Febrero 1939
Al final de la avenida de la estación hay una plazoleta con plátanos, la Placette, que Douy, riachuelo seco por lo general, separa del hotel Bougnol-Quintana. Al otro lado de la plaza, algunas tiendas entre las cuales estaba la "Mercería Artículos de punto" de Juliette Figuères. (Jacques Issorel, Collioure 1939, Últimos días de Antonio Machado)
Mme Figuères y su hijo
"Hacía frío y estaba lloviendo. Estaba yo en el umbral de la puerta y me preguntaron si podían entrar a descansar un momentito. Les dije que sí y les hice sentarse, les di café con leche para reanimarlos un poco. La mamá estaba muy cansada, no podia decir nada de lo seca que tenía la boca, y como le digo, la llevaban, pues no podía andar. Ese señor (Corpus Barga), que hablaba bien el francés, preguntó si no había un taxi y si había un hotel. Le dije: "El hotel, lo tiene usted enfrente", pero como el río llevaba agua, no se podía pasar por el vado y era preciso dar la vuelta por el cementerio. Mi marido le dijo: "Vaya a ver si el dueño del garaje puede venir a buscarles." Ese señor se fue y nosotros charlamos un rato, porque Antonio hablaba muy bien francés. Hablamos en francés y los demás no decían casi nada. En fin, yo conozco el español y pude charlar un poco con la mujer de José. Cuando llegó el taxi, se subieron en él y me dieron las gracias. Se quedaron en casa media hora larga y después de fueron al hotel Bougnol-Quintana." (Juliette Figuères)
Hôtel Bougnol-Quintana
Por primera vez desde que salieron de Barcelona, Machado y su familia duermen en una cama: Antonio y la madre en una habitación, José y Matea en otra.
"Fueron acogidos como solía acoger Madame Quintana, o sea, sabiendo que se trataba de refugiados, estaba dispuesta a hacer todo lo posible para aliviar las penas que pudiera." (Jacques Baills)