadas.
Siendo
niño, oí contar a un pastor la historia de Alvargonzález, y sé que anda
inscrita en papeles y que los ciegos la cantan por tierras de Berlanga.
Roguéle
que me narrase aquella historia y el campesino comenzó así su relato:
Siendo
Alvargonzález mozo, heredó de sus padres rica hacienda. Tenía casa con huerta y
colmenar, dos prados de fina hierba, campos de trigo y de centeno, un trozo de
encinar no lejos de la aldea, algunas yuntas para el arado, cien ovejas, un
mastín y muchos lebreles de caza”.
Mucha sangre de Caín
tiene la gente labriega,
y en el hogar campesino
armó la envidia pelea.
Casáronse los mayores;
tuvo Alvargonzález nueras,
que le trajeron cizaña,
antes que nietos le dieran.
La codicia de los campos
ve tras la muerte la herencia;
no goza de lo que tiene
por ansia de lo que espera.
SALDUERO
Desde Vinuesa dejan a la derecha el Monte
de Peña María para subir La Cuesta de los
Curas y después de cruzar El Valdío llegar a
Salduero. De su paso por esta localidad da testimonio el siguiente verso:
Desde
Salduero el camino
va
al hilo de la ribera;
a
ambas márgenes del río
el
pinar crece y se eleva,
y
las rocas se aborrascan
al
par que el valle se estrecha. (…)
Y cuenta Machado en el poema dedicado a
Juan Ramón Jiménez:
Los hijos de Alvargonzález,
por una empinada senda,
para tomar el camino
de Salduero a Covaleda,
cabalgan en pardas mulas,
bajo el pinar de Vinuesa.
Siguieron el valle del río para llegar
al Royo Mojón, arroyo mojonero con Covaleda, y subir La
Cuesta para cruzar El Puente del Estebadazo,
que les llevaría por la majada del tío Lerín (Majalerín) al
paraje de Las Zorreras. Muy cerca se ve La Caseta de los
Hoyuelos que hacia arriba conduce a las fuentes de Santo Lunio y
de El Merendero, dejando a la derecha las sierras Ojeda,
Maestro y Nueva. Por El Puente de los
Arroyos, que salva el Arroyo de la Hiedra que
desemboca en el Duero junto al Puente de Soria, se aproximaban
al final del día.
COVALEDA
Cuando avistaron Covaleda ya
atardecía. El sol, desde el poniente, alumbraba las fachadas blancas de sus
casas junto al valle del río. Destacaba la torre de la iglesia en el agreste
paisaje salpicado de pinos.
Covaleda hace un siglo (Foto cedida por el Excmo. Ayuntamiento)
Llegados a Covaleda, el viejo campesino
que venía de Barcelona ya está en su destino. Machado debió hacer noche y, al
alba, continuar la marcha que le llevaría a Duruelo de la Sierra, cruzar
despues el Puente Cabañares, subir el Alto de la Tejera y
atravesar Latá los Ríos y el Alto Seroncillo.
Y dejando Castroviejo a
la izquierda, subir a una altitud de 2140 m., a la fuente del
Duero. y posteriormente descender a la Laguna Negra de
Urbión, trágico escenario de ”La Tierra de Alvargonzalez”.
Quedaba lo más difícil. Había que subir a
Urbión. Por El Berro, con su fuente y refugio –buen lugar en caso
de tormenta-, llegarían a Peñas Blancas, para seguir por el arrastradero, cruzar
el arroyo y, por el entradero, pasar al valle del Duero recién
nacido.
La hermosa tierra de España
adusta, fina y guerrera
Castilla, de largos ríos,
tiene un puñado de sierras
entre Soria y Burgos como
reductos de fortaleza,
como yelmos crestonados,
y Urbión es una cimera.
