BARCELONA
“En
esta egregia Barcelona —hubiera dicho Mairena en nuestros días—, perla del mar latino,
y en los campos que la rodean, y que yo me atrevo a llamar virgilianos, porque,
en ellos se da un perfecto equilibrio entre la obra de la Naturaleza y la del
hombre, gusto de releer a Juan Maragall, a Mosén Cinto, a Ausias March, grandes
poetas de ayer, y otros, grandes también, de nuestros días.
Como
a través de un cristal coloreado y no del todo transparente para mí, la lengua
catalana, donde yo creo sentir la montaña, la campiña y el mar, me deja ver
algo de estas mentes iluminadas, de estos corazones, ardientes de nuestra
Iberia.”
Antonio
Machado
La
Vanguardia, 6 de octubre de 1938