Y llegaron a la fuente del
Duero. Para bajar por la Laguna Larga, dejando a la izquierda El
Zurraquín, y llegar a la Laguna Negra, donde concluye
el cuento leyenda con estas palabras: “Cuando caía la tarde, cruzaban por entre
las hayas y los pinos. Dos lobos se asomaron a verles; huyeron espantados.
-¡Padre! –gritaron-. Y cuando en los huecos de las rocas el eco repetía:
¡Padre! ¡Padre! ¡Padre!, ya se los había tragado el agua de la laguna sin fondo”.
LOS ASESINOS (VI)
Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas.
¡Padre!, gritaron; al fondo
de la laguna serena
cayeron, y el eco ¡padre!
repitió de peña en peña.
***
Cuanto hacia Urbión alarguemos
se puede acortar la vuelta,
tomando por el atajo,
hacia la Laguna Negra
y bajando por el puerto
de Santa Inés a Vinuesa.
Mala tierra y peor camino.
Te juro que no quisiera
verlos otra vez…
Y bordeando la Laguna Negra por
el norte se dirigieron hacia el este, en dirección al pueblo y, después, al
puerto de Santa Inés (Machado tuvo que equivocarse de camino
–mala tierra y peor camino- porque no es necesario subir al puerto para bajar a
Vinuesa). Desde el pueblo de Santa Inés, por el valle del río Revinuesa, está
el itinerario más fácil y de menor recorrido para llegar a Vinuesa. Supone
descender –“cuesta abajo”- y ahorrar más de cuatro horas de tiempo y
esfuerzo, evitando la fuerte pendiente del terreno y en dirección equivocada.
Una vez en Vinuesa, harían noche en alguna posada, para
descansar, y de madrugada regresar hacia Malluembre y Cidones por el mismo
camino que habían seguido en la ida. Machado tenía 35 años.
Aunque algunos indican que “Antonio va
con unos amigos”-y parece lógico que así fuera-, lo cierto es que nunca se
han identificado esos “amigos” que pudieron acompañar al poeta en su excursión.
Tampoco se ha encontrado hasta ahora alusión alguna en la prensa de Soria sobre
la fecha exacta en que tuvo lugar. Quizás en Malluembre se
encuentran algunas respuestas sobre la ruta y la tierra de Alvargonzález.
Para concluir, siguiendo a Ian Gibson,
digamos que Machado “hace un viaje a la Sierra de Urbión, la ingente
cordillera que, a unos sesenta kilómetros al noroeste de la ciudad, divide las
provincias de Burgos, Logroño y Soria, y de la cual acaso le hablara Pío
Baroja, que había subido hasta allí a principios de siglo acompañado de su
hermano Ricardo y del suizo Paul Schmitz” (Baroja dio cuenta de la
aventura en “La obra de Pello Yarza”).
Laguna Negra de Urbión
BIBLIOGRAFÍA:
-Antonio Machado. Poesías Completas. Ed.
Espasa-Calpe S.A. 1974.
-Antonio Machado. Prosas dispersas.
Edición de Jordi Doménech. 2001.
-Testimonios de D. Manuel López Heras
(Cidones), D.ª J. Gutiérrez Peña (Malluembre), D. Raúl
Pérez (Villaverde del Monte), D. Bienvenido Romero (Caseta del Bardo), D.
Octavio Eguren (Vinuesa), D. Aurelio Nájera (Covaleda), D. Cipriano
Rojo Llorente (Duruelo de la Sierra) y D. José Arancón (Soria).
-Fotos cedidas por Dª Ildefonsa Muñoz
Orden (La Muedra), Excmo. Ayuntamiento de Covaleda, D. Bienvenido Romero
(Caseta del Bardo) y Alberto Llorente Sanz.
-Fotos del Archivo Histórico Provincial de
Soria.
-Tuñón de Lara, M. Antonio Machado, poeta
del pueblo. Ed. Nova Terra. 1967.
-Ian Gibson. Ligero de equipaje. Aguilar.
Abril de 2006